Descontrol en el departamento de Educación de la Generalidad catalana. Tras avisar a los centros educativos de que tendrán que hacer cambios en el currículo de bachillerato para adaptarse a la última ley educativa nacional, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOMLOE), más conocida como Ley Celaá, la consejería de Educación ha rectificado ante la polémica causada por la medida.
Como primera providencia, la adaptación a la ley nacional, según la Generalidad, implicaba la consideración de optativas de las literaturas española y catalana en el primer curso del bachillerato en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales y su desaparición en el segundo curso.
También se advertía de cambios en la modalidad de bachillerato de Ciencias y Tecnología. Las disciplinas de Biología, Geología y Ciencias Ambientales se fusionarán en una sola asignatura al igual que Física y Química en primero de bachillerato. Además, el trabajo de investigación será considerado una asignatura más.
En esta segunda modalidad de bachillerato no se ha registrado polémica alguna por los cambios, pero no ha sido así en el caso de las literaturas española y catalana. Nada más trascender las primeras informaciones (fruto del aviso de la consejería a los centros), la consejería justificó los cambios por un requerimiento del Ministerio de Educación para adaptar los bachilleratos que se imparten en Cataluña a los del resto de las comunidades.
Este martes y después de las críticas, la consejera de Enseñanza, Esther Niubó, ha cambiado de criterio y ha afirmado estar en conversaciones con el ministerio para que se respete "la singularidad catalana". Y de la noche al día, las asignaturas de literatura española y catalana han pasado de ser optativas a "líneas rojas" del sistema catalán
De entrada, la Literatura Castellana y la Literatura Catalana, que hasta ahora se impartían en segundo curso de bachillerato pasaban a ser optativas de primer curso. Con la rectificación, ambas materias permanecen como obligatorias en segundo curso.
La consejera Niubó ha explicado que la primera versión, la de la conversión en asignaturas optativas, se debía a la filtración de un documento de trabajo. Esa excusa le ha servido para negar que se haya producido una rectificación fruto de las críticas de los docentes. Los datos sobre las competencias de los alumnos catalanes son cada vez peores en áreas como la comprensión lectora, lo que añade gravedad, según algunos profesores, al hecho de que se menoscabe el valor de las asignaturas de literatura.