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Champions League

Ancelotti le ganó la partida a Klopp

Jurgen Klopp avisó que tenían preparada una encerrona para la vuelta en su estadio. Carlo Ancelotti consiguió el objetio: pasar a semis.

Jurgen Klopp avisó que tenían preparada una encerrona para la vuelta en su estadio. Carlo Ancelotti consiguió el objetio: pasar a semis.
Jurgen Klopp y Carlo Ancelotti siguen las evoluciones del partido en el Signal Iduna Park. | Cordon Press

Demasiado se pareció esta vuelta de cuartos de final a la ida de las semifinales de la temporada pasada. 2-0 y lo mejor fue el resultado. El Real Madrid no se llevó una eliminación histórica de milagro y quizá se la mereció porque en ningún momento dio muestras de ser un equipo capaz de achicar toda el agua que hundía el barco.

La trampa del Borussia Dortmund que aventuró Jurgen Klopp no era revolucionaria, no era un misterio. Simplemente plantearon el mismo partido que en la ida de las últimas semifinales. Balones a Lewandonski en el juego directo, presión alta, robar el balón cerca del área rival y salir rápido hacia una portería que, por primera vez esta Champions, tuvo trabajo para un Iker que estuvo acertado en sus intervenciones.

Aun con esta trampa previsible, el Real Madrid no demostró ni pensó en una respuesta. Ni de inicio ni con los cambios. Culpa dividida entre entrenador y jugadores. Carlo Ancelotti no acertó en el planteamiento inicial. Cambió a varios jugadores su posición habitual. Di María fue extremo derecho, Bale extremo izquierdo y todo para dar entrada a un auténtico flan. Illarramendi se vio superado por las circunstancias en todo momento y, por eso, Ancelotti dio entrada a Isco al descanso, para que sus jugadores al menos estuvieran en su sitio durante 45 minutos.

Y aquí llega la culpa de los jugadores. Mientras el Dortmund salió a la guerra, con el cuchillo entre los dientes, con una pistola de más en el tobillo, el Real Madrid creyó que esto sería un patio de recreo. Armas contra cubos y rastrillos. Y los que llevaban los juguetes esperaban ganar. De los seis jugadores que más corrieron en el partido, sólo uno pertenece a los blancos: Xabi Alonso. Sin fútbol y encima sin correr, todo se hace aún más complicado.

Illarramendi y Pepe fallaron en los goles. El primero saldrá muy señalado de este partido, pero la autocrítica tiene que ir desde el portero hasta el delantero. Porque, como equipo, el Dortmund, con seis bajas importantes, ha demostrado que el manual de entrenador se lo tienen aprendido de memoria. En el Madrid se duda hasta de la existencia de ese manual.

Su problema no es individual, aunque hay algunos jugadores que tienen que hacérselo mirar. Gareth Bale, si no marca y no defiende, se queda sin excusas. Y estas líneas valen igual para Benzema. Isco y Casemiro fueron los más destacados, lo que muestra que esta plantilla es algo corta. Y encima sin Cristiano Ronaldo.

El Madrid había ganado todos los partidos esta temporada sin el luso, pero en las grandes citas es cuando tienen que estar los grandes jugadores. Ronaldo era un manojo de nervios. El cuarto árbitro le tuvo que llamar la atención. No está acostumbrado al banquillo, pero que no disputara ningún minuto puede darle un título al Real Madrid la próxima semana en Valencia.

Algunos dirán que el penalti que falló Di María podía haber convertido la eliminatoria en un paseo. Es cierto. Pero se falló hasta en el lanzador. Con Xabi Alonso en el campo, tiró la pena máxima el Fideo. El Real Madrid se ha metido en sus cuartas semifinales consecutivas, pero su cuota como campeón habrá bajado. Si siguen así, un día se ahogarán. La trampa de Jurgen Klopp (un pedazo de entrenador) se quedó a las puertas de un milagro. Porque si recuerdan -y si no lo hago yo-, con 2-0, el Dortmund mandó un balón al palo ya sin portero. Son los momentos decisivos; si no, que se lo digan a Higuaín. Toca pensar y reflexionar, pero al menos el Madrid está en semifinales.

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