
Antes que nada, aclaremos que la econometría es una metodología falsa -como aseguraba Ludwig von Mises, entre muchos- ya que, entre otros despropósitos, pretende medir con presupuestos a priori algo tan impredecible como el comportamiento humano, el desarrollo espontáneo del mercado. De modo que, mediciones como el PIB –altamente arbitrarias– solo tienen valor "literario" y periodístico, pero están lejos de tener valor científico y, en el mejor de los casos, pueden tomarse como indicativo de una tendencia.
Por caso, recientemente el organismo argentino para las estadísticas oficiales, el INDEC, recalculó, en base a sus criterios, el EMAE (anticipo del PIB) y así logró que fuera positivo aun cuando todos los privados preveían una recesión, y al mismo tiempo que publicaba que el consumo masivo no deja de caer. Difícil de entender el optimismo oficialista, al punto que se vio obligado a aclarar su recálculo:
