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Jesús Fernández Úbeda

Stephen King se cisca en los 'bebelejías'

Los villanos de 'Holly' son furibundos antivacunas. Nunca había manifestado King de una forma tan recurrente sus opiniones políticas en una novela.

Los villanos de 'Holly' son furibundos antivacunas. Nunca había manifestado King de una forma tan recurrente sus opiniones políticas en una novela.
Portada de 'Holly', de Stephen King. | Plaza y Janés

Holly (Plaza y Janés, 2023) es la sexagésimo quinta novela de Stephen King. También es la sexta en la que aparece el personaje homónimo, Holly Gibney –antes lo hizo en la trilogía de Mr. Mercedes, en El visitante y en La sangre manda–, una detective sagaz y noble que pendula entre el autismo y el TOC y de la que está perdidamente enamorado el fabuloso escritor estadounidense. En España, el libro vio la luz el 21 de septiembre; el 5, en una entrevista concedida a Rolling Stone, el autor de El resplandor declaraba: "Creo que mucha gente, especialmente aquella que piensa de un modo distinto al mío en el tema covid y de Trump, le dará una estrella en las reseñas de Amazon. Todo lo que puedo decir a esas personas es: ‘Que os aproveche’".

Sucede que los villanos de Holly son furibundos antivacunas. Y la madre de la protagonista, que es un bicho. Y todo aquel individuo que empuja al lector a torcer el hocico. Ridículos, necios, cuando no abiertamente dementes. Nunca había manifestado King de una forma tan explícita, agresiva y, sobre todo, recurrente, cuando no cansina, sus opiniones políticas en una novela. Los palos al expresidente del Gobierno estadounidense y a sus feligreses son constantes. También a la policía, a la que se le critica bien por vaga, bien por racista. Por ejemplo, en un momento determinado, un personaje aconseja a otro de raza negra que tenga cuidado con cómo sale de un sitio –perdonen la falta de concreción, no quiero incurrir en el spoiler–, no sea que acabe como George Floyd.

Holly nace de una visión: King se imaginó a la discípula de Bill Hodges asistiendo por Zoom al funeral de su madre. "No tenía un argumento –escribe el escritor– para acompañar esa escena, lo cual era una lástima, pero seguí tanteando el terreno porque me he enamorado de Holly desde el principio, y quería estar con otra vez con ella. Y un día leí un artículo en un periódico sobre un homicidio por honor. No pensé que ese pudiera ser mi argumento, pero me encantó el titular, que venía a decir algo así: TODO EL MUNDO PENSABA QUE ERA UNA PAREJA DE ANCIANOS ENCANTADORES HASTA QUE EMPEZARON A APARECER CADÁVERES EN EL JARDÍN. Viejos asesinos, pensé. Ese es mi argumento".

Holly no es una novela-problema. A los malos los conocemos desde el minuto uno y responden a los nombres de Rodney y Emily Harris. Son dos profesores universitarios jubilados que, cada equis, secuestran a una víctima, la ceban con hígado de vaca y, cuando lo consideran oportuno, le dan matarile y se la zampan. Razón: creen que la carne humana retrasa su deterioro físico. Su cosecha arranca en 2012. Holly los investiga en 2021. Es contratada por Penny Dahl, cuya hija ha desaparecido. Y Holly acepta el encargo para orillar la muerte de su madre, una trumpista más mala que Pazuzu, como ya se ha señalado, que enfermó de covid-19 en una manifestación contra el uso de la mascarilla y que, a los pocos días, partió al "patio de los callaítos", como dice el Comandante Lara. King elabora una investigación inteligente y adictiva que desemboca, tras un rellano breve, pero reconocible, en una mascletá sangrienta y muy disfrutable. Chapotea con maestría –no es cosa nueva– en el charco del noir, cada vez más suyo. Y, valiéndose de otros habituales de la trilogía Mr. Mercedes, los hermanos Jerome y, sobre todo, Barbara Robinson, hace un canto a veces romántico, a veces realista, al oficio de escritor, cuela consejos –cita incluida de Juan Ramón Jiménez– y satiriza ciertos vicios del academicismo literario. En definitiva, si bien Holly no halla hueco entre los ochomiles del maestro –superar It, Cementerio de animales, El misterio de Salem’s Lot, Misery o Apocalipsis es terriblemente complicado–, es un libro fantástico, la enésima demostración de que el rey del terror continúa en plena forma. Que sea por muchos años, digan lo que digan los siesos que dan el Nobel.

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