
Ejercicio anexo a la Disney de la era Frozen para reformular todo su corpus de "Princesas" empoderadas, Vaiana remató una nueva y brillante aportación a la galería de musicales animados de la factoría con un vistoso espectáculo de ambientación hawaiana de lo más dinámico y fresco. La inevitable secuela de animación (que se añade a la versión "live action" ahora mismo en rodaje, también con Dwayne Johnson) ya está arrasando en la taquilla americana de Acción de Gracias, superando con cierta facilidad los resultados de la anterior. Y lo cierto es que resulta comprensible: todos los aciertos de Vaiana 2 se apoyan en los de la primera entrega, sin un solo rasgo específico que amplíe los personajes, apostando, en definitiva, totalmente sobre seguro a la hora de ampliar su universo.
Vaya por delante que nada de esa falta de originalidad impide, sin embargo, que Vaiana 2 funcione para su (enorme) público específico, feliz de recibir una nueva aventura de sus personajes. Eso es exactamente donde los responsables del film se han afanado, por mucho que todos los acontecimientos de la secuela -ideada inicialmente como serie para Disney Plus, y vaya si se nota- repliquen de alguna manera los de la anterior, sin que el mundo narrativo de aquella resulte especialmente ampliado o exista un avance técnico significativo en su apariencia visual, como por ejemplo sí lo hubo entre las secuelas de Toy Story.
Resulta hasta cierto punto decepcionante que una compañía a la que se le exige y aspira a la excelencia haya presentado en Vaiana 2, secuela efectiva pero conformista en lo narrativo y en lo técnico, el mismo tipo de película que -en definitiva- en tiempos le atribuíamos a estudios de la competencia como Universal y sus minions o Dreamworks y la saga Shrek. Obra musical solo cuando interesa, Vaiana no consigue del todo articular sus ideas en una historia interesante, limitandose a reproducir la estructura de la película original sin ahondar demasiado en sus ideas y sin un tema musical carismático como fue "How far I'll go".
La reunificación de pueblos a la que aspira Vaiana queda emborronada por los nuevos secundarios, personajes planos donde los haya, sin que exista una visión de saga articulada... pese a prometer todo un inevitable nuevo universo en su secuencia final. Vaiana 2 es un competente espectáculo que barrerá en taquilla e insuflará tranquilidad a los accionistas de la compañía, aunque algunos nos quedemos con las ganas de un ejercicio de exuberancia como la anterior.