El crecimiento de la movilidad eléctrica en las ciudades se evidencia en el creciente uso del vehículo eléctrico. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), las ventas de vehículos eléctricos superaron los 10 millones en el año 2022, lo cual equivale al 14% de todos los coches nuevos vendidos en 2022. En 2023, sólo en el primer trimestre se vendieron más de 2,3 millones de vehículos eléctricos, un 25% más que en el mismo periodo del año anterior.
Esto es un claro indicador de que la movilidad eléctrica está cada vez más presente entre los ciudadanos. Pero no sólo entre particulares, sino también entre empresas y profesionales que se deciden por utilizar vehículos ecológicos, como el eléctrico. A esto se suma que el número de estaciones de carga en zonas urbanas también ha aumentado, y muchas ciudades han invertido en infraestructura de carga pública para apoyar el crecimiento de estos vehículos.
Además, los avances en la tecnología en este tipo de vehículos, los han hecho más asequibles y eficientes para los usuarios privados. Por ejemplo, el coste de las baterías ha disminuido significativamente, lo que hace que sean más accesibles. A esto también se suma que la autonomía de este tipo de vehículos sigue creciendo. Actualmente, de media, un vehículo eléctrico puede circular unos 250 o 300 km sin recargar.
El informe de la AER resalta la creciente demanda de opciones de transporte más amigables con el medio ambiente, especialmente en lo que respecta a los vehículos eléctricos y aquellos con autonomía ecológica. Las matriculaciones de vehículos electrificados suponen el 10,08% del total de las matriculaciones de renting y se incrementan un 36,94% respecto a octubre de 2022.
Esta tendencia se debe a varios factores: el incremento del precio del combustible, el aumento de la conciencia sobre el impacto ambiental que generan los automóviles tradicionales y las normativas de circulación orientadas a fomentar el uso de medios de transporte más ecológicos.
Por supuesto, al utilizar vehículos eléctricos, los usuarios pueden reducir sus emisiones de carbono y contribuir a mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas, así como evitar las restricciones en las Zonas de Bajas Emisiones de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Y si además, contratas un servicio de renting…
Tendrás la oportunidad de tener un control de gastos y ahorrarte sorpresas. El renting de vehículos eléctricos es un medio perfecto para acceder a este tipo de vehículos de forma más sencilla y sin grandes desembolsos.
Esta modalidad permite, mediante el pago de una única cuota mensual, el uso del vehículo sin gastos adicionales, ya que el seguro, mantenimiento e impuestos están incluidos en dicha cuota. Incluso, el renting flexible permite aprovechar todas estas ventajas ofreciendo la posibilidad de utilizar el vehículo sin permanencia, sólo durante el tiempo que el usuario lo necesite y sin adquirir compromisos a largo plazo.
Además, los vehículos de renting ofrecen otra forma de control del gasto mayor que al tener un vehículo en propiedad, ya que incluyen los pagos mensuales del vehículo, los gastos de mantenimiento y las reparaciones. Al contratar un servicio de renting, se pueden evitar estos costes imprevistos en muchos casos
¿Por qué usar un vehículo eléctrico?
Según el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), el coste promedio de usar un vehículo eléctrico es significativamente menor que el de uno convencional. En general, se estima que el coste de energía eléctrica necesaria para recorrer la misma distancia en un vehículo eléctrico es aproximadamente un tercio del coste de combustible que requeriría un vehículo de gasolina o diésel. Esto significa que los coches eléctricos pueden ahorrar mucho dinero en costes de combustible durante la vida útil del vehículo.
Asimismo, los coches eléctricos requieren menos mantenimiento que los tradicionales, ya que tienen menos piezas móviles y no requieren cambios de aceite ni puestas a punto. Esto puede generar menor paso por taller para reparación y mantenimiento, así como una vida útil más larga para los automóviles eléctricos.