Menú

Orbán reivindica a Franco como luchador contra el comunismo y la URSS

Los húngaros acudieron a España cuando se sublevaron contra los comunistas locales y los soviéticos. En Budapest, los manifestantes derribaron una estatua de Stalin de 10 metros de altura.

Los húngaros acudieron a España cuando se sublevaron contra los comunistas locales y los soviéticos. En Budapest, los manifestantes derribaron una estatua de Stalin de 10 metros de altura.
Manifestantes holandeses en apoyo del pueblo húngaro contra el comunismo en 1956 | Cordon Press

El Francobeo se le está volviendo en contra a Pedro Sánchez, no sólo dentro de España, sino también fuera.

El primer ministro húngaro Viktor Orbán, presente en Madrid para la cumbre de los partidos que forman el grupo Patriots en el Parlamento Europeo, pronunció estas palabras en su discurso:

"Estimados amigos españoles, vosotros fuisteis los primeros en apoyarnos cuando en 1956 nos rebelamos contra el comunismo y la URSS."

¿Se refería Orbán al PCE de Ibárruri y Carillo, a los socialistas corruptos y golpistas Indalecio Prieto y Juan Negrín, al gobierno republicano asilado en México… o al régimen del general Franco?

Sublevación anticomunista

En el otoño de 1956 estallaron dos crisis internacionales: la invasión de Hungría por el Ejército soviético y el ataque de Francia, Israel y Reino Unido contra Egipto por la nacionalización del canal de Suez ordenada por Gamal Abdel Nasser. Ambas coincidieron en el tiempo (finales de octubre-principios de noviembre) y en ambas se demostró que el poder en el planeta dependía de las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS.

imagen-procomunista-mercado-hungria-1956.jpeg
Imagen de un mercado de Hungría en 1956

En España, los sucesos de Hungría se vivieron con una gran atención por parte del régimen, que, en diciembre de 1955, había concluido su regreso la comunidad internacional con el ingreso en las Naciones Unidas. Éste se había producido como parte de un bloque de 16 países (Italia, Austria, Libia, Hungría, Rumanía, Jordania…) y con el voto a favor de la URSS y sus satélites.

Las relaciones del régimen franquista con Hungría habían sido muy buenas hasta la ocupación alemana en 1944. El almirante Miklós Horthy, regente del país desde 1920, reconoció al Gobierno de Franco en noviembre de 1937 y permitió el envío de suministros.

El pretendiente a la corona húngara, el archiduque Otto de Habsburgo, había vivido varios años en Lequeitio (Vizcaya) bajo la protección de Alfonso XIII y además era consejero de Franco en política exterior. En 1948 le pidió a éste que le permitiese abrir la Real Legación de Hungría para expedir documentación para los miles de húngaros exiliados. Por ello, muchos húngaros conservadores se instalaron en España.

Esta comunidad húngara acudió a Franco cuando el 23 de octubre sus compatriotas se sublevaron contra los comunistas locales y los soviéticos. En Budapest, los manifestantes derribaron una estatua de Stalin de 10 metros de altura y liberaron de su prisión al cardenal József Mindszenty. Muchos militares húngaros se unieron a los rebeldes; y el comunista civilizado Imre Nagy (luego fusilado en 1958) formó un Gobierno con ministros no comunistas que suprimió la dictadura de partido único.

estatua-stalin-hungria-1956.jpeg
Estatua de Stalin cayendo en Hungría en 1956

De nuevo, Moscú le hizo al caudillo un favor impagable. El bloqueo de Berlín (1948) y la guerra de Corea (1950-1953) habían servido para que los occidentales, sobre todo EEUU, se reconciliasen con la dictadura franquista para contar con un aliado más en la Guerra Fría. La invasión de Hungría demostraba que la desestalinización no se extendía a la política exterior y, se pensaba en Madrid, corroboraba que Franco "tenía razón". España, así, fue el país más activo en la ONU en favor de la causa húngara.

Sin embargo, otro acontecimiento internacional se mezcló con la revolución húngara y lo anuló. El 29 de octubre los israelíes atacaron Egipto y el 31 los británicos y franceses, de acuerdo con los primeros, empezaron a bombardear objetivos egipcios. El objetivo de la coalición era tomar el canal de Suez.

España, defensora de los húngaros

La primera petición de ayuda la recibió el Gobierno español el 26 de octubre de parte de Ferenc Marosy, ministro de la Real Legación de Hungría, en nombre de Otto de Habsburgo. Éste le pedía al general Franco que se dirigiese al Consejo de Seguridad de la ONU para protestar por la agresión de Moscú y le calificaba de "primer campeón en Europa de la causa de los pueblos oprimidos".

Marosy fue el enlace entre Franco y el archiduque. En sus informes aparece claro que el Gobierno español estaba dispuesto a enviar voluntarios, nacionales y extranjeros, a combatir en Hungría.

La madrugada del 4 de noviembre, cerca de 3.500 tanques soviéticos penetraron en Hungría. Unos 3.000 húngaros morirían ese día y los siguientes.

El embajador español en Londres comunicó el 5 de noviembre a su ministro que 2.000 húngaros residentes en Gran Bretaña, que querían combatir por la libertad de su patria, pedían a España sólo que les trasladase a la frontera. El historiador Luis Suárez (Franco y la URSS) asegura que Franco

"alentó un curioso proyecto de reunir jóvenes húngaros, armarlos con dinero y material norteamericano y arrojarlos en paracaídas sobre algún lugar que aún controlaran los sublevados"

Ese mismo día 5 habían aterrizado en Suez paracaidistas británicos y franceses. Artajo, por instrucciones de Franco, remitió a Morosy a un general español, para acordar la entrega de 10.000 fusiles y armas antitanque a los combatientes húngaros.

hungria-1956-recogiendo-cadaveres.jpeg
Húngaros recogiendo los miles de cadáveres tras la represión comunista en 1956

Pero Estados Unidos se negó a facilitar el transporte aéreo imprescindible. Austria, que había recobrado su independencia en 1955 y estaba gobernada por una coalición de democristianos y socialistas, no quería que su territorio se usase como trampolín o se convirtiese en campo de batalla. Sólo quedaba ocuparse de los 200.000 fugitivos.

Paradójicamente, una dictadura de derechas que acababa de firmar una alianza con Estados Unidos (1953) apoyaba los esfuerzos del Gobierno húngaro para conseguir pluripartidismo, libertad de prensa, elecciones y un estatus de neutralidad similar al de Austria.

El 6 de noviembre, EEUU y la URSS impusieron un alto el fuego en Suez a Londres, París y Tel Aviv. El último bastión de resistencia húngara, en un barrio de Budapest, se rindió a los invasores el 10 de noviembre.

En otro despacho de Marosy al Comité Nacional Húngaro en Nueva York, el diplomático decía que

"Según Otto de Habsburgo, en el Oeste de Hungría están tan desesperados por la inactividad de los EEUU, que ya odian más a los americanos que a los rusos".

A la puerta del Consejo de Seguridad

La preocupación en el mundo libre ante la agresión soviética (el pacto de Varsovia se había fundado en 1955) fue de tal magnitud que el archiduque escribió al presidente Eisenhower para proponerle la organización de una brigada formada por exiliados del Este y anticomunistas para combatir en territorio europeo donde quiera que se produjese la siguiente crisis. El proyecto, que también lo trataron las autoridades políticas y militares españolas, se desechó unos pocos meses más tarde.

El profesor Suárez concluye que la crisis de Hungría tuvo como consecuencia que "creció el prestigio de Franco ante los dos bandos implicados". El 21 de noviembre, España presentó su candidatura para ocupar uno de los puestos rotatorios del Consejo de Seguridad. Y podía haberlo conseguido gracias al respaldo de los países hispanoamericanos, los árabes y algunos europeos.

El académico, fallecido a finales de 2024, añade que las potencias que habían decretado en los años 40 el aislamiento de España en castigo por el régimen franquista, incluida la URSS, se unieron para promocionar la candidatura de Suecia, que tenía un Gobierno socialdemócrata, igual que cuando este país colaboró con el III Reich entre 1941 y 1943.

hungria-1956-refugiados.jpeg
Cruz Roja prestando ayuda a los húngaros

En la primera votación, celebrada en diciembre de 1956, España obtuvo 32 votos de 78. El día 18, el embajador José Félix Lequerica, por orden de Franco, retiró la candidatura y votó a Suecia para mantener la concordia en la ONU. Al día siguiente, en un editorial el periódico progre The New York Times (aún no financiado por la USAID) le hizo saber al presidente Eisenhower su irritación con el ascenso diplomático de España. El presidente republicano visitó España y abrazó a Franco en 1959.

Otra consecuencia del Otoño húngaro fue el choque de la nueva oleada de exiliados con los ya establecidos. Los veteranos eran monárquicos y conservadores, mientras que los nuevos eran republicanos y, lo que provocó la indignación de los primeros, antifranquistas.

El sacrificio de los patriotas sublevados contra el gobierno quisling comunista y la represión posterior animaron a la resistencia cuando el bloque socialista en Europa empezó a agrietarse, a finales de los años 80.

Desde luego, Orbán es más agradecido con Franco que la derecha española, la cual ya empieza a borrar del espacio público y de la memoria incluso a Manuel Fraga, tal como quiere la izquierda.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal