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Íñigo Martínez: un adiós inesperado que no permite al Barcelona resolver el fair play financiero

El central vasco se va libre al Al Nassr y libera 14 millones de masa salarial, que de momento no son suficientes para inscribir jugadores.

El central vasco se va libre al Al Nassr y libera 14 millones de masa salarial, que de momento no son suficientes para inscribir jugadores.
Iñigo Martínez, en su presentación con el FC Barcelona. | LD/Agencias

Íñigo Martínez ha sido recibido como una estrella a su llegada al Al Nassr, el club de la liga de Arabia Saudí —donde militan los portugueses Cristiano Ronaldo y Joao Félix— que se ha hecho con los servicios del central vasco a cambio de un contrato por dos temporadas y unos 20 millones de euros. Una cantidad muy superior a los emolumentos (14 millones brutos por temporada) que Íñigo tenía pactados en el FC Barcelona, club con el que tenía contrato hasta el 30 de junio de 2026.

El zaguero de Ondárroa (Vizcaya), de 34 años, se va del Barça a coste cero, aunque la entidad azulgrana podría ingresar una pequeña cantidad económica en concepto de variables deportivas. Cierra así el defensa una etapa de dos años en el conjunto culé en la que ha conseguido sus títulos más importantes: Liga, Copa del Rey y Supercopa de España.

Una salida que permite al Barça liberar 14 millones de masa salarial, aunque de momento esa cantidad no es suficiente para poder inscribir jugadores.

Un roto para Flick

Pero es que, además, el adiós de Íñigo le hace un roto importante al Barça a nivel deportivo. El técnico Hansi Flick lo tenía como un fijo en el eje de la zaga junto a Pau Cubarsí, y ahora el alemán tiene que elegir entre Ronald Araujo, Eric García y Andreas Christensen para acompañar al 2 azulgrana en el eje de la zaga, aunque también podría tirar de La Masía (hay nombres como los de Álex Campos, Landry Farré, Andrés Cuenca, Alexis Olmedo...).

Más allá del aspecto meramente deportivo, lo cierto es que la marcha de Íñigo Martínez todavía no permite a la entidad arreglar sus cuentas. Aún está lejos de cumplir al cien por cien el fair play financiero (norma 1:1 de LaLiga, que permite a los clubes invertir en fichajes y salarios solo la misma cantidad que han ingresado o ahorrado) y de momento el Barça puede computar en el fair play el 60% de los 14 millones de euros brutos que percibía; es decir, unos 8,4 millones.

Esta cifra, sumada a otras operaciones recientes, roza ya los 30 millones de euros en margen salarial liberado este verano.

Entre esas operaciones destacan los cerca de 3 millones generados por el traspaso de Pau Víctor al Sporting Braga, los 3,5 millones procedentes de la venta de Pablo Torre al Mallorca, los aproximadamente 8 millones por la salida de Ansu Fati al Mónaco y el ahorro salarial tras el fichaje de Clement Lenglet por el Atlético de Madrid (el central francés ganaba unos 16 millones brutos por temporada en el Barcelona).

En la dirección deportiva culé valoran muy positivamente la planificación de este mercado, convencidos de que han reforzado la economía sin debilitar al equipo. Conviene recordar en cualquier caso que la marcha de Iñigo Martínez no estaba en los planes iniciales de Flick ni de la dirección deportiva encabezada por Anderson de Souza Deco.

El reto ahora es completar los trámites necesarios para inscribir a todos los fichajes (el club se ha reforzado este verano con Joan García, Marcus Rashford y Roony Bardghji). Para ello, el club necesita que el auditor dé luz verde a contabilizar los 100 millones de euros de los asientos VIP del palco del Spotify Camp Nou, además de cerrar algún acuerdo de última hora. En este sentido, el acuerdo de patrocinio con la República Democrática del Congo, que aportará al Barça 10 millones anuales durante los próximos cuatro años, también ha supuesto un impulso decisivo a las arcas culés.

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