
Rusia ha puesto en servicio activo el sistema de misiles balísticos de alcance intermedio Oreshnik en Bielorrusia, según han confirmado las autoridades de Minsk y Moscú, junto con imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa bielorruso. El despliegue, de hasta diez unidades en una antigua base aérea del este del país, sitúa a la mayor parte de Europa al alcance de estos vectores.
El Oreshnik —derivado tecnológico de los misiles RS-24 Yars y RS-26 Rubezh— tiene un alcance estimado de hasta 5.000-5.500 km, lo que permite golpear objetivos en la Unión Europea y partes del oeste de Europa en cuestión de minutos. Su velocidad hipersónica y capacidad para portar varias ojivas hace que los tiempos de reacción en Occidente ante un posible ataque nuclear se reduzcan un poco más.
Este movimiento se produce en un contexto donde Rusia ya mantiene armas nucleares tácticas y estratégicas en su propio territorio. Entre sus misiles con capacidad de alcanzar Europa se encuentran los intercontinentales RS-24 Yars desde silos o lanzadores móviles en Rusia, con más de 11.000 km de alcance, y los SLBM Bulava lanzados desde submarinos nucleares que pueden cubrir objetivos europeos incluso desde el océano Ártico.
Además, Rusia opera misiles lanzados desde aviones como el Kh-47M2 Kinzhal, capaces de ser lanzados desde bombarderos o interceptores y alcanzar objetivos en regiones europeas, así como desarrolla otros sistemas como el crucero nuclear Burevestnik de alcance teóricamente ilimitado. Estos vectores forman parte de un arsenal nuclear estratégico y táctico que Rusia continúa modernizando.
El refuerzo de la presencia de misiles con capacidad nuclear en Europa Oriental eleva las tensiones con la OTAN y renueva los debates sobre defensa colectiva y capacidades de disuasión en el flanco este de la Alianza. La retirada de los tratados de control de misiles de alcance intermedio en 2019 facilitó que sistemas como el Oreshnik pudieran desplegarse sin restricciones previas.
