El Atlético de Madrid no está bien y cualquiera que lo niegue es que no quiere ver la realidad. Más allá de críticas o no al Cholo Simeone, el cuadro rojiblanco está en una crisis de identidad que no permite al equipo ir hacia delante y creer en el modo de jugar que tantos éxitos les dio en el pasado.
Esta temporada, el Atlético ha caído de la Champions en la fase de grupos tras ser incapaz de ganar al Qarabag en ninguno de los dos enfrentamientos que tuvo tanto en Madrid como en Bakú. Ahí la falta de gol y la ausencia de intensidad y ansiedad positiva por llevarse la victoria les hizo sumar dos puntos de seis quedando por detrás en el grupo de Roma y Chelsea.
En la Copa del Rey, más de lo mismo. Ante el Elche se empató a uno en el Martínez Valero y se ganó 3-0 en el Metropolitano. Ante el Lleida todo fue más fácil, pero nada más aparecer un rival de entidad como el Sevilla, el equipo se vino abajo. Errores defensivos y falta de creatividad arriba. Esos elementos desestabilizaron el buen camino que llevaba en Atlético en la competición del KO. No estará en la gran final que tendrá lugar precisamente en su estadio. Otro golpe más.
Fuera de la Copa y de la Champions, la Liga ha sido complicada para el cuadro de Simeone porque siendo segundo ha vivido etapas en las que su juego dejaba mucho que desear al igual que su capacidad para ver portería. Defiende bien con sólo nueve goles en contra, pero su efectividad en ataque es la peor de los primeros clasificados. 29 goles en 20 partidos no son números para un equipo que quiere ser campeón. Griezmann es el máximo goleador con sólo seis goles.
El Atlético es segundo, pero el título está ya a once puntos. Además no ha podido ganar a ninguno de los grandes en el Wanda Metropolitano. 1-1 ante el Barcelona y 0-0 frente al Real Madrid. El Villarreal logró puntuar y sólo el Sevilla hincó la rodilla con un tanteo de 2-0. Su fortín, por ahora, no lo es tanto.
Más allá de resultados y clasificaciones, la plantilla tampoco está en su mejor momento. Hombres como Koke, Griezmann, Gameiro, Vietto, Carrasco o Torres no terminan de aportar tanto como desearía Simeone y el fondo físico del equipo por momentos se ha resentido. Falta oxígeno en los minutos finales y ahí es donde antes ganaban los partidos o al menos mantenían la renta.
Con la llegada de Diego Costa y Vitolo se abre algo más de luz para el equipo aunque de momento apenas se ha notado salvo en el caso del delantero. Él parece el único capaz de variar los números del Atlético más desdibujado de la era Simeone. Sólo le queda la Europa League.