La asamblea extraordinaria que parecía haber convocado para recibir apoyos y reafirmarse en el cargo probablemente será el cierre a la polémica etapa de Luis Rubiales como presidente de la RFEF, puesto que este jueves ha comunicado a su entorno que presentará su dimisión y según ha podido saber Es Radio el presidente se considera inhabilitado a partir del lunes y presentará su dimisión antes de la Asamblea.
Una asamblea que todo el mundo daba por sentado que se había organizado para reforzar a Rubiales, pero de la que cada día más colectivos se estaban borrando y podía terminar en justo lo contrario: la demostración de que el todavía presidente se había quedado sin apoyos. Además, el expediente abierto por la FIFA ha terminado por poner contra las cuerdas al presidente. La presión, tanto social como deportiva, ha obligado a Rubiales a tomar una dirección que él no contemplaba.
Desde el entorno del Presidente esperaban darle la vuelta a toda la situación y evitar la dimisión. Ahora todo apunta a que su mandato llegará mañana como muy tarde a su fin. La RFEF iniciará una nueva etapa y queda por ver quién será su sustituto, pero los dos nombres que suenan para hacerlo son: Pedro Rocha, presidente de la federación extremeña, y Pablo Lozano, presidente de la federación andaluza.
Los problemas han crecido
La polémica desatada por el beso a Jennifer Hermoso en la celebración del triunfo de la selección femenina de fútbol tras su triunfo en la final del Mundial no ha dejado de crecer durante la semana: el asunto se ha convertido en un tema político, con duras críticas desde la izquierda feminista y el Gobierno, y amenazaba con tener serias consecuencias legales: tres denuncias han sido presentadas ante el Consejo Superior de Deportes y hasta la FIFA ha abierto un expediente disciplinario.
Por otra parte, el propio Rubiales parecía confiar en que Jenni Hermoso quitara algo de hierro a la situación, pero tras unos días de llamativo silencio la futbolista reaccionó pidiendo medidas contra el directivo.
Lo ocurrido en la final del Mundial ha sido el último escándalo, al menos por ahora, de una residencia que ha sido francamente rica en problemas, situaciones complejas e incluso serias sospechas de corrupción.
Además de sus propios escándalos Rubiales ha sido muy cuestionado por su reacción, o mejor dicho por la falta absoluta de reacción, al caso Negreira, sin duda alguna el peor caso de corrupción deportiva de la historia del deporte español.