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Mou, un año de luces y sombras

El portugués ya tiene plenos poderes en el Real Madrid tras 365 días marcados por las polémicas, las sanciones y, cómo no, la guerra con Valdano.

Lunes 31 de mayo de 2010. 13:05 horas. En ese momento, José Mourinho es presentado en la sala de prensa del estadio Santiago Bernabéu como entrenador del Real Madrid para las próximas cuatro temporadas. "Yo soy José Mourinho, con sus defectos y sus virtudes. No puedo hacer promesas ni hablar de títulos. Lo único que puedo prometer es que no voy a cambiar". Dicho y hecho. En el año que lleva desde que aterrizó en el club blanco, el técnico portugués, con partidarios y detractores casi a partes iguales, ha seguido protagonizando numerosas polémicas, como ya hizo en sus etapas en el Chelsea y el Inter de Milán.

Su mandato en el Real Madrid se ha caracterizado en esta recta final de temporada por haber terminado derrocando a Jorge Valdano, hasta ahora director general deportivo y adjunto a la Presidencia. Era el enemigo en casa, el hombre con el que ha mantenido un enconado enfrentamiento desde hace más de un lustro. En 2005, Valdano utilizó sus artículos en la prensa para calificar a Mourinho de "tramposo" y al portugués le sentó a cuerno quemado. Después de varios años sin dirigirse la mirada, ambos escenificaban la paz aquel 31 de mayo de 2011, en la presentación de Mou como entrenador madridista. Pero era sólo un gesto de cara a la galería.

La guerra con Valdano

Porque el mal ambiente siempre ha existido y los recados entre uno y otro han sido demasiado frecuentes. El primer enfrentamiento se produjo a mediados del pasado mes de septiembre, cuando Mourinho se quedó sin la posibilidad de entrenar durante dos partidos a la selección portuguesa debido a la negativa, entre otros, de Valdano. La guerra no había hecho más que empezar.

Pero el más sonado llegó tres meses después, a mediados de diciembre. Durante la rueda de prensa posterior al partido liguero entre el Real Madrid y el Sevilla en el Santiago Bernabéu, Mourinho sacó un folio en el que mostraba los trece errores que, según él, cometió el árbitro Clos Gómez. Estaba echando en cara al club –a Valdano, para más señas– que no le respaldara en la defensa ante lo que él consideraba injusticias.

Las navidades fueron bastante movidas y la guerra resurgió a raíz de la necesidad de fichar un nueve. El 11 de diciembre, en la previa del partido contra el Zaragoza en La Romareda, Mourinho mandó un recado a la directiva tras la grave lesión de Gonzalo Higuaín, que iba a estar varios meses de baja por culpa de una hernia discal, en un mensaje con "perros" y "gatos". "Si vas a cazar y sólo tienes un gato, sales con el gato, pero si tienes un perro cazas mejor". Fue el recado de Mou a la directiva. La prensa interpretó que el "perro" era Higuaín y el "gato" Benzema, aunque el técnico trató de explicar que se refería a sistemas y no a personas concretas.

El pasado 16 de enero, Valdano había tras el empate del Real Madrid en Almería, en el partido que cerró la primera vuelta del campeonato, dijo que el portugués tenía un delantero centro (Benzema) y lo había dejado en el banquillo. El técnico respondía días después afirmando que estaba "demasiado mayor" para responder a los recados del argentino por la prensa.

A finales de enero, a pocos días del cierre del mercado de invierno, Mourinho se salía con la suya y el Madrid fichaba al nueve que había reclamado: el togolés Emmanuel Adebayor.

El último capítulo llegó al final de temporada, concretamente el 11 de mayo tras la goleada al Getafe en el Santiago Bernabéu, cuando Valdano dijo que Mou hizo bien al "dar un paso al costado" para "bajar los decibelios que le rodean". Eladio Paramés, asesor de prensa del entrenador del conjunto blanco, atacó directamente al argentino: "Mourinho hablará cuando lo crea conveniente. Valdano es portavoz del club, no del entrenador".

Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la directiva madridista, que acabó despidiendo a Jorge Valdano. Ahora que le ha ganado la "lucha" al argentino y ha acabado forzando su salida del Real Madrid, Mou tiene plenos poderes en la sección de fútbol. El "modelo inglés", como lo llamó el presidente Florentino Pérez, quien habló de "disfunciones en la organización deportiva" para tratar de justificar el cese del argentino.

¿Es suficiente con la Copa?

En el plano estrictamente deportivo, el equipo, con José Mourinho en el banquillo, ha mejorado claramente su juego con respecto a temporadas anteriores y le ha podido dar más batalla al mejor Barcelona de la historia. Además, los blancos han vuelto a ganar un título después de casi tres años de sequía –el último había sido la Supercopa de España ante el Valencia en agosto de 2008– al imponerse a los azulgrana en la final de la Copa del Rey, disputada el pasado 20 de abril en Mestalla, y han llegado más lejos en la Liga de Campeones –unas semifinales contra el Barcelona marcadas por la polémica– después de haberse estrellado contra la barrera de octavos de final en los seis últimos años. En la Liga ha terminado segundo otro año más, nuevamente por detrás de los culés.

Pero los detractores de Mou también aseguran que un solo título es muy poco bagaje ante la enorme exigencia del Real Madrid. Además, consideran que el equipo tiró la Liga demasiado pronto después de los tropiezos sufridos en los campos del Osasuna, Almería y Deportivo de La Coruña, y, sobre todo, las derrotas en casa frente al Sporting de Gijón y el Zaragoza. Sin olvidar, claro está, la manita encajada el pasado 29 de noviembre en el Camp Nou, en lo que supuso la primera derrota de los blancos en la campaña recién finalizada.

Pedro León y Canales

Al margen de la mejoría en el juego del equipo, Mourinho también ha dejado su impronta en el vestuario, sacando el látigo en más de una ocasión. De ello puede dar buena cuenta Pedro León. El pasado 27 de septiembre, en la rueda de prensa previa a un partido de Champions contra el Auxerre, el técnico madridista estalló al ser preguntado por los periodistas por la ausencia del futbolista murciano de la convocatoria. "Si Florentino Pérez me viene a preguntar por qué Pedro León no ha sido convocado tengo que responderle, pero él no me ha preguntado. Habláis de Pedro como Zidane, Di Stéfano o Maradona y es un buen jugador que hace dos días jugaba en el Getafe", dijo. A partir de ese momento, Mou puso la cruz al jugador de Mula y apenas contó con él para el resto de la temporada.

Algo parecido ocurrió con Sergio Canales, quien apenas ha contado para el técnico de Setúbal esta campaña, y a quien lanzó un rapapolvo en público el pasado 11 de noviembre, tras un partido de Copa del Rey contra el Murcia. "No me ha gustado Canales (...) Trabajo con ellos a diario y sabía que los que trabajan a tope están en condiciones de hacerlo bien y los que no trabajan muy bien no están en condiciones de jugar bien. Estoy contento con lo que ha sucedido porque mañana puedo decir a la cara a cada jugador que juega como trabaja", decía sin morderse la lengua Mourinho.

Escarceo con la selección portuguesa

Pero la primera polémica en torno a Mourinho llegó a mediados de septiembre, cuando se conoció el interés de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) por contar con el técnico madridista para que dirijiera a la selección lusa en dos partidos de clasificación para la Eurocopa 2012: el 8 de octubre contra Dinamarca y cuatro días después en Islandia.

El entrenador reconocía su interés en dirigir a la selección de su país, en unas polémicas declaraciones realizadas tras el partido de Liga en Anoeta: "Yo quería, pero me quedo diez días de vacaciones a entrenar con tres jugadores". La frase generó tal revuelo que, después de completar en autobús el trayecto San Sebastián-Vitoria para tomar el vuelo de regreso, Mourinho ofreció sobre las dos y media de la madrugada una improvisada rueda de prensa para aclarar sus palabras. "Estoy triste. Me gustaría echar una mano para que Portugal se clasifique para la Eurocopa, pero al mismo tiempo no tengo derecho a pedir nada al Real Madrid. Es una situación muy difícil de solucionar". Así zanjaba Mou el espinoso asunto de la FPF.

Sanciones

La primera sanción de Mou en el Real Madrid le llegó a mediados de noviembre, cuando el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) le castigó con dos patidos de suspensión tras ser expulsado en el partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Murcia. El comité consideró que Mourinho se dirigió al árbitro Paradas Romero "en términos de menosprecio" al mandarle "a la mierda".

Pero más repercusión han tenido las dos sanciones que le ha impuesto la UEFA esta temporada. La primera fue ese mismo mes de noviembre, cuando el portugués fue castigado con un partido y una multa de 30.000 euros por haber ordenado a Xabi Alonso, Sergio Ramos, Casillas y Dudek que forzaran las tarjetas amarillas durante un partido de Champions contra el Ajax en Ámsterdam.

Mayor fue la que recibió en mayo, al ser castigado por el Comité de Control y Disciplina de la UEFA con cinco partidos por las declaraciones realizadas al término del partido contra el Barcelona en el Santiago Bernabéu, de ida de semifinales de la Champions (0-2). Mourinho cuestionó la actuación del árbitro alemán Wolfgang Stark, que le expulsó a él por protestar y al defensa Pepe por una entrada a Dani Alves.

El técnico luso también criticó las actuaciones arbitrales que sufrieron algunos equipos que entrenó anteriormente –Chelsea e Inter– y se cuestionó la legalidad de algunos títulos logrados por el Barcelona. "Es un equipo de fútbol absolutamente fantástico. ¿Por qué Ovrebo hace tres años hizo que el Chelsea no pudiese ir a la final? El año pasado con el Inter fue un milagro jugar con diez hombres tanto tiempo. ¿Por qué este año acaban con la eliminatoria en un partido que iba a terminar empate a cero? (...) No sé si es por la publicidad a Unicef, por el poder de (Ángel María) Villar en la UEFA... No lo entiendo. Enhorabuena por su fantástico equipo de fútbol, pero, sobre todo, por lo que tiene tan difícil de conseguir, este poder que te deja sin ninguna posibilidad. Espero que un día me respondan a esta pregunta", fueron las incendiarias declaraciones de Mourinho en una rueda de prensa que pasará a la historia.

Polémicas y desplantes a la prensa

También estuvo a punto de ser sancionado Mourinho, a mediados de noviembre, por el cruce de declaraciones que mantuvo con el entrenador del Sporting de Gijón, Manolo Preciado, quien le llamó "canalla" por cuestionar el planteamiento del conjunto asturiano contra el Barça en el Camp Nou. La Comisión Antiviolencia pidió a la Federación Española que adoptara "medidas disciplinarias" contra ambos técnicos, pero el organismo presidido por Ángel Villar optó por archivar el caso.
 
Además de con Preciado, Mourinho también ha mantenido un fuerte cruce de acusaciones con el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, y con Gregorio Manzano, hasta ahora entrenador del Sevilla, y han sido bastantes los colegas de profesión, además de otros personajes del mundo del fútbol, los que han rajado contra Mourinho. Es el caso, por ejemplo, de Ramón Calderón, quien recientemente ha comparado al portugués con Hitler. Massimiliano Allegri, técnico del Milan, lo define como "patético", mientras que Ottmar Hitzfeld asegura que el luso "daña la imagen del Madrid" y el argentino César Luis Menotti asegura de Mou que es "un cagón".

También fue muy sonada la guerra con Jaume Roures, objeto de críticas por parte de Mou a cuenta del calendario y de los partidos. El presidente de Mediapro se defendía afirmando que le deja "alucionado cómo alguien puede desvariar tanto y montarse tales excusas". "Buscar conjuras para justificar los malos resultados es de mal pagador. Parece que sea el mundo contra él, pero no fui yo quien sentó a Di María el otro día", agregaba.
 
Y no sólo del mundo del fútbol le vienen las descalificaciones. Así, por ejemplo, Javier Sardá escribió que Mourinho "interpreta el papel de gilipollas extraordinariamente" y Santiago Segura le llamó "impresentable". También le llegaron críticas desde la clase política cuando, por ejemplo, el presidente de la Diputación de Málaga, Salvador Pendón, lo definió como "un auténtico payaso", después de que Mou afirmarse que, a difencia de Manuel Pellegrini, él jamás entrenaría al Málaga si le despidiesen del Real Madrid. Fue una etapa en la que atizar al portugués se había convertido en el deporte nacional. Pero, lógicamente, también ha contado con muchos defensores ilustres, entre ellos Esperanza Aguirre, Fernando Alonso y Rafa Nadal.
 
Incluso también con la prensa ha mantenido algún que otro enfrentamiento. A principios de marzo se enfrentó con el periodista del diario Público Ladislao J. Moñino, a quien llamó "hipócrita" después de que éste le preguntase acerca de si sus "quejas" sobre los horarios de los partidos no eran más que excusas para tratar de justificar las derrotas. El portugués le pidió perdón después, pero el daño ya estaba hecho.
 
Y es que los incidentes que ha protagonizado con la prensa han sido constantes. Otro de los más sonados se produjo el pasado 15 de abril, en la víspera del primero de los cuatro clásicos contra el Barcelona en apenas 18 días, cuando los periodistas decidieron abandonar la sala en protesta por el enésimo desplante del técnico madridista. En total, hasta trece esta campaña.
 
La respuesta del portugués no se hizo esperar y se puso chulo con la prensa, negándose a responder a las preguntas de la mayoría de medios porque, según él, éstos habían "faltado al respeto" a su segundo, Aitor Karanka. "Sólo hablo con los directores de los medios... ¿Es usted director del As? Sólo hablo con su director". "Sólo con (Eduardo) Inda", le espetó a un periodista de Marca, mientras que a un redactor del programa Punto Pelota, de Intereconomía TV, le dijo que "a vosotros si os voy a contestar, ya que ayer os quedasteis y fuisteis respetuosos".
 
Acabar con el reinado del Barça
 
Mourinho podrá caer mejor o peor, pero lo que está claro a estas alturas es que no deja indiferente a nadie. El portugués mueve a su antojo los hilos del Real Madrid, impasible ante todo lo que se comenta sobre él en los mentideros futbolísticos y ajenos al deporte rey. Lleva ya varias semanas planeando la temporada que viene, en la que contará con los refuerzos de Nuri Sahin, Hamit Altintop y José Callejón. Más los que están por venir (suenan Kun Agüero, Fabio Coentrao...).
 
El reto no es otro que arrebatarle al Barça su dominio en el fútbol español y europeo. Él promete que su segunda temporada será mejor que la primera. Dentro de un año, cuando debe cumplirse el segundo aniversario de su desembarco en el Real Madrid, lo comprobaremos.

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