
La Armada española ha pisado el acelerador para incorporar munición merodeadora a su arsenal. Un tipo de carga a la que también se conoce como drones kamikaze. Así lo demuestra el hecho de que se haya lanzado a la compra de sistemas entrenadores de este tipo de munición para los buques de su flota y las unidades de Infantería de Marina. La publicación de la formalización del contrato se ha publicado en las últimas horas en el Boletín Oficial del Estado.
El expediente, tramitado por la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada, contempla una adquisición de equipos no especificados por valor de 767.000 euros (IVA no incluido). El contrato ha sido adjudicado a la empresa española Arquimea mediante un procedimiento negociado sin publicidad, y deberá ejecutarse antes de que finalice el presente año. Se trata de un nuevo paso en la modernización tecnológica de las fuerzas navales españolas.
Según la memoria justificativa de la necesidad, el objetivo del contrato es mejorar la operatividad de las unidades de la Fuerza de Infantería de Marina. Los sistemas servirán para el adiestramiento y la reparación de la munición merodeadora, una tecnología que amplía las capacidades de ataque y defensa. Con ello, se busca adaptar los métodos de combate a los requerimientos tácticos actuales y futuros.
La munición merodeadora, o dron kamikaze, es un sistema híbrido entre misil y vehículo no tripulado capaz de permanecer en el aire durante largos periodos antes de atacar su objetivo. Su uso permite alcanzar blancos con una precisión milimétrica, reducir el riesgo para los operadores y aumentar la eficacia en operaciones tácticas y estratégicas, especialmente en escenarios urbanos o de alta densidad tecnológica.
En la guerra de Ucrania, estos sistemas han demostrado ser determinantes. Su bajo coste, la facilidad de transporte y la capacidad para sortear defensas antiaéreas han convertido a la munición merodeadora en una herramienta esencial para ambos bandos. Los éxitos obtenidos en el frente han acelerado su adopción por parte de numerosos ejércitos europeos, conscientes del cambio que suponen en la doctrina militar contemporánea.
Con esta compra, la Armada española se suma a esa tendencia global, iniciando la fase de entrenamiento con sistemas que le permitirán dominar esta nueva capacidad antes de incorporar munición real. Los entrenadores servirán para formar a las tripulaciones y unidades de Infantería de Marina, abriendo el camino a la integración de drones kamikaze en misiones navales y expedicionarias.

