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'Miércoles' segunda temporada se carga la Familia Addams, pero es una gran serie

La segunda temporada de Miércoles ya es todo un éxito en Netflix. La segunda mitad de la misma, a primeros de septiembre.

Puede que Miércoles, la exitosa interpretación de La Familia Addams de Netflix y Tim Burton, se cargue gran parte del sentido original de la creación de Charles Addams, una familia de apariencia monstruosa pero absolutamente funcional entre "normies" disfuncionales. Lo que parecía una parodia del género de terror, en realidad, miraba con apocalíptico desdén a la masa de espectadores integrados en el sistema, y ahora erige como héroe de esas mismas masas a la rara y apartada del grupo en una jugada que parece entender solo la superficie del invento original.

Ahora, con Burton y la plataforma de streaming encontrando una alucinante veta de éxito (50 millones de visionados y 201 millones de horas reproducidas en un puñado de días, unos números absolutamente imparables), el segundo curso lectivo de Miércoles en Nevermore confirma el éxito de la fórmula: un misterio adolescente empaquetado con la estética de Tim Burton, una cohesión narrativa y escenario heredados de la saga Harry Potter y sí, el esqueleto de toda creación actual basada en una "IP" (propiedad intelectual) previa proporcionada por el trabajo de Addams (y el de Barry Sonnenfeld para las dos estupendas adaptaciones al cine de los 90).

Donde sí muestra esta segunda temporada un claro entendimiento es en la fórmula del previsible, pero a la vez inesperado (por enorme) éxito de Miércoles 1. La trama está más cohesionada, más dirigida, se ha eliminado la innecesaria vertiente romántica e incrementado la presencia secundaria de Morticia y Gómez (Catherine Zeta-Jones y Luis Guzmán). Jenna Ortega, convertida ya en famosa del audiovisual, se acomoda en un personaje con aires de estrella, lo que convierte su actuación en ligeramente más autoconsciente. Como autoconsciente es el conjunto de la serie, tan centrada en el misterio como en mostrar su abultado presupuesto, digno de un largometraje de la más alta escala.

Pero algo de frescura se pierde por el camino: sin estar desprovista de humor, esta segunda temporada tan debida a la propia trama, al armazón proporcionado por el acoso de un admirador a la chica, se olvida de mostrar a base de gags el carácter gótico, independiente y divertidamente sádico de la alternativa Miércoles, y se cepilla un buen puñado de personajes secundarios sin nada particular por, probablemente, no saber demasiado bien qué hacer con ellos. La niña investigadora puede con la niña rara, y la serie (sobresaturada visual y musicalmente) pierde parte de su factor diferencial, se asimila -por así decirlo- a su abundante competencia. Pero en cierto modo, que el villano en cuestión sea un seguidor de la heroína da a entender las contrariedades, las consecuencias, del propio éxito de un personaje marginal como Miércoles. Punto a favor.

Lo que queda, en todo caso, es un excelente divertimento cuyos cuatro primeros capítulos no se dejan nada en el tintero, donde el español Paco Cabezas, director del segundo y tercer capítulo, y repartiéndose las tareas con el mismísimo Tim Burton, demuestra a estas alturas no tener nada que envidiarle al maestro de ceremonias, y en el que se certifica que la verdadera revelación de la serie no es su protagonista Jenna Ortega, sino la secundaria Emma Myers en el papel de Enid Sinclair.

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