
Stephen King, el célebre narrador del terror contemporáneo, ostenta ahora un título muy distinto a los premios literarios: es el escritor más censurado en las escuelas públicas de Estados Unidos. Así lo confirma el informe de PEN America, La normalización de la prohibición de libros – Prohibidos en EE. UU., 2024-2025, presentado este pasado miércoles.
El estudio documenta 6.870 casos de libros retirados o prohibidos en 23 estados y 87 distritos escolares durante el último curso. Aunque la cifra es inferior a los más de 10.000 vetos del año anterior, la organización alerta de que la censura se ha vuelto "desenfrenada y común" y que "nunca antes, en vida de ningún estadounidense, se habían retirado tantos libros de manera sistemática".
La reacción del escritor
King acumula 87 títulos vetados y 206 censuras individuales, con Carrie y Apocalipsis entre las obras más perseguidas. El propio autor ironizó en su cuenta de X: "Ahora soy el autor más prohibido en Estados Unidos: 87 libros. ¿Os sugiero que elijáis uno y busquéis a qué se deben todas estas quejas? Los 'prohibelibros' moralistas no siempre se salen con la suya. ¡Esto sigue siendo Estados Unidos, maldita sea!".
I am now the most banned author in the United States--87 books. May I suggest you pick up one of them and see what all the pissing & moaning is about? Self-righteous book banners don't always get to have their way. This is still America, dammit.
— Stephen King (@StephenKing) September 26, 2025
Otros títulos en el punto de mira
Pero King no es el único afectado. Otros escritores como Ellen Hopkins (167 censuras), Sarah J. Maas (162) o Jodi Picoult (62) también aparecen en la lista negra de las bibliotecas escolares. La obra más prohibida de todas no pertenece a King, sino a Anthony Burgess: La naranja mecánica suma 23 vetos, seguida de Vendida de Patricia McCormick (20), Breathless de Jennifer Niven (20) o Last Night at the Telegraph Club de Malinda Lo (19).
"La censura se ha normalizado en la vida escolar de millones de niños", concluye PEN en su informe, advirtiendo de que lo que en apariencia es una disputa sobre libros supone en realidad un empobrecimiento del sistema educativo y una seria amenaza a la pluralidad cultural.

