'La vida según Philomena Cunk', vuelve el personaje de Diane Morgan en otro falso documental

El salto de Philomena Cunk desde la BBC a Netflix no le ha sentado nada mal. El personaje encarnado por la actriz Diane Morgan y creado por el responsable de Black Mirror, Charlie Brooker, recupera el género "mockumentary" para, en clave de sátira, presentar los temas científicos y existenciales más relevantes de la humanidad a la audiencia de la plataforma de streaming. El formato es exactamente el mismo que el de un documental de David Attenborough o del propio Netflix en Nuestro Planeta: un (en esta ocasión) falso famoso introduce, o más bien manosea, la materia que da forma a la existencia humana con toda la falsa trascendencia que solo puede aportar una presentadora desconocedora de todas ellas… y en el caso de Philomena Cunk, del sentido común.

El resultado son una serie de introducciones y entrevistas a personajes relevantes de la ciencia donde Cunk, magistralmente interpretada por una impertérrita Diane Morgan (After Life), difunde bulos, explota la incomodidad de los sabios y, en general, expande la semilla del humor británico más negro por temas controvertidos como la presencia divina, los órganos reproductores humanos y la inevitable presencia en todas sus preguntas de su exnovio, un espécimen que no parece haberse ganado el título de nuestra especie en ninguna de sus acciones con Philomena.

Siguiéndo la linea de A la mierda el 2021, otro falso documental donde Morgan también aparecía, así como las anteriores aventuras del personaje en Netflix, la miniserie La Tierra según Philomena Cunk, Brooker y su extenso equipo de guionistas (hasta una decena aparecen en sus títulos de crédito) parodian los clichés del género con un absoluto conocimiento y pericia técnica. Con un no exactamente impecable acento del profundo Manchester, que contrasta con la apariencia formal del personaje, Morgan explota en sus entrevistas a profesores, sabios y científicos reales la incomodidad del inglés que se quiere ir de una situación humillante pero nunca, nunca, se manifestará al respecto, y se adentra en otros juegos no metafísicos, pero sí metalingüísticos: la falsa entrevista a la responsable de otra plataforma de streaming, Strawberry (directamente extraída del capítulo "Joan es horrible" de Black Mirror), donde se parodia la fruición con la que el algoritmo explota la ansiedad del espectador. .

Pero, a diferencia de Borat y otras aventuras de Sacha Baron Cohen, el humor satírico de Morgan y Brooker explota el absurdo y los juegos de palabras relacionados con la metafísica de los temas, mucho más que la escatología (que abrazan con rigor en varios episodios dignos de Monty Phyton, como el del padre de la cosmología Edwin Hubble), pero sin perder la compostura y la elegancia del formato que les da la vida. La vida según Philomena Cunk golpea la solemnidad con la que se informa al personal de temas importantes, destroza la historia y señala nuestra mediocridad con inteligencia, arrancando carcajadas, consciente siempre de ser pese a todo café para muy cafeteros: Brooker y Diane Morgan parecen ser conscientes de que no faltará quien, inconsciente de su naturaleza de programa de humor, se tome el falso documental totalmente en serio.