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La construcción del imaginario de los mártires y santos

El Museo Bellas Artes de Sevilla acoge la exposición temporal Del martirio a la santidad, con la que revisa, a través de 14 obras, la construcción del imaginario de los mártires y santos en los siglos XVI y XVII desde la capital andaluza, uno de los grandes centros de producción artísticos del Barroco.

Cristo
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Cristo

Cristo ejemplo de mártires, hacia 1615, atribuido a Juan de Roelas (Flandes, hacia 1570 - Olivares, Sevilla, 1625). Sus características de estilo indican que se trata de una obra de Roelas realizada con ayuda de taller, que formó parte de una de las series que colgaron de las paredes del antiguo convento de la Merced.

San Sebastián
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San Sebastián

San Sebastián, hacia 1560, de Luis de Vargas (Sevilla, hacia 1505 o Viso del Alcor 1502-1506 – Sevilla, 1567). Aun siendo miembro de la guardia pretoriana del emperador Diocleciano, fue ejecutado a principios del siglo IV, al saberse que era cristiano. La cruz que lleva en la mano, a la que el santo mira fijamente, sirve de testimonio de su creencia religiosa. Las flechas y el arco aluden al martirio, mientras que su atuendo pone de manifiesto sus vínculos con el ejército romano.

San Sebastián
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San Sebastián

San Sebastián, hacia 1630-1650, del taller de José de Ribera. La flecha que penetra el costado ilustra con realismo el carácter de su martirio, mientras que el rostro, alejado de la realidad, se pierde en parte entre las sombras. Al mismo tiempo, las manos expresan el dramatismo de la situación.

Santa Úrsula
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Santa Úrsula

Martirio de santa Úrsula y las once mil vírgenes, hacia 1600. Anónimo. Círculo de Alonso Vázquez. Partió de su Bretaña natal en peregrinación a Roma, para hacer votos de virginidad perpetua ante el pontífice Siricio. De retorno a su tierra se encontró con los hunos (año 451) y por, resistirse al acoso de Atila, sufrió el martirio junto a otras muchas mujeres. 

Santa Catalina
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Santa Catalina

Santa Catalina, hacia 1640-1650. Taller de Zurbarán. Constituye una sabia mezcla de imágenes poéticas de mujeres mártires y de elegantes damas, miembros de una élite social.

Santa Eulalia
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Santa Eulalia

Santa Eulalia, hacia 1640-1650. Taller de Zurbarán. Constituye una muestra más de un repertorio de mártires que se popularizó por medio de la obra de Zurbarán y sus colaboradores, habiendo sido muy demandado incluso por los centros religiosos americanos.

Fray Pedro Pascual
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Fray Pedro Pascual

Fray Pedro Pascual, obispo de Jaén, hacia 1630-1640, de Francisco Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664). Murió a manos de moriscos cuando cumplía con su misión pastoral, constituyendo un ejemplo para cuantos religiosos partieron de Sevilla para cumplir con el deber. Su mirada elevada, la sutileza de los brillos de la túnica, recortándose el santo sobre un fondo oscuro, no ocultan un brillo que irradia el personaje. La textura del hábito, tanto como los ricos matices de la tela verde de la mesa, nos hace pensar en el triunfo espiritual del fraile, que se ha sobrepuesto a la dolorosa realidad física.

Pedro de Verona
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Pedro de Verona

San Pedro mártir de Verona, hacia 1580-1585, de Vasco Pereira (Lisboa, 1536 – Sevilla, 1609). Fue asesinado en 1252, a instancias de herejes cátaros. El pintor muestra la “vera effigies”, el verdadero retrato, como prueba de fidelidad a una imagen digna de ser celebrada, sobre todo en el lugar para el que hubo de ser pintada, la capilla de la Magdalena en la Cartuja.

Serapio
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Serapio

Martirio de san Serapio, 1608 - 1612, de Juan de Roelas (Flandes, hacia 1570 - Olivares, Sevilla 1625). Serapio (1179-1240) fue un militar irlandés que, tras haber participado en las Cruzadas a las órdenes de Ricardo Corazón de León, continuó su militancia cristiana en lucha contra los musulmanes al lado del rey castellano Alfonso VIII. En el Magreb fue martirizado sobre una cruz en aspa.

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