
El museo catalán que exhibe las pinturas murales del Monasterio de Sijena tiene siete meses para devolverlas a la sala capitular de las que fueron arrancadas en agosto de 1936, tras un incendio provocado por efectivos del bando republicano. La titular del Juzgado de Primera Instancia de Instrucción nº 2 de Huesca se ha hartado de las maniobras dilatorias del "Museu Nacional d'Art de Catalunya" (cuyo patronato está formado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalidad y el Ministerio de Cultura) y ha dictado "orden general de ejecución definitiva de la sentencia 61/2016, de 4 de julio, confirmada íntegramente por la sentencia del Tribunal Supremo 824/2025, de 27 de mayo".
El auto indica que "se requiere a la parte ejecutada para que, en el plazo de SIETE MESES, conforme al cronograma de plazos planteado por el Gobierno de Aragón, cumpla en sus propios términos lo que establece el título ejecutivo, o que, en su defecto, aporte, en el plazo de DIEZ DÍAS, un cronograma alternativo y, en cuyo caso, se resolverá sobre ello".
De modo que el MNAC deberá procurar que todas las operaciones de retirada y traslado estén acabadas en siete meses, aunque no serán sus sólo sus técnicos quienes procedan al desmontaje sino que en caso de colaborar trabajarán con los de la Comunidad de Aragón.
La resolución judicial incluye un decreto de medidas ejecutivas por las que se deberá permitir "el acceso a los técnicos designados por el Gobierno de Aragón a las salas número 16 y 17 del MNAC durante el tiempo que se requiera, con ambas salas cerradas al público".
Condiciones draconianas
El trabajo de los técnicos del Gobierno de Aragón estará sujeto a una serie de condiciones que deberá garantizar el museo. Así, el auto indica que "el acceso, durante todo el tiempo que los técnicos del Gobierno de Aragón requieran y con todos los medios auxiliares que ellos determinen como necesarios, se deberá realizar con ambas salas expositivas totalmente cerradas al público. Este acceso, tanto a las propias pinturas y su sistema de montaje expositivo actual incluirá también el acceso relativo a la documentación vinculada con ellas y conservadas en los archivos del MNAC en aras de garantizar la recepción con todas las garantías de conservación y seguridad".
Un segundo punto señala que "el MNAC permitirá el acceso a todos los datos sobre las condiciones medioambientales (temperatura y humedad relativa) de estas salas y de aquellas salas en las que los fragmentos han estado expuestos con anterioridad desde su ingreso en el MNAC".
Y: "El MNAC permitirá como primera actuación por parte del Gobierno de Aragón el llevar a cabo un levantamiento fotogramétrico de las salas 16 y 17 con todos sus fragmentos expuestos precisando que la sala 16 deberá ser vaciada previamente de contenido expositivo - vitrinas -, así como el control de luminarias según convenga en el momento de la actuación en el plazo más breve posible".
Maniobras para no acatar la sentencia
De esta forma la juez desactiva las maniobras dilatorias que llevaba a cabo la dirección del MNAC con el consentimiento del Ministerio de Cultura y la Generalidad catalana. El responsable del museo, Pepe Serra, envió una carta a la juez en la que se ofrecía a explicarle las razones por las que no se podían tocar las obras y la imposibilidad, en consecuencia, de cumplir con la sentencia. La misiva era un resumen de la actitud de superioridad de las autoridades catalanas, que apelaban a supuestos informes "técnicos" que desaconsejaban por completo el traslado de las pinturas.
El presidente de la Generalidad, Salvador Illa, garantizó que se acataría el fallo aunque supusiera la destrucción de las pinturas. Al tiempo, el independentismo clamaba contra la sentencia y abogaba por desacatarla. Un grupo de activistas de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) se fotografió en las salas del MNAC a modo de protesta.
La Ley de Patrimonio
La última intentona del MNAC incluye una alusión a la Ley de Patrimonio Histórico que supuestamente impediría el cumplimiento de la sentencia si las obras corren peligro, tal como sostiene el museo. La táctica dilatoria y la gestión política del asunto han hundido el crédito museístico del MNAC, lo que dificultará el intercambio y los préstamos con otros museos.
Esta última resolución de la juez es la respuesta a las constantes muestras de supuesta superioridad técnica de la dirección del museo catalán y el desprecio por Aragón, ya que se ha llegado a poner en duda que las obras puedan sobrevivir en los muros de los que fueron arrancadas. La defensa del museo catalán ha incidido en todo momento en que las obras requieren de tales condiciones ambientales que son irreproducibles fuera de su actual recinto. Sin embargo, las obras no están expuestas en condiciones especialmente singulares, sino como todas las demás obras expuestas al público. Es más, cabe constatar ciertos descuidos en la preservación de las pinturas, toda vez que el museo admitió que en unos trabajos de conservación unas palomas habían defecado sobre las obras.

