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Crítica: 'Pig', la película donde Nicolas Cage busca a un cerdo trufero

Pig, más alla de lo marciano de su propuesta, es una película muy sentida y con cosas que decir.

Pig, más alla de lo marciano de su propuesta, es una película muy sentida y con cosas que decir.
Nicolas Cage en Pig. | A Contracorriente

Pig, película en la que Nicolas Cage interpreta a un enigmático ermitaño que sale al rescate de su cerdo trufero secuestrado, tiene todo el aspecto de marcianada del actor. La película de Michael Sarnoski, efectivamente, juega esa baza sin demasiada vergüenza, pero lo hace de una manera distinta a la reciente (y divertida) El insoportable peso de un talento descomunal: como una sentida reflexión sobre una carrera devenida en meme de internet, Cage abraza con gusto la aparente chaladura para proponer una lectura más poética del asunto.

Pig es por eso un pequeño y digno filme que no cede a las tentaciones: no es una comedia posmoderna que hace un chiste de la situaciones y su estrella, y tampoco es un trascendente y pretencioso trabajo con pretensiones artísticas. A medio camino de todo ello, y cogiendo lo mejor de ambas vertientes, Sarnoski propone un viaje auténtico y real con episodios de comedia, drama y acción en forma de buddy movie de colegas y, arropando toda esa mezcla, sumando una reflexión poética sobre el arte, los mitos y su pervivencia incluso en relatos marginales y surrealistas como el aquí presente. La película, pese a su aspecto indie, otorga a sus personajes una sutil pátina mitológica que convierte la búsqueda urbana del ermitaño vagabundo en un relato pseudo mítico.

Dicho de otra manera: Pig es una película de Nicolas Cage investigando la desaparición de su cerda, pero también una que aborda con seriedad el pasado de sus personajes, su valor y sentimiento como ídolos caídos en su profesión, y siempre en clave emocional sincera, sin ironías pese a la presencia de humor. La cerda trufera, un personaje en sí mismo, es en realidad un McGuffin del cual la película aprovecha –como en la buena gastronomía– todo. Cuando se revela la identidad verdadera del personaje de Cage, que por cierto está excelente, y excelente de verdad, la película de Sarnoski muestra una sentida reflexión sobre el valor del puro oficio y el del arte, su utilidad en un modelo de vida donde el postureo y la vampirización industrial de lo tradicional han devenido norma, tomando la cocina como plataforma de reflexión (aunque podía ser el cine, la vida o el propio Cage, como en su anterior filme) y aportando incluso nociones sobre el esnobismo cultural con el que son recibidas las propuestas culturales y aportaciones de los implicados. Pig, por eso, no es ninguna broma, sino simple y llanamente una buena y entretenida película sin misticismos ni bromas pretenciosas.

Pig se estrena en salas de cine el 14 de julio.

Licenciado en Historia del Arte y Comunicación Audiovisual en la UCM de Madrid. Colaborador en esRadio. Crítico de cine y series en Libertad Digital. Una de las voces del podcast Par-Impar.

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