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SERIEMENTE

'Te echo de menos', el perfecto producto de Netflix (para bien y para mal)

Te echo de menos es una nueva adaptación del novelista Harlan Coben en Netflix.

Te echo de menos es una nueva adaptación del novelista Harlan Coben en Netflix.
Te echo de menos | Netflix

El estadounidense Harlan Coben es uno de esos éxitos bidireccionales: es capaz de copar las estanterías de novela negra en las librerías y proporcionar contenido a otra plataforma distinta, en este caso Netflix, con sus adaptaciones en forma de serie de televisión. Te echo de menos, miniserie británica basada en su propia novela, es un epítome de ese proceder, de esa "máquina de misterios" que retroalimenta librerías y plataformas: seis episodios basados en un "pitch perfect" para el streaming en el que una detective londinense localiza inesperadamente a su ex, desaparecido doce años antes, en una plataforma de ligues por internet.

El asunto da para lo que da, razón por la cual Te echo de menos recurre a otras dos tramas que, no lo duden, están artificiosa pero totalmente relacionadas entre ellas: una serie de secuestros y desapariciones y la tardía resolución del asesinato del padre de la detective Donovan, que así se llama el protagonista de la actriz Rosalind Eleazar (Slow Horses).

Es el contenido perfecto para este formato de adaptación novelística de aeropuerto, que conforma un entretenimiento tan fingido como temporalmente apasionante que se devora -y se olvida- con similar rapidez; la misma que todos los productos de similar calado creados por Coben para la plataforma.

A favor, el buen hacer de Eleazar defendiendo una trama que hace pasar a su personaje por una verdadera montaña rusa de emociones que afecta a toda su vida (y que convierte a la policía en un verdadero culo de mal asiento). Exprimiendo la esponja de la realidad más allá de lo debido, uno podría (sobre)interpretar Te echo de menos señalando la crítica a la falta de privacidad causada por la dependencia tecnológica; la dependencia del algoritmo en todas las esferas de la vida; cómo pasado y presente se unen para confirmar los peores temores de una psicología dependiente de ciertas figuras masculinas.

Esa misma dependencia del algoritmo es lo que fuerza Te echo de menos a almacenar una sorpresa tras otra mientras hace malabares con la imposible trama, olvidándose de explorar cualquier recoveco psicológico en su constante búsqueda de novedades. Pero la serie es la perfecta hija de los nuevos tiempos y sería tremendamente injusto no subrayar su razonable eficacia, el cierto sentido del humor negro que recorre las acciones de los villanos (hilarante momento el de cierto personaje arrebatando el perro a una niña tras destruir el matrimonio de sus padres) y su hábil remezcla de los tópicos de lo que podria comenzar siendonosla una comedia romántica de Richard Curtis, solo que adaptados a otro mundo también muy británico, el de las miniseries de suspense.

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