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La prosa lírica de Iván Repila

Prólogo para una guerra es la nueva novela del poeta bilbaíno.

Prólogo para una guerra es la nueva novela del poeta bilbaíno.
Portade de 'Prólogo para una guerra' | Editorial Seix Barral

Dentro de la ficción hay varios géneros, y dentro de la novela hay muchos estilos. Para que nos entendamos, está la novela cotidiana, que narra una historia de manera lineal (generalmente cronológica) y la novela lírica (esa novela en la que además de contar una historia se busca la estética en la conjunción de palabras, pero sin el formalismo de la métrica). Este segundo estilo es poco frecuente, y tiene un público más escaso. Las metáforas no son aptas para todos los públicos, porque vuelven la narración más compleja, pero también más rica, por esos dobles significados.

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Este es el caso de Prólogo para una guerra, del autor bilbaíno Iván Repila. Un autor que se define como poeta, y que se atrevió a crear una editorial de poesía llamada MásMedula, especializada en poesía contemporánea. Apostar por publicación de poesía es un negocio de riesgo, muestra de que a Repila poco le importa ser parte de la llamada cultura de masas.

La historia arranca con dos sucesos que zarandean al lector, que conmueven y que sirven para mostrar que no estamos ante un texto amable y convencional (no en vano, se titula Prólogo para una guerra).

En esta obra nos cuenta la historia de dos personajes: Emil Zarco (un joven y prometedor arquitecto), y El Mudo (un ermitaño del siglo XXI). Pero no se trata de una historia que cuenta con dos hemisferios que forman una bola, sino más bien un polígono con diferentes vértices, en cada una de los cuales encontramos nuevos personajes que entran en la trama: una mascota, una mujer, un trabajo, una obsesión, un sindicato… Todos ellos van dando forma a los dos universos, dos historias que transcurren equidistantes, hasta que algún elemento de la narración las trastoca, y colisionan.

Subyace, en todo este cuento, la idea de la descendencia: el legado, dejar algo a la posteridad (bien sea en forma de paternidad, o construyendo un edificio). Porque en el fondo de lo que nos habla Iván Repila es del deseo de permanecer, un deseo algo egoísta, con la moraleja de que cualquier obsesión pude terminar con la destrucción de lo que se quiere, de lo que se tiene, de lo que se es.

Como común denominador, los dos protagonistas adolecen de empatía por todo lo que han sufrido, y se decantan por la actitud cobarde de ocultarse, aunque también en el descenso a los infiernos, en la oscuridad, puede haber luz:

Toda batalla tiene un antes y un después, y la estructura narrativa así lo plantea, como el principio de acción - reacción. con una narrativa poco convencional: lirismo, simbolismo, metáforas… es una obra de vanguardia.

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El autor

Cuando le pusieron el calificativo de ‘joven promesa literaria’, comenzaron los obstáculos. Iván Repila (Bilbao, 1978) se ha tenido que quitar el sambenito, y empezar de nuevo. Todo porque tuvo la mala suerte de que el editor que lo descubrió y apostó por él falleció a los pocos meses de sacar su primera novela. El libro El niño que robó el caballo de Atila se convirtió en un éxito fuera de España, pero no en nuestro país, donde -dadas las circunstancias- tuvo una vida corta, con una tirada pequeña. Y así lo cuenta su nueva editora, que ha heredado a este joven escritor, que ya es conocido en Japón, Estados Unidos, Italia o Reino Unido.

Iván Repila, Prólogo para una guerra, Seix Barral, 2017. 288 páginas.

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