

Recordando a Federico Fellini: todas sus películas
Homenaje a uno de los cineastas italianos más importantes, Federico Fellini, que este 20 de enero hubiera cumplido 105 años. El director de La Dolce Vita se definía como "un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo".
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Varietés
Junto a Alberto Lattuada, Fellini dirigió su primer largometraje en 1950: Luces de varieté, protagonizada por su mujer la actriz Giulietta Masina, que rinde homenaje a Ginger Rogers.
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Guionista radiofónico
Antes de iniciarse como director, Fellini trabajó como dibujante de tebeos en Roma y escribió secuencias de escenas cómicas para Aldo Fabrizi y programas radiofónicos en los años 40. Su experiencia con los actores de revista le animaron a dirigir Luci del varietà (1950).
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100 años ya
Federico Fellini nació en Rimini en 1920 y murió en Roma en 1993. Se lo considera uno de los mejores directores de Italia y uno de los grandes del cine internacional. Ganó cuatro Oscar y un último por toda su carrera.
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Guionista
En 1945, Fellini conoció a Roberto Rossellini y colaboró en el guión de Roma città aperta (1945), Paisà (1946) y L´amore (1948), en la que Federico Fellini interpretaba a San José. Escribió guiones para Alberto Lattuada, Pietro Germi y Luigi Comencini, y en 1952 dirigió su primera comedia con Alberto Sordi El jeque blanco.
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Señoritos de provincia
Fue con Los inútiles (1953) con el filme con el que consiguió el éxito internacional y la Palmera de Plata en el Festival de Venecia. De nuevo con Alberto Sordi, criticaba a los señoritos de provincia. En ella se inspiró Juan Antonio Bardem para Calle Mayor (1956).
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Nino Rota
En el rodaje de El jeque Blanco conoció al músico Nino Rota, que desde entonces escribiría las partituras de todas sus películas hasta Ensayo de orquesta (1978), en sus tres últimas lo sustituyó Nicola Piovani.
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Lo felliniano
Lo felliniano aparece ya en La strada, donde conviven el monstruo sin conciencia Zampanó y la pura e inocente Gelsomina. Y envolviéndolos, el mundo del circo con sus enanos, saltimbanquis y friquis de una desgraciada posguerra.
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Giulietta
Con La strada, Giulietta Masina consiguió el estrellato mundial con su papel de un ingenuo papel charlotesco y Fellini el reconocimiento crítico y popular con este melodrama miserabilista y poético. Ganó el Oscar a la mejor película extranjera y fue nominada al mejor guión.
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Mejor actriz
Pero el reconocimiento como la mejor actriz lo obtuvo Giulietta Masina con Las noches de Cabiria (1957), por el que lo concedieron la Palmera a la mejor actriz en Cannes, y a Fellini su segundo Oscar de Hollywood al mejor filme extranjero.
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Chaplinesco
Si en La strada la actuación de Giulietta Masina es un homenaje a Charlot, en Las noches de Cabiria lo chaplinesco pasa a fellinesco. Como un ensayo general de La dolce vita, las putas del extrarradio compiten con las altivas fulanas de Vía Véneto y el actor hastiado de una vida de lujo.
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Acicate sexual
Lo felliniano aparece con ese ricachón que come espaguetis en la barra del nightclub, rodeado de perfiles de mujeres inquietantes. O la estrella de cine que utiliza a Cabiria como acicate para el sexo, repetido en la escena de Anouk Aimée y Marcello Mastroianni en casa de la fulana en La dolce vita.
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Pícaros
Con Almas sin conciencia, Fellini termina con el neorrealismo y los personajes ingenuos y tiernos para adentrarse en su mundo personal. Es un drama de pícaros y ladrones de poca monta que traman un atraco al estilo de El golpe (1973).
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El aburrimiento
Con La dolce vita Fellini alcanzó el zenit de su carrera como director y guionista de su generación, a la que retrata como una burguesía aburrida y pretenciosa que vaga por una Roma, sucursal de Hollywood, infestada de paparazzi a la caza de actores famosos.
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Via Veneto
Desde su estreno, censurada en muchos países, entre ellos España, alcanzó el estatus de filme mítico. Con el personaje de Paparazzo dio nombre a los fotógrafos sensacionalistas y convirtió Roma en la capital del desenfreno y la Via Veneto en una calle mítica. El modelo de Anita Ekberg fue Ava Gardner y su amante Anthony Franciosa el de Lex Barker.
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El impacto
El impacto internacional fue enorme. Y en el centro de la polémica, la actriz Anita Ekberg y dos escenas antológicas: el baile en la sala de fiestas de Foro Romano y el baño en la Fontana de Trevi. Las escenas se rodaron de noche, en invierno, en la fuente. Mientras Anita paseaba sin resbalarse por la fuente, Marcello Mastroianni se cayó tres veces y tuvo que rodar la escena con unas botas de goma debajo del pantalón.
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Fosforescente
Federico Fellini contó que vio una foto de Anita Ekberg en una revista y pensó: "¡Dios mío, no hagas que me la encuentre nunca! Daba esa sensación de maravilla que se siente ante criaturas excepcionales como la jirafa, el elefante o el baobab. Sostengo que la Ekberg, sobre todo, es fosforescente".
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El autor
En los 60, su mundo se viste de lujos mundanos y se puebla de voluptuosas mujeres, como Anita Ekberg, prototipo de la exuberancia mamaria, la frivolidad y el desenfreno nocturno en un mundo vacío, repleto de neuróticos y depresivos. Fellini 8½ (1963) es un filme autobiográfico sobre el artista en crisis creativa. Tanto Empieza el espectáculo (1979) como Nine (2019) y Dolor y gloria (2019) se inspiran en ella.
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Demiurgo
Con Fellini nace la fantasía del director demiurgo que crea su propio mundo. Fellini 8½ es la película que trata de ese nuevo héroe moderno. Un “héroe irrisorio”, que, según Lacan, “vive en una continua situación de extravío”: el director-artista, responsable de su creación.
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Friquitud delirante
El delirio en color, el homenaje a su resignada mujer Giulietta Masina y a su amante Sandra Milo es el desmesurado argumento autobiográfico del filme que da paso a lo propiamente felliniano: la friquitud delirante y surrealista: Giulietta de los espíritus (1965).
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La venus de Milo
Si Anita fue la fantasía cinematográfica de la reprimida generación de posguerra, el icono sexual de las mujeres nórdicas, para Fellini la actriz que durante años representó a la megamujer fue Sandra Milo, su amante durante 17 años. La primera imagen es la bellísima Sylvia Koscina.
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Fantasías sexuales
Los años 60 terminan con un filme tan excesivo como sorprendente, Fellini Satyricon (1969), basado en el libro de Petronio. Las excentricidades y desmesura de la historia, repleta de seres deformes, erotismo y situaciones grotescas hacen de este filme el comienzo de la etapa surrealista de Fellini.
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El circo
La fascinación de Fellini por el circo y el teatro de variedades fue patente desde Luces de varietés, La strada y Fellini 8½. Los clowns (1970) es un falso documental sobre los payasos del circo vistos por el niño que fue Fellini, siguiendo con su narcisismo autobiográfico.
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Los friquis de Roma
Con Roma (1972), una caótica película sobre la ciudad de Roma, con escenas desconectadas, se muestra el delirio narcisista de Fellini en plena deriva surrealista. Los monstruos, los friquis cotidianos aparecen aquí como los protagonistas, ya sean la casa de prostitutas como el pase de modelos litúrgicos.
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Cuarto Oscar
El narcisismo autobiográfico de Fellini se resume felizmente en su película más personal: Amarcord (1973) y su último gran éxito mundial. Volvió a ser nominado como director y ganó de nuevo el Oscar a la mejor película extranjera.
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La estanquera
De nuevo la ubres de la estanquera aparecen en primer plano en carteles e imágenes promocionales de Amarcord. La famosa escena de la estanquera, sus pechugas y el inmenso culo dieron la vuelta al mundo. También la fascinante imagen de Magali Noël en el papel de la Gradisca.
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El yo antibiográfico
En Amarcord (1973), autobiografía imaginativa de sus recuerdos juveniles, Fellini presenta como seres fantásticos los mismos personajes que en sus comienzos no eran más que seres cotidianas poetizados. Se consolida así lo felliniano, donde “todo y nada es autobiográfico”.
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El gran amante
A partir Fellini 8½, a los títulos de las películas se le añadió el nombre de Fellini. Casanova de Fellini (1976) es, de nuevo, una biografía del amante veneciano pasada por la fantasía del director de Rimini. Esa realidad distorsionada que el público reconocerá como lo felliniano rezuma un gusto barroco por lo ornamental y decorativo, la caricatura, la fantasía onírica y la autorreferencialidad.
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Expresionismo
Fellini trata de repetir el cine coral de Amarcord sin demasiado éxito de crítica y público. La galería de personajes extravagantes se repiten en Y la nave va (1983). Un conjunto de decadentes personajes de el dislocado manierismo de Otto Dix y George Grosz.
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Canto del cisne
Fellini y Giullieta Masina fueron desde jóvenes fans de Ginger Rogers y Fred Astaire, homenajeados en Luces de varietés. Ginger y Fred (1986) puede considerarse como el canto del cisne de la creatividad de Fellini. Para personificar esa decadencia utilizó a su actor fetiche Marcello Mastroianni y a su mujer Giulietta Masina, actuando por última vez en un programa de televisión.
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El final
La última realización de Fellini fue La voz de la luna (1990), interpretada por Roberto Benigni y Paolo Villagio, que interpreta al mismo Fellini, con su sombrero característico. De nuevo la confusión entre fantasía y realidad, su estética extravagante y dispersión argumental.
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