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El Rayo Vallecano, el escaparate para saltar a un grande

Año a año, el cuadro vallecano ficha casi un equipo nuevo y a la temporada siguiente, muchos de ellos dan el salto a otro club más grande.

Año a año, el cuadro vallecano ficha casi un equipo nuevo y a la temporada siguiente, muchos de ellos dan el salto a otro club más grande.
Kakuta, Michu, Bueno y Diego Costa. | Archivo

Como si de un mercadillo se tratara, año a año las oficinas del estadio de Vallecas tienen un continuo ajetreo en cuanto a compras y ventas. Con dos premisas: los que lleguen lo harán a precio de saldo, o incluso gratis; y los que se vayan lo hará para triunfar. Y es que cada temporada, el escaparate que ofrece el Rayo Vallecano es inmejorable para sus jugadores.

Durante toda la temporada se está alabando el juego vistoso y ofensivo que despliega el Rayo debido a las ideas de Paco Jémez, su entrenador. Y eso tiene un efecto doble. Está claro que los resultados son buenos, salvándose sin problemas del descenso e incluso optando a puestos europeos. Lo hacen a base de un equipo nuevo cada año, como en esta última temporada, cuando tuvieron que fichar a un equipo nuevo después de que se le marcharan hasta 18 jugadores.

Muchos se van a triunfar y los que llegan saben que vienen a una pasarela de escalafón más bajo, pero con miras a los mejores modistos. Los últimos casos, los de Alberto Bueno y Gael Kakuta. El delantero español, máximo goleador nacional de la recién finalizada campaña, ha fichado por el Oporto donde disputará Champions, misma competición que el extremo francés. Éste estaba en el cuadro vallecano cedido por el Chelsea y ahora el Sevilla se ha hecho con sus servicios.

Precisamente, comenzamos el repaso de estas ventas por el cuadro hispalense, que se hizo con los servicios del lateral Coke Andújar, un fijo para Emery y con el que ya ha ganado dos Europa League. Fue el primero y, tras él, se fueron otros más.

Algunos como Diamé o Antonio Amaya dejaron 3'8 millones en las arcas vallecanas al fichar por el Wigan. Y eso que el senegalés venía del Linares, en Segunda B. Mientras que el central regresó, primero cedido, y luego en propiedad.

Pero ahí no acaban las ventas. Tras un gran año en Vallecas, el delantero asturiano Michu se fue al Swansea galés. Incluso se ganó la internacionalidad con España. Y después se marchó al Nápoles de Benítez, aunque las lesiones le han castigado.

Aunque si hay un delantero que ha triunfado por encima de todos es Diego Costa. Tras lesionarse a comienzos de la 2011-12, se quedó sin ficha y en el mercado invernal tuvo que cruzar del Calderón a Vallecas, donde se destapó como el delantero que luego cuajó en el Atlético. De ahí a ganar la Liga, ser internacional y triunfar con el Chelsea. Gracias a ese empujón que se ganó en el pequeño estadio madrileño en apenas seis meses.

Pero hay más. En este caso, el de un hombre que hace un trabajo sucio, pero reconocido. El valenciano Javi Fuego, un fajador, dejó Vallecas rumbó Mestalla, donde ha sido el líder del centro del campo del cuarto de la Liga.

Otros nombres que han salido para tratar de volar más alto son los centrales Jordi Amat y Alejandro Gálvez. El primero, cedido por el Espanyol, se ganó su fichaje por el Swansea; mientras que el segundo, que llegaba del Sporting, tuvo que hacer las maletas rumbo a Alemania para jugar en el Werder Bremen.

En el centro del campo, destacar a dos jóvenes jugadores. Porque ésa es la otra condición que rodea a la mayoría de estos jugadores: su baja edad. Salvo Javi Fuego, con 29 años, todos eran una "chavales". Caso de Saúl Ñíguez, cedido por el Atlético la pasada temporada y que en ésta ha triunfado con el Atlético, jugando bastante y dejando un gol de chilena en el 4-0 al Madrid. O Iago Falqué, que llegó cedido por el Tottenham y que después de varios préstamos, fue en el Rayo en el que triunfó para que el Genoa le fichara. De ahí se ha ido a la Roma, por el que acaba de fichar.

Y arriba, destacar al Chori Domínguez, otro veterano que encontró un escapate para jugar Champions. Llegó gratis del Valencia, jugó un gran año, y se marchó gratis al Olympiacos. O Leo Baptistao, el amigo de Neymar, al que le dieron la alternativa para venderlo después al Atlético por 7 millones. Pero como no terminaba de cuajar a orillas del Manzanares, el Cholo lo devolvió cedido este año al Rayo, aunque no ha tenido su mejor versión.

Lo que se ve no es sólo que el Rayo fiche barato, casi gratis. Es que, salvo en contadas ocasiones, hace lo mismo para atraer a los jugadores. Saben, jugadores y directiva, que el Rayo a día de hoy es un buen escaparate. Puede que no económicamente, pero pasar una temporada en el cuadro vallecano puede significar el salto deportivo hacia un equipo con aspiraciones de título. Y eso no se paga.

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