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Cristiano y Messi demuestran que están hechos de otra pasta

El portugués le dio la victoria al Madrid con un taconazo sublime, mientras que el argentino decidió en el Calderón con un disparo a la escuadra.

Cristiano Ronaldo y Leo Messi siguen empeñados en demostrar que son los dos mejores jugadores del mundo. Este domingo han vuelto a vivir una jornada esplendorosa para refrendarlo. Dos genialidades, dos obras de arte de estas dos estrellas decidieron los complicados partidos que estaban disputando sus respectivos equipos, y sirvieron para que cada uno se llevara tres puntos de oro.

El taconazo de Cristiano

De Cristiano se ha dicho en muchas ocasiones que se excede en sus detalles, que se adorna demasiado. Y a veces es cierto. Pero lo que hizo este domingo en Vallecas fue un recurso inmejorable. Lo único que podía hacer en ese momento, rodeado de rivales, de espaldas a la portería.

Tiene mérito el taconazo que llevó a cabo, la potencia con la que salió el esférico una vez golpeado. Pero tanto o más mérito tiene el hecho de haber decidido, en décimas de segundo, usar ese remate. Sólo a una mente privilegiada para el fútbol se le ocurre. Y sólo a un jugador de tanto calidad le sale así de bien. Taconazo perfecto, gol y tres puntos para casa.

La parábola de Messi

Exactamente lo contrario sucede con el gol del Barcelona. La fechoría no se le ocurre a Messi, sino a Xavi Hernández. Y, a diferencia del espectacular taconazo de Ronaldo, lo de disparar mientras aún se está colocando la barrera es algo que ya hemos visto en muchas ocasiones y que, muy a pesar de los porteros, seguro volveremos a ver.

En este caso, la maravilla radica en cómo golpea Messi al balón. Dónde la coloca. Porque la parábola que describe el esférico para terminar entrando justo por la escuadra es pura belleza. De lo contrario, si se hubiera tratado de un disparo normal, por muy sorprendente que hubiera sido no hubiera superado a Thibaut Courtois, que no reaccionó demasiado tarde.

Fueron dos recursos impresionantes de los dos mejores jugadores del mundo para dar la victoria a los dos mejores equipos del mundo. Y, de paso, seguir con la pelea por el pichichi. 29 goles lleva el portugués por 28 del argentino en 24 partidos disputados. Una barbaridad. Que continúe la lucha.

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