
Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-Madrid, 1921) es una de las mejores novelistas españolas. Su interés por el ser humano superó la ficción, llevándola a empaparse de los estudios de criminología que se iban publicando. La gallega demostró un alto grado de conocimiento sobre el comportamiento humano y una capacidad extraordinaria para diseccionar el alma y buscar los porqués de los más atroces ataques homicidas. Disfrutaba de las historias de detectives y las leía compulsivamente para, después, criticarlas en su mayoría. Así hacía con el exitoso personaje de Conan Doyle. Tanto le interesaban los crímenes, que solía acudir al lugar del suceso para descubrir detalles que se les escapaban a investigadores y cronistas, y, después, opinar sobre todo ello en sus artículos. A veces, incluso, le eran de inspiración para una novela corta.

Marisol Donis, criminóloga y escritora, se ha sumergido en la vasta producción periodística de doña Emilia y ha recopilado artículos que publicó de algunos de los crímenes más memorables de principios del XX, crónicas que aderezaba con su particular peritaje y veredicto. Lo ha hecho en el libro Emilia Pardo Bazán y su fascinación por la criminología (AlRevés). Según su editora, Mercedes Castro, la selección desprende "esa quemazón suya, esa ansia por desentrañar los mecanismos de la violencia cotidiana, cercana, doméstica, el crimen pesetero de la criada maltratada, del vecino avaricioso, del marido posesivo". Se disfruta del talento de la gallega mientras nos asomamos a los capítulos más negros de principios del siglo pasado.
Resulta curioso comprobar el olfato que tenía la autora de Los Pazos de Ulloa para el crimen, su agudeza con los detalles que marcan la diferencia y su inconformismo: "No lo puedo remediar: ninguna de las explicaciones conjeturales que dan los periódicos ha llegado a convencerme..." (Pág. 127). "En el descubrimiento de los crímenes, la imaginación representa papel muy principal". De eso, Pardo Bazán poseía de sobra. Su talento con la pluma, fuera novela o fuera el más terrible de los sucesos, queda patente en los textos recogidos por Marisol Donis: "Hay que imaginar dos o tres hipótesis novelescas y, con arreglo a los datos, examinarlas, desecharlas o admitirlas" (pág.144). Además, hace referencias a Sherlock Holmes, Balzac o Pérez Galdós.
Pardo Bazán fue una adelantada a su tiempo, una verdadera feminista, de esas que se estremecían ante las desigualdades de la época. Criticaba esa España en la que se podía leer en prensa frases del tipo "como todo enamorado, era celoso" (pág. 71) o "ella mostraba excesiva afición a maquillarse, vestir con lujo y comprar ropa interior elegante". La gallega denunciaba la propensión de los tribunales a absolver a los autores de los conocidos como "delitos de pasión". "De cada diez delitos pasionales, recae sobre nueve el veredicto absolutorio", escribió en uno de sus artículos.
La escritora acuñó el término "mujericidio" en 1901. En un alarde de ironía, se puso en la mente de un maltratador: "¿Qué me harán si mato a una mujer? Poca cosa. ¿Y si mato a dos? Lo mismo. A matar pues, por partida doble...Y vengan jueces, que ya saldré más inocente que una paloma". (Pág.158). "Han aprendido los criminales que eso de la pasión es una gran defensa prevenida, y que por la pasión se sale a la calle libre y en paz de Dios" (pág.179).
Tampoco se quedaba impertérrita ante los abusos hacia menores. "Sobre los hijos, no hay derecho de vida y de muerte", escribió. (pág. 117).
Marisol Donis acompaña los textos de Pardo Bazán con la descripción del suceso real y analiza su punto de vista, sus opiniones, comparando, a veces, con otros novelistas del momento.
Marisol Donis. Emilia Pardo Bazán y su fascinación por la criminología. Editorial AlRevés. 198 páginas. 20 euros.