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José María Marco y Nuria Richart entrevistan al periodista y escritor Jesús Fernández Úbeda por su libro "Nido de piratas": la fascinante historia del diario Pueblo' (Ed. Debate).

Libros con Marco: Jesús Fernández Úbeda presenta "Nido de piratas"

José María Marco y Nuria Richart entrevistan al periodista y escritor Jesús Fernández Úbeda por su libro "Nido de piratas": la fascinante historia del diario Pueblo' (Ed. Debate).

Si hablamos de la profesión periodística bien podemos afirmar que antes había clases y ahora no. Adoramos la igualdad, la tribu. Tampoco sorprende, no se trata de ser más que nadie, si acaso menos. Formamos parte de una sociedad anti freaks que censura ventanas. Con el aire fresco que siempre da la excentricidad.

"Nos tenían miedo, éramos peligrosos" dijo en su día Arturo Pérez-Reverte en la presentación de Nido de Piratas ante los caballeros de la mesa cuadrada del periodismo viejoven y manso (cualidad que se elige) de los años 20 del siglo XXI. Los allí presentes (yo misma) no nos dimos por aludidos y seguimos pringando pan en la salsa de la chistorra. Qué rica. El periodismo y la gestión del hambre no han cambiado.

Jesús Fernández Úbeda recibió el encargo de resucitar el nido de piratas que fue el diario Pueblo entre 1965 y 1984, un periódico (también de sucesos) con artículos, reportajes o entrevistas con una viveza capaz de resucitar a los muertos ‘robados’ que sacó en su portada.

El encargo ha sido un éxito porque Jesús entendió el tono, comulga con los personajes (que superan para felicidad del lector a la persona), porque él mismo no se toma en serio y porque respeta muchísimo la libertad, patrón oro de la creación artística.

Pueblo tuvo la suerte de que no le dieran a elegir entre un periodismo por las buenas o por las malas. No había otra, arriba, con perdón, estaba la autoridad. Así que se inventan entrevistas, roban fotos en velatorios, falsifican documentos, los enviados especiales a Londres escriben las crónicas desde El Escorial, suplantan personalidades o recurren al disfraz con tal de que lata la vida de aquella España, su España. Dos décadas prodigiosas de diversión periodística dura y poco pura, durante el franquismo. Porque Pueblo fue un diario franquista, como la Cadena Ser, por otra parte.

Un Pueblo franquista sin Franco, de ahí el valor. En aquella redacción había comunistas, falangistas, machistas, padres de familia, macarras, críticos de teatro, mujeres... Una sodoma y gomorra al servicio de la exclusiva.

Nido de Piratas es la delicia del relato y la anécdota, y, sobre todo, la nostálgica amargura de un mundo al que hemos renunciado. Con la llegada de la democracia y de las libertades, fíjate, llega la formalidad periodista, gremio que pasa de pasar del dictador a presumir de carnet. Eligió escribir al dictado del político demócrata, esa democracia que te dice qué es lo mejor que puedes pensar. Los bandos que jubiló la Transición los habita un periodismo zombie. La prensa ya no se debe a su ego, vaya, ni a su público, vaya, sino a su escaño. Como siempre, es un error generalizar así que no te des por aludido, seguro que no eres de esos.

Nido de tesoros inmorales, al límite de lo legal, lo roza pero no llega, que no juzga arrugando la nariz con esa actitud de púlpito: ¡No hacemos carrera del pasado!.

Periodismo salvaje. Raúl del Pozo y compañía recuerdan esos años con alegría, se divirtieron de lo lindo. ¿Cómo recordaremos nosotros, el sindicato del memo, nuestros nidos?

Fernández Úbeda en Libros con Marco

Cuenta que el libro es fruto de una treintena de entrevistas, bibliografía o biografías de los periodistas, "depredadores", que trabajaron en Pueblo. Los ya nombrados y Jesús Hermida, Manuel Marlaska, José María Carrascal o su director Emilio Romero, "que consiguió varias generaciones de periodistas fabulosos, generó una mesnada de primeras espadas" y "se partió la cara" por sus empleados.

Define Pueblo como un "un tesauro gigante", un "producto fabuloso y fascinante". Por eso, un trabajo de hemeroteca que calculó que le llevaría cinco o seis días le supuso dos meses, "engancha con su duende, su descaro inédito". Su género más "mágico", el reportaje.

Sobre José María García, "un rebelde" (quien mareó al autor cuando le pidió ser entrevistado para el libro y al final no se prestó a la charla) destaca el momento en que le mandaron a cubrir las Olimpiadas de México y su olfato periodístico le llevó a bajarse del autobús de la prensa e irse a recorrer las calles. Fue el primero en contar la matanza de la Plaza de las Tres Culturas.

Define la sede del diario, ubicada en la calle Huertas 73, como "un garito", "la 13, Rue del Percebe". Allí había "whiskería, peluquería, gimnasio…". Un sitio donde "te podías pulir la paga en una noche" jugando, "se pasaron todos los límites".

Pueblo "respiró mal" el ambiente de la Transición. Comenta José María Marco que durante la dictadura "la autoridad está arriba y no interiorizada y hacemos lo que nos da la gana, en parte". En democracia "se interioriza la norma".

Para el autor, una de las diferencias con el periodismo actual es que hoy el lector "demanda más opinión que información".

El libro se presenta en Sevilla el 8 de noviembre de 2023 a las 19:00 h en la Librería Palas (calle Asunción, 51) y al día siguiente, el 9 de noviembre, en Málaga a las 19:30 h en las Librerías Proteos (C. Prta. Buenaventura, 3).

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