
Ucrania ha dado un nuevo y significativo paso en su capacidad militar al golpear objetivos rusos en la anexionada península de Crimea. Fuentes militares de Kiev han confirmado el ataque con éxito a un puesto del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) y a varias lanchas patrulleras. La operación se llevó a cabo con los nuevos misiles de producción propia Flamingo, desmintiendo informaciones iniciales que apuntaban al uso de misiles Neptuno.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya había anunciado en agosto el éxito en las pruebas de estos proyectiles, cuya producción en serie podría comenzar a principios de 2026. Según publicaciones especializadas, el misil Flamingo representa un salto cualitativo para las fuerzas de Kiev, con una capacidad para portar una carga explosiva de 1.150 kilos y un alcance de más de 3.000 kilómetros.
Este desarrollo es clave en la estrategia de Ucrania para poder atacar la retaguardia rusa sin depender de sus aliados occidentales. Durante el conflicto, Kiev se ha enfrentado a las limitaciones impuestas por Occidente sobre el uso de su armamento para golpear territorio ruso, una restricción que busca sortear con el desarrollo de su propia industria de defensa de largo alcance.
