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La galaxia de Alaska: los referentes que la convirtieron en un icono

Alaska es el resultado de un cóctel de figuras pop como Elvis, Siouxsie o Spock. ¿Pero cuáles son los tres referentes que más definieron su universo?

Alaska es el resultado de un cóctel de figuras pop como Elvis, Siouxsie o Spock. ¿Pero cuáles son los tres referentes que más definieron su universo?
Alaska en un fotomontaje junto a Divine, Andy Warhol y David Bowie. | EFE

"All her friends call her 'Alaska’" (todos sus amigos la llamaban Alaska), cantaba Lou Reed en "Caroline Says II", y como si siempre hubiese formado parte de ese mundo que describía el líder de la Velvet Underground en otro de sus icónicos temas, "Walk on the Wild Side", una jovencísima Olvido Gara adoptó el nombre de Alaska para convertirse en parte del tejido de la cultura popular. Con el estreno de la docuserie Alaska Revelada este 15 de diciembre, Movistar busca deconstruir el mito en torno a la cantante de Fangoria, profundizando en su trayectoria para, como sugiere el título, "revelar" sus luces y sombras.

La serie se divide en tres capítulos: salud, dinero y amor. Esta fórmula busca reducir al personaje a la mínima potencia para no perderse en la complejidad de una vida llena de anécdotas, encuentros, música, viajes y, sobre todo, referentes. Porque, para comprender la figura de Alaska, resulta esencial desentrañar los cientos de iconos pop que han moldeado su personalidad: seres reales o ficticios que construyeron el imaginario sobre el que cimentó su identidad: Elvis Presley, Lola Flores, el Rey Arturo, T. Rex, Mark Ryden, Vampira, Alan Moore, Lou Reed, John Waters, Spock, Raphael, Alice Cooper, Pitita Ridruejo, Frank-N-Furter, Herman y Lily Monster, Aleister Crowley, Antonio Escohotado, Dolly Parton, Joe Dallesandro, Iggy Pop, Paul Morrissey, Siouxsie Sioux, Candy Darling, Disco Sally, Sara Montiel, Juan Gatti... Ella es "un poco todo" (como cantaba en el single del EP Entre Paréntesis). Pero, ¿cuál es el top tres que corona la cima de este panteón de leyendas?

Andy Warhol, el primer ‘instagrammer ’

Andy Warhol es conocido principalmente por su faceta como artista plástico, pero su nombre representa una forma de pensar o filosofía que está a la orden del día. Su obra se centraba en el consumismo y en la democratización del arte y la fama. En un mundo en el que marcas como Shein han provocado que surja el concepto de la moda ultrarrápida, e internet permite que cualquiera pueda exponer sus obras o convertirse en una celebrity (hoy influencer), las teorías de Warhol han cobrado más fuerza que nunca.

Así lo explicaba Alaska en una entrevista para Xavi Sanz en 2018: "No sé si la gente lo sabe o no lo sabe, pero el 90% de las cosas que hacen a lo largo del día, sea subir fotos a redes sociales, comunicarse de una determinada manera, consumir de una determinada manera o entender el arte y el entretenimiento de una determinada manera, es warholiano".

Además, Warhol siempre se rodeaba de músicos, actores, yonquis, escritores, poetas, transexuales, mecenas, directores de cine, modelos y otras personas de la vida nocturna neoyorquina. Esta constelación de personalidades, que entraban en la categoría de "Superstars" (término acuñado por el propio Warhol y que, durante su visita a Madrid en 1983, asignó a Fabio McNamara), se asemeja a la variedad de personajes que se reunían en las noches del Madrid de los años 80, ese movimiento que acabó conociéndose como "la movida madrileña". Era una manera de ser alejada de prejuicios, algo que la propia Alaska ponía en valor durante su entrevista con Xavi Sanz: "Otra de las cosas remodernas de Warhol, que tenían su razón de ser en Nueva York y su razón de ser en Madrid, es esa mezcla entre el yonqui, la transexual, el artista bohemio, el borracho, la señora y la marquesa".

Y si el fenómeno fan no bastaba para consolidar a Alaska como una figura de corte warholiano, a los 19 años tuvo la oportunidad de actuar con su grupo frente al propio Andy Warhol durante una fiesta en Madrid. Años después, descubriría que Warhol la había fotografiado y que su imagen formaba parte de una obra titulada Mujer desconocida. Una "desconocida" que, con el tiempo, le rendiría homenajes en portadas de discos como la del álbum Absolutamente, videoclips como el de "Más es más" e incluso en letras de canciones como "Disco Sally".

David Bowie, el rey del glam

Alaska tenía 12 años cuando, leyendo un libro titulado Gay Rock, escrito por Eduardo Haro Ibars, se cruzó con una imagen que le cambiaría la vida. Con el rostro maquillado y calzando unas plataformas, David Bowie era la nota discordante en un panorama musical dominado por un tipo de masculinidad hegemónica. Su estilo andrógino desafiaba las normas de género, algo inusual en la cultura dominante de los años 70.

David Bowie llegó a la vida de muchos como un ser del borde exterior, un mesías, un ente que, como proclamaba en su canción "Rock ’n’ Roll Suicide", venía a decirte: "You're not alone" ("No estás solo"), al mismo tiempo que te tendía la mano: "Gimme your hands, 'cause you're wonderful" ("Dame tus manos, porque eres maravilloso"), gritaba en las últimas estrofas del mismo tema.

En una entrevista para Yu, no te pierdas nada, Alaska describió esta revelación en su vida de la siguiente forma: "Yo, cuando descubrí a Bowie, pensé que el mundo era diferente y que no había gente como la gente que tenemos que ir a votar. Me hice un mundo paralelo". Un referente al que, pese a rendir homenaje durante muchos años con la cabellera naranja típica de Ziggy Stardust o en la portada de Arquitectura efímera, nunca trató de parecerse a nivel estético, ya que lo veía como "un dios hermoso, andrógino y etéreo".

Alaska recordaría toda su vida aquel momento junto a su madre en una cafetería, cuando escuchó "Heroes" por primera vez. También cómo Bowie sirvió de nexo para entablar conversación con unos jóvenes Nacho Canut y Carlos Berlanga en el Rastro, y cómo, una mañana de enero, despertó para descubrir que para quien ella fue ese "héroe" del que hablaba la canción había regresado a las estrellas.

Divine, musa del underground

El 7 de marzo de 1988, Harris Glenn Milstead, conocido mundialmente como Divine, falleció inesperadamente mientras se preparaba para comenzar el rodaje de la serie Matrimonio con hijos. En un gesto cargado de humor negro, los productores enviaron una corona de flores acompañada de una nota que decía: "Si no querías hacer el show, podías haberlo dicho antes". Al mismo tiempo, "en plan travesti radical", Alaska decidió hacerse su primer tatuaje: un retrato de la icónica drag queen, inmortalizando así su influencia y legado.

El impacto de Divine trasciende la infame escena de Pink Flamingos en la que come un excremento de perro. Junto al director John Waters, desafió las reglas de lo que se consideraba "buen gusto" tanto en el cine como en la cultura popular. A lo largo de siete películas y dos cortos, crearon un estilo único caracterizado por historias subversivas que rompieron tabúes y redefinieron los límites de la provocación artística. Esta forma de entender el arte resonaba profundamente con alguien como Alaska, cuya carta de presentación en el panorama musical fue con el grupo Kaka de Luxe. (¿Un homenaje a la reina del trash?)

Así como Divine soñó con ser Elizabeth Taylor, Alaska fantaseó con parecerse a la drag queen. Después de aceptar que nunca tendría la silueta de Bowie o de Siouxsie Sioux, la cantante de Fangoria encontró en Divine una figura con la que podía identificarse. Así lo explicaba en una entrevista para Shangay: "Entra en mi vida Divine, y yo descubro que puedo ser una especie de ordinaria con curvas y que eso es una posibilidad para mí".

A estas alturas, hay que preguntarse: ¿cómo lo hace Alaska para haberse mantenido fiel a sí misma durante tantos años? Lejos queda ya esa adolescente que debutaba en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, pero quien revise las imágenes rodadas por Almodóvar comprobará que esa chica sigue siendo la misma, con las mismas inquietudes y pasiones. Cualquiera podría pensar que esa joven vislumbraba el futuro a través de una bola de cristal, pero lo cierto es que el secreto de Alaska reside en haber construido un mundo paralelo, una burbuja vital en la que lo "extraño" se encuentra con lo "normal" para descubrir que siempre fueron lo mismo.

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