
El actor Ricardo Gómez, conocido por su papel de Carlitos en Cuéntame cómo pasó, protagoniza La suerte, la nueva serie de Paco Plaza en Disney+, una historia de encuentros, supersticiones y búsquedas personales.
"Necesita sentirse un individuo. Necesita tener una libertad. Necesita independizarse". Con esta frase, Ricardo Gómez describe a su personaje en el programa de esRadio, Una Hora Contigo. El actor da vida a David, un joven taxista atrapado en la rutina que, al subirse al coche un torero, verá cómo todo en su vida empieza a tambalearse. "David es el treintañero promedio español atravesando la gran crisis de esta generación, que es el tener 30 años y no poder irse de casa de sus padres".
Ricardo Gómez comparte que el personaje le planteó un reto: "David es un personaje protagonista, casi punto de vista, pero es pasivo. No le pasa nada. Todo le pasa a la gente alrededor". Fue entonces cuando decidieron darle un motor interno: "Se suma a que le pasen cosas. Necesita despertar. Entonces la serie es un poco el despertar de David".
Una serie que no se posiciona, pero lo muestra todo
Aunque el universo taurino es el telón de fondo, La suerte evita el discurso. "Es una serie que no va a molestar a nadie. Ni es protaurina ni es antitaurina", afirma Gómez. Lo que de verdad interesa a los creadores, asegura, "son los personajes y lo que circula a su alrededor, no lo que ocurra dentro de una plaza". Y en ese terreno emocional, la serie lanza una pregunta potente: "¿Se puede querer a alguien sin entenderle?".
Desde su lugar como protagonista ajeno a ese mundo, Gómez comparte su experiencia durante el rodaje: "A uno que una cosa no te interese, no quita que no seamos curiosos. Mi trabajo es ser curioso, por definición". El trabajo de documentación incluyó largas conversaciones con Óscar Higares: "Siempre tiene que ser a cada sitio al que va el mismo hotel, la misma habitación... Es como una carga de supersticiones". Ese universo de códigos y manías envuelve a David y le lleva a cuestionarse, a implicarse y, finalmente, a transformarse.
Más allá del éxito
Ricardo Gómez no busca etiquetas. Lo que le atrajo del proyecto fue su rareza: "Yo no sé si es un éxito o es un fracaso. Desde luego es especial. Y entonces ya el éxito o el fracaso pasan a un segundo plano". La serie, nacida de una fiesta de toreros que inspiró a Paco Plaza, se mueve en esa línea fina entre lo emocional y lo social: "Ellos querían contar una historia de entendimiento, de empatía, una historia de amor realmente al final, de amistad".
Para Gómez, lo que queda tras este viaje es una convicción: "El hecho de poder hacer algo especial en los tiempos que ocurren para mí ya es un valor. No te digo añadido, es el gran valor".
El vértigo de decidir
"Muchísimo". Así responde Ricardo cuando se le pregunta si sintió vértigo al dejar Cuéntame cómo pasó para abrirse camino en nuevos territorios. "Es un vértigo muy grande, pero a la vez sentía la necesidad", admite. En esa transición no estuvo solo: "Estoy muy agradecido a mi gente, a mi familia, a mi representante... que estuvieron ahí escuchándome y dándome la confianza que uno en ese momento es incapaz de tener".
La búsqueda ha sido constante. "Ha habido mucho trabajo detrás, ya no solamente de interpretación, sino de saber esperar, de decir: no, vamos a relajarnos, vamos a ver qué es lo que tengo que hacer". Su carrera posterior ha sido una suma de elecciones conscientes: "Prefiero mil veces hacer un personaje pequeño en una historia que me emocione, que tener el ego lleno porque hago el protagonista de una historia que me da igual".
El peso de ser observado
Ricardo no esquiva el lado más incómodo de la fama. "Esa sensación de sentirte observado en un ambiente de fiesta... A lo mejor me gustaría tomarme dos gin-tonics más, pero no me apetece estar aquí como monito". Ha aprendido a gestionarlo desde joven: "Nunca digo que no a una foto, a no ser que me pilles en un día horrible. Lo llevo viviendo toda mi vida".
Sin embargo, hay límites: "Me molesta tanto cuando me hacen una foto sin pedírmela... Yo cuando me la piden, nunca digo que no". Con honestidad, señala lo que le incomoda de esta era digital: "Ahora la gente no quiere hablar contigo. Quiere tener la prueba de que ha estado contigo, pero luego se piran".
Un nuevo comienzo desde la dirección
Por otro lado, Ricardo prepara su debut como director para 2026. "Llevo estos últimos años preparando lo que será mi ópera prima", revela. Se trata de un proyecto al que ha dedicado seis años y que ya está encauzado: "Ahora ya parece que todo se ha encauzado financieramente y que el año que viene ruedo".
Será una película de género dramático con tintes de thriller. Y no, no actuará: "Me voy a limitar a dirigir". Ya piensa en su regreso al teatro, pero solo después del estreno: "Me hace muy feliz el teatro, me desafía mucho y me gusta mucho el contacto con el público". El actor se enfrenta a una nueva etapa con el mismo rigor y sensibilidad que ha marcado toda su trayectoria: "Yo creo mucho en las etapas. Y este 26 empieza una nueva etapa."
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