Un año más, la NBA se encuentra a punto de arrancar. La temporada, dicen los expertos, más abierta que nunca en la lucha por el título. Y una temporada, como siempre, que nos deja grandes historias. Algunas, ya conocidas. Otras por conocer. Y otras, que hay que sacar a la luz.
Como la de Khaman Maluach, el nuevo pívot de los Suns -en su lucha continua por encontrar un 5 eficiente-, elegido en la posición número 10 del Draft del pasado junio, y que encierra una travesía de lucha personal y de supervivencia como pocas.
Nacido en Rumbek, Sudán del Sur, el 14 de septiembre de 2006, Khaman Maluach está marcado desde que viera la primera luz del sol. Se halla en el epicentro de un país en guerra, uno de los más pobres del mundo, y cuya inestable situación termina con todo y con todos. Las organizaciones internacionales cifran en 13 millones el número de personas desplazadas buscando una solución casi imposible. Y en 20.000 los niños utilizados para la guerra.
Khaman probablemente hubiera sido uno de ellos, pero su madre decide emigrar hacia el campo de refugiados de Kawempe, en Uganda. "En realidad, no sé el año en que salí de Sudán del Sur. No recuerdo nada de ese traslado. Sólo sé que crecí en Uganda", declara en un artículo de ESPN.
Una infancia, evidentemente, complicada. De incomprensión para un niño. De pobreza. De fatalismo simplemente por haber nacido en un lugar concreto.
Pero la vida le tiene reservado un cambio radical a Khaman Maluach. En forma de fortuna. O de destino.
Porque con 13 años, mientras se encuentra paseando por la calle sin mucha cosa que hacer, un entrenador de baloncesto se topa con él, y le regala un balón. Le dice que ve en él unas cualidades únicas, y que pruebe. Khaman se queda perplejo. A él que apenas le suena aquello del baloncesto. Que lo que más le gusta es el fútbol. Pero piensa que aquello ha ocurrido por algo, y efectivamente comienza a jugar a basket.
Lo hace en una pista lejana, a la que debe ir caminando cada día desde su campamento, y en la que apenas hay tiempo disponible para jugar. Según afirma él mismo, lo hace siempre a las 14h, cuando más aprieta el sol, porque el resto de las horas está ocupada.
Entonces, el segundo golpe de fortuna. O de destino. Luol Deng, presidente de la Federación de Sudán del Sur con casi dos décadas de carrera en la NBA, le descubre. Su trabajo, en realidad, consiste en tratar de captar a los jóvenes talentos para ayudarles a dar un salto competitivo, ya sea hacia Europa -Deng es internacional con Gran Bretaña- o, en el mejor de los casos, a Estados Unidos. Y ve una calidad inmensa e innata en el joven Khaman que, además, apunta a ser muy alto y tener una gran envergadura.
Su primer destino será la NBA Academy Africa de Senegal. Bajo la recomendación de Luol Deng, claro. Asegura Maluach que cuando se lo notificaron, se pasó tres días llorando. Allí puede entrenar a baloncesto con grandes técnicos que le harán progresar, pero también estudiar en condiciones adecuadas, algo que anhelaba desde que era niño.
No tarda en ser internacional con Sudán del Sur. Una selección menor, pensarán ustedes. Pero no es así: logra disputar el Mundial de basket de 2023 en Japón y Filipinas –es el jugador más joven del campeonato-, y los Juegos Olímpicos de París de 2024, sumando minutos en ambas competiciones.
Todo aquello le hace desembarcar en la prestigiosa Universidad de Duke. Y ahí se destapa como un brillante jugador de equipo. Un Center de los que trabaja por y para los compañeros. Con un juego exterior de lujo con Cooper Flag, número 1 del Draft, y Kon Knueppel, número 4, Maluach se pone el mono de trabajo para ayudar desde la pintura con defensa, rebote, intimidación y, cuando le toca, también anotar. 9 puntos, 7 rebotes y 1 tapón por partido promedió la temporada pasada.
Y esas son las cualidades que despiertan el interés de los Phoenix Suns. Eso es precisamente lo que buscan para este curso 2025-2026. Así que es elegido en el número 10 del Draft. Una ceremonia en la que el joven Khaman Maluach no deja ningún detalle al azar. Su traje lleva las banderas de Sudán del Sur y de Uganda cosidas al forro interior. "Estoy aquí representando a todo el continente africano", afirma. "Quiero cambiar la narrativa de cómo la gente ve África", añade.
Ahora que la competición está a punto de arrancar, todo apunta a que Maluach podrá tener protagonismo en su equipo ya desde el inicio, algo siempre complicado para un rookie. Incluso, hay quien apunta que es el robo del Draft de 2025. En Phoenix, esperan haber hallado por fin el pívot que complemente el fantástico juego exterior que posee la plantilla.
Y Khaman Maluach simplemente sueña con seguir creciendo, convertirse en una estrella y, desde su posición, ayudar a los niños que se ven golpeados por la guerra. Como le sucediera a él hace apenas 10 años.


