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Manifiesta 9

Manifesta, uno de los principales bienales de Arte Contemporáneo de Europa, cierra las puertas de su novena edición en estos días y deja para 2013 su segunda presencia en la ciudad belga de Genk.

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La ciudad belga de Genk es la encargada de albergar durante los años 2012 y 2013 "Manifiesta 9", uno de los Bienales de Arte Contemporáneo referentes en Europa y el único de carácter "nómada".

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Lo más remarcable en la obra del escultor español es sin duda alguna el material con el que durante más de medio siglo ha inmortalizado a cientos de mineros: la pasta de patata.

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El enclave minero de Genk (a unos 85 km de Bruselas) ha sido aprovechado por la organización que ha recuperado una antigua mina como edificio principal de esta edición. La influencia del entorno y de su historia está reflejada tanto en las obras como en el espíritu de Manifesta 9.

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La zaragozana Lara Almarcegui, afincada desde hace años en Rotterdam (Países Bajos), se ha especializado en la protección y conservación de paisajes baldíos. En colaboración con el Ayuntamiento de Genk, desarrolla en la ciudad uno de sus proyectos.

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En la vieja mina situada en la provincia de Limburgo, cerca de Países Bajos y de su país natal, la alemana Eva Gronbach expone uno de sus muchos diseños, este espectacular vestido elaborado con telas procedentes de las vestimentas de los mineros.

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La influencia musulmana llega a Manifesta con la exposición de numerosas alfombras cuyo uso en la oración evoca el ambiente de la mezquita en medio de una muestra artística como esta.

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Hay espacio para el testimonio de las explotaciones mineras a través del cómic de Willy Vandersteen. Un clásico en Flandes, popular también fuera de Bélgica, "Suske en Wiske" narra en tono humorístico pero con un fuerte contenido moral la vida en las cuencas mineras.

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El homenaje a Duchamp trata de reivindiar la "suciedad" y oscuridad del carbón ante la luminosidad de la luz eléctrica. En Genk, el recuerdo al magnífico artista francés cuelga del techo de Manifesta 9.

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Paolo Woods, artista actualmente afincado en Haití muestra a través de sus fotografías la relación comercial y social entre China y África. El título de su obra "Chinafrica" no esconde el testimonio de integración y multiculturalidad en sus imágenes.  

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La influencia asiática alcanza su punto álgido en el trabajo fotográfico de Edward Burtynsky referente de la fotografía canadiense a través de sus trabajos sobre paisajes industriales. La serie, llamativa e impactante por su colorido traslada al visitante al ambiente de una fábrica china en cuestión de segundos.

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El mejicano Carlos Amorales es responsable de una de las secciones más impactantes de la muestra. Su obra trata de reflejar la relación entre máquina y humano a través de la configuración de un espacio tan propio como caótico a la vista de quien observa.

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Jota Izquierdo (Castellón, 1972) lleva desde España su profunda reflexión sobre el alcance del proceso globalizador en el fenómeno de la inmigración. Su "Capitalismo amarillo" es centro de atención en Manifesta y su recopilación de "imitaciones" trasladan a los barrios más populares de las ciudades mediterráneas.

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En combinación con vidéo-reportajes sobre la venta ambulante de productos que "imitan" a los de las grandes marcas de lujo, Jota Izquierdo denuncia a través de su puesta en escena la discriminación sobre el inmigrante sin olvidar la crisis española, la burbuja de la construcción y el desempleo.

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Magdalena Jitirk representa el arte argentino en Manifesta 9. Con más de 20 años de trayectoria artística, la bonaerense presenta varios óleos de dimensiones variables y carácter abstracto basados en el intercambio crítico entre Victor Serge y Leon Trotsky sobre la disidencia obrera en la URSS.

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Magdalena Jitrik reflexiona a través de su arte sobre el papel del arte y su relación con las formas de producción y la economía política.

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Quizá el rincón más impactante de Manifesta 9 lo reserva la obra del ecuatoriano Kuai Shen. El artista, con las hormigas "arrieras" como protagonistas de su obra, sitúa el "arte vivo" en Manifesta a través de la recreación de un ecosistema simbiótico con "sonido" propio.

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Formada por cerca de diecisiete toneladas de retales de tela, la obra de Ni Haifeng acoge gran parte de las miradas de los curiosos y muchos de los comentarios sobre Manifesta 9.

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El inmenso despliegue del artista chino Ni Haifeng denuncia los siglos y siglos de excesos en la producción y el consumismo. Al detalle, la obra impacta por un enfoque acumulativo de gran belleza visual.

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