
El último giro del caso del director Carl Rinsch, firmante de la película de Keanu Reeves 47 Ronin, que se saldó con un fracaso de taquilla, es el de su defensa alegando un "estado de psicosis" cuando se marchó de un proyecto de Netflix con 11 millones de dólares de la compañía bajo el brazo.
Rinsch, antaño reputado director de videoclips y con posibilidades de dirigir grandes proyectos en Hollywood, podría pasar a la historia negra de la fábrica de los sueños como un talento defenestrado… por sí mismo.
El autor está acusado de fraude desde el pasado marzo después de haberse gastado fondos de la produccion de White Horse, su proyecto con Netflix, en criptomonedas dogecoin (llegó a ganar 23 millones con la inversión) y productos personales de lujo, incluyendo dos colchones suecos hechos a mano valorados en 650.000 dólares, muebles clásicos y coches de lujo. Antes de alegar psicosis, los abogados de Rinsch, que atribuyó los gastos a necesidades de la producción negaron las acusaciones de enfermedad mental, atribuyéndolo a un desorden autista.
Ahora afronta un juicio civil de 11.8 millones de dólares fijado para el 2 de diciembre. Se declara en la indigencia, siendo representado por la defensa pública y transportado a Nueva York, lugar del juicio, a expensas del Gobierno. El juez Jed Rakoff ordenó previamente al Servicio de Alguaciles de EE. UU. que facilitara el transporte sin custodia de Rinsch a Nueva York para asistir a una audiencia de este mes de agosto.

Netflix invirtió 55 millones de dólares en White Horse, serie cuyo rodaje comenzó en Brasil en 2019 para muy pronto salirse del presupuesto establecido. Los fiscales alegan que Rinsch cameló a Netflix cuando buscó financiación adicional en 2020, solo para apostar el dinero en inversiones dudosas y luego usarlo para comprar coches de lujo (cinco Rolls Royce y un Ferrari) y gran cantidad de muebles antiguos, estancias en hoteles Four Seasons, ropa de cama, relojes y ropa.
De nacionalidad estadounidense, Rinsch nació en Los Angeles y realizó cortometrajes como The Gift y anuncios comerciales. Su reputación creció y llegó a ser valorado para dirigir una precuela de Alien y un remake de La Fuga de Logan, aunque ninguno de esos proyectos fructificó. Sí lo hizo La leyenda del samurái o 47 Ronin, su título original, una aventura de fantasía con Keanu Reeves cuyo presupuesto se desbocó hasta los 175 millones y tampoco tuvo buena recepción.
Según investigaciones del The New York Times, Rinsch comenzó a consumir anfetaminas y lisdexanfetamina durante el rodaje del proyecto. Sus familiares y allegados llegaron a hacer una "intervención" dada la conducta del director, que acostumbraba a gritar y desbarrar en el set de rodaje y fue acusado por sindicatos brasileños de mal comportamiento. En algún momento de la odisea de Rinsch, el propio Keanu Reeves mostró su apoyo al director.
El proyecto se quedaba sin dinero efectivo y Rinsch instó a Netflix a que enviar dinero pese al incumplimiento de los plazos de producción. La compañía de streaming transfirió a su productora otros 11 millones de dólares, que Rinsch transfirió a su vez a su cuenta personal. El director perdió o gastó 6 millones de dólares en apenas unos días y no entregó ningún capítulo de White Horse, su serie de una inteligencia artificial de intenciónes dudosas.
Los abogados se disputan ahora la utilización en el juicio de correos de Rinsch con ejecutivos de Netflix a los que aseguró poder mapear "la señal del coronavirus que emana del interior de la Tierra". Su esposa y asociada al proyecto, Gabriela Rosés, pidió el divorcio en 2021. El director le había confesado que "los aviones eran fuerzas orgánicas e inteligentes". Éste asegura que nunca perdió la cabeza.
Rinsch está acusado de fraude electrónico y lavado de dinero, delitos que conllevan hasta 20 años de prisión cada uno, así como cinco cargos adicionales derivados de ello.

