El Real Club Deportivo Mallorca se situaba este domingo en la zona media de la tabla después de lograr la victoria en La Romareda. Las buenas sensaciones creadas desde la llegada de Caparrós a su banquillo por fin se transformaban en resultados, y gracias a sumar ocho de los doce puntos posibles el equipo bermellón tomaba aire.
Sin embargo, la fecha más importante de la temporada se disputaba este martes 13 –menudo día–. En el juzgado de Palma, el Mallorca debía conseguir que fuera aceptado el convenio de acreedores presentado por el club.
Para ello, necesitaba contar con un acuerdo de los acreedores por valor de, al menos, 13 millones de euros. Y se ha logrado. A pesar de la oposición de Manzano, Del Nido y el Athletic de Bilbao a firmar, se ha alcanzado un valor de 16.681.618,73 euros, incluso más de lo esperado por el club en las horas previas.
La política de austeridad instalada en el club desde que se entrara en ley concursal – debido a los más de 83 millones de euros de deuda que había alcanzado la entidad, lo que la llevó incluso al borde de la desaparición – ha dado su fruto. En breve, en días, el Mallorca podrá abandonar el concurso de acreedores.
A partir de esta fecha, el club deberá pagar unos 4,5 millones de euros anuales a los acreedores ordinarios así como a Hacienda durante los próximos 5 años, lo que implica que o bien aparece un comprador o la política de austeridad, basada en cantera y ventas de jugadores, deberá continuar, con los riesgos deportivos que ello supone.
Pero esa es otra historia. Este martes trece, el Mallorca disputaba el partido más importante probablemente de toda su historia, y se ha logrado la victoria. La competición continúa.