
Los aficionados al fútbol están hartos de escuchar siempre las mismas expresiones. Una de ellas es la que hace referencia a los errores garrafales de los porteros, conocidos como cantadas. No hay que irse muy lejos para tener algunas de las más clamorosas como la reciente cantada de Unai Simón ante Croacia, la de Karius con el Liverpool frente al Real Madrid, la de Arconada contra Francia en 1984 o la de Zubizarreta en el Mundial de Francia 1999 pero ¿de dónde viene esa expresión? Su uso se originó con la llegada de un portero y barítono del AC Milan, François Menno Knoote.
El primer jugador holandés en vestir la camiseta del AC Milan llegó a Italia en 1905, ochenta años antes de fichajes tan sonados como Ruud Gullit y Marco Van Basten. Se trata un jugador que, hasta ese momento había desarrollado su carrera como futbolista íntegramente en su tierra natal, con la camiseta de Victoria Wageningen. Hay que destacar que, de 1900 a 1902, su equipo ganó el Campeonato del Este de Holanda tres veces seguidas, aunque fue derrotado en las tres finales por el título nacional. Pero, lo curioso de Knoote es que este portero, además de ser portero internacional por su país era un cantante de ópera de cierto prestigio. Tanto que había actuado en numerosos países y reconocidos teatros como el Metropolitan Opera de Nueva York.
De hecho, su llegada a Milán se debió a su intención de mejorar y optimizar sus cualidades vocales, matriculándose en el prestigioso conservatorio de la ciudad transalpina. De familia noble, Frank comenzó a frecuentar los círculos de la clase media alta milanesa, por lo que pronto se haría amigo de los hermanos Piero y Alberto Pirelli, quienes lo introdujeron en el equipo milanés. Aunque hay que destacar que la única condición que puso el guardameta fue que los días de lluvia él no disputaría ningún partido con la intención de cuidar su voz. ¿Cómo se cuidaba los días de lluvia?
Pegado al barómetro
Si se pronosticaba lluvia, Frank Knoote se negaba a saltar al campo. Fue tan sonada esta condición que incluso Herbert Kilpin, histórico fundador de Milán, recordó su historia en 1915: "Knoote era un buen futbolista pero cantar era vital para él. Lo primero era su garganta y solo jugaba cuando el suelo estaba seco y el sol brillaba. No había forma de mantenerlo en el campo cuando el suelo estaba húmedo, porque tenía el maldito miedo de contraer un resfriado. Entenderás que tener un jugador tan delicado en el equipo era como no tenerlo. Nunca se podía contar con él. Los viernes, cuando se estaba formando el equipo, Knoote, antes de comprometerse a jugar el partido, consultaba el barómetro".
Pero, ¿por qué el barómetro era el mejor amigo de Knoote? Porque cuando la presión desciende en el barómetro es indicio de que llega una borrasca que puede traer nubes, viento y lluvia. Y, cuando la presión asciende, es señal de que se refuerza un anticiclón con viento calmado. Y eso era lo que marcaba el juego de este singular portero. Todo con el único objetivo de poder cuidar su voz y seguir cantando hasta el fin de sus días.
Otras versiones de la historia
El término "cantada" se utiliza en el fútbol para referirse a un fallo evidente o grave cometido por un portero durante un partido. Este error puede resultar en un gol o poner en peligro la portería de su equipo. Aunque su origen exacto no está completamente documentado, se cree que el uso de "cantada" en este contexto tiene una raíz metafórica que compara el fallo del portero con una actuación llamativa y estruendosa, similar a la de un cantante que desafina o se sale del tono en un concierto.
Una teoría popular sugiere que la palabra "cantada" proviene de la idea de hacer algo de manera muy notoria o evidente. Cuando un portero comete un error grave, suele ser algo que resalta inmediatamente, al igual que una desafinación en medio de una canción. El fallo es visible para todos los espectadores, y, en el contexto futbolístico, puede tener consecuencias inmediatas y directas en el marcador. Es un error "ruidoso", en el sentido de que no pasa desapercibido y provoca una reacción inmediata tanto en los hinchas como en los comentaristas deportivos.
Otra posible explicación está vinculada al lenguaje coloquial español, donde "cantar" a veces se utiliza como sinónimo de delatar o hacer evidente algo. En este sentido, una "cantada" del portero revelaría sus fallos de forma muy clara y fácil de notar para todos, de manera que no puede ocultarse o disimularse.

