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Mamie Van Doren, la otra Marilyn que sigue en activo a sus 94 años

La actriz está entusiasmada con el rodaje de un documental sobre su intensa vida.

La actriz está entusiasmada con el rodaje de un documental sobre su intensa vida.
Mamie Van Doren, en 1958. | Cordon Press

Hollywood lanzó en la década de los 50, en estudios cinematográficos rivales, a tres despampanantes rubias que serían calificadas con el sobado término de "sex-symbols". Quien del trío se llevó el gato al agua hasta convertirse un mito del celuloide, aún no apagado, fue Marilyn Monroe. Otra que le disputó ese trono, sin conseguirlo, fue Jane Mansfield, que disponía de un busto más prominente. Ambas ya fallecieron, con cinco años de diferencia, la primera Marilyn. Sobrevive, Mamie Van Doren, con noventa y cuatro años. Ella de tal vitalidad que se resiste a no seguir apareciendo en la pantalla, aunque ya se despidió en 2002 con su última película: Slackers, en un papel de prostituta que le venía como anillo al dedo. Pero según ha informado recientemente la revista Variety, cuya credibilidad en el mundo artístico está probada, Mamie Van Doren está entusiasmada con el rodaje de un documental sobre su intensa vida. Ya es afición la suya…

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Mamie Van Doren, en 1959.

Natural de Dakota del Sur, Estados Unidos, se llama realmente Joan Olander. El nombre fue decisión de su madre, en honor de Joan Crawford. Criada en los años 30 del pasado siglo en una granja, ambicionaba ser actriz cuando con su familia se trasladó a Los Ángeles. Lo más próximo a sus sueños de triunfar en Hollywood fue conseguir a sus dieciséis años un trabajo de acomodadora de un cine, cuando por suerte para ella, a esa edad también debutó como extra en algunas películas.

Tenía tan solo diecisiete años cuando le dio por casarse con un tal Jack Newman tras fugarse a Santa Bárbara. Poco les duró la unión en aquel 1950. En su afán de destacar como fuera se apuntó a dos concursos de belleza, uno de ellos en Palm Springs donde la conoció el magnate y extravagante productor Howard Hughes, que "se la llevó al huerto" a poco de entablar conversación con ella.

La madre de la ostentosa miss supo de ese fugaz encuentro con Hughes, y no paró hasta dar con él para pedirle que le diera una oportunidad a su hija. Dicho y hecho. Se convirtieron en amantes a lo largo de cinco años. Propietario de la importante RKO, proporcionó a su querida pequeños papeles en películas de poca monta, quizás el más sobresaliente en Las fronteras del crimen (1951), protagonizada por Robert Mirtchun y Jane Rusell.

Para entonces ya la habían bautizado como Mamie Van Doren. Lo de Mamie, porque así se llamaba la esposa del presidente Eisenhower. Y lo otro porque su físico les pareció a los responsables del estudio propio de una holandesa anunciando quesos, aunque ella nada tuviera que ver con esa nacionalidad ni con lo otro.

Preparación artística

Mamie se buscó un representante, que resultó ser el compositor Jimmy Mehugh, quien la envió a varias escuelas de Arte Dramático para que la futura estrella del erotismo obtuviera una mínima, siquiera, preparación artística, de la que estaba huérfana.

En 1953 la compañía Universal la fichó como sosias de Marilyn Monroe, contrato de siete años de duración, tiempo durante el que intervino en cintas de escasa entidad donde tenía que aparecer en paños menores. Los argumentos eran lo de menos. Su mayor golpe de suerte lo consiguió al rodar Contrabandistas de Macao, cuyo galán era Tony Curtis, y allí aparecía Mamie Van Doren cantando con aire sensual. En El sexo fuerte, de mediados los 50, destapaba su anatomía hasta donde la censura lo permitía. Llegó el momento en el que fue incluida en una lista negra que difundió una asociación de la decencia. Era, efectivamente, demasiado sexy. El talento no se le veía por ninguna parte en aquellas infumables películas que hizo de serie B, o en musicales donde su voz quedaba en segundo plano y sólo sabía realizar movimientos lascivos para provocar siempre, hasta donde delimitaba la censura.

No era rival para Marilyn

Fue despedida por los ejecutivos de la Universal al darse cuenta que Mamie Van Doren no era rival para Marilyn Monroe, aunque nadie le negara ser una rubia explosiva que atraía en las taquillas a muchos varones. Se pasó a la Warner Bross, donde continuó con su misma línea, rodando largometrajes cuyos títulos ya lo decían todo, caso por ejemplo de Escuela del vicio. Como quiera que el nombre de Mamie Van Doren estaba asociado a su condición de símbolo sexual a nadie extrañó que la revista Playboy la llevara a su portada, póster en la página central y bastantes imágenes sin ropa alguna en buena parte del número.

Mamie Van Doren no se cortaba un pelo a la hora de vivir libremente, sin nadie que la aconsejara llevar una vida menos disipada. Se casó cuatro veces más – en total, cinco – y alternó esos matrimonios siendo amante de unos cuantos astros del cinema, entre los que se contaban Frank Sinatra, Elvis Presley, Clark Gable, James Dean (a pesar de ser gay), el más popular presentador de televisión, Johnny Carson...Estuvo a punto de casarse con el campeón de los pesos pesados Jack Dempsey, pero no llegaron a dar ese paso.

Fracasos matrimoniales

Después de aquel fugaz matrimonio con Jack Newman, como ya dijimos, el segundo fue en 1955 con el director de orquesta Ray Anthony, que la dejó embarazada de su único hijo Perry, nacido en marzo de 1956. Pero a pesar de que estuvieron unidos seis años, aquella pareja se fue al garete en 1961. Cinco años más tarde Mamie matrimonió con Lee Mayers en 1966 y al año rompieron. Ross McClintock se convirtió en su cuarto marido en 1972, y también doce meses después se dijeron adiós. Y ya, aunque se metiera en la cama con otros ocasionales amantes, volvió a reincidir en una quinta y definitiva boda con Thomas Dixon, en 1979, quien desde entonces ha seguido con ella, en un hogar más estable que todos los anteriores. Un actor y al mismo tiempo dentista, veinte años menor que ella, que ha sabido hacerla feliz. Y al que no importó que Mamie aportara aquel hijo llamado Perry para irse a vivir los tres al condado de Orange.

Hay en la biografía de Mamie Van Dore algunos pasajes que citamos a continuación: cantó para las tropas norteamericanas destacadas en Vietnam, desatando como puede suponerse desaforadas reacciones de los soldados contemplándola medio en pelotas mientras cantaba, moviendo sensualmente su cintura y sobre todo sus tetas. Publicó sus memorias en 1987, y reincidió en sus recuerdos en dos ocasiones más, detallando en ellos sus peripecias amorosas. Desde 1998 y hasta 2010 mantuvo una web donde detallaba un excitante catálogo de anécdotas. Y todavía ha querido estar presente en su ocaso artístico escribiendo más vicisitudes de su vida, señal de que su memoria no la traiciona. Lúcida al decir esto: "A mí nunca me tomaron en serio como actriz". Y llevaban toda la razón.

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