Menú

¿Será capaz Ferrari de superar sus problemas en Montmeló?

La F1 llega a España con muchas incógnitas, no sólo las mecánicas planeadas por Ferrari, sino también por la fiabilidad de las evoluciones que presentará Red Bull y la competitividad de pilotos como Michael Schumacher. Montmeló será testigo de un Mundial con todas las cartas aún por descubrir.

Cuando Fernando Alonso cruzó la bandera a cuadros en primer lugar en el Gran Premio de Bahrein, muchos pensamos que ésa sería la imagen cotidiana de un Mundial con muchas expectativas para el piloto español. Pero la realidad ha sido muy distinta. El asturiano no ha vuelto a subir al podio desde entonces y hay serias dudas sobre si Ferrari será capaz de terminar la temporada con los ocho motores que exige la FIA. La Scuderia ha tenido más trabajo de lo habitual: usó dos motores para Bahrein y el propulsor del F10 se rompió en Malasia y China. En total, tres grandes premios con problemas mecánicos de cuatro disputados. La situación se agrava si pensamos que el motor de Sauber, también Ferrari, sólo ha conseguido terminar una carrera de cuatro.

Un problema de fiabilidad que seguro inquieta en Ferrari y desvela más de una noche a Stefano Dominicali. Quizás pudo ser este nerviosismo el que llevó al equipo italiano a no sacar sus coches en la calificación del GP de Malasia y fiarse de una lluvia que no dejó nunca de caer, y descartó a Fernando y a Felipe Massa para pelear por la pole position. Sin duda, un error de principiantes, incomprensible para un equipo como el del Cavallino Rampante.

Hace unos días que Ferrari parece haber encontrado la razón de la debilidad de su motor. Al parecer, un problema en las válvulas neumáticas sobrecalienta la mecánica, al dejar escapar demasiado aire. En caso de que la FIA no acceda a las peticiones de la escudería italiana de cambiar sus motores por un problema de resistencia, Ferrari tendrá serias dificultades para el resto de la temporada y las aspiraciones al título estarán a merced de la mecánica.

El conducto F, elemento de moda en la Fórmula 1

El Gran Premio de España, que se disputará los próximos 7, 8 y 9 de mayo en Montmeló, será decisivo para comprobar si Ferrari ha resuelto sus dificultades y Fernando puede disponer del propulsor necesario para alcanzar a los equipos rivales, entre ellos Red Bull y McLaren. Por supuesto, no serán los únicos que deberán demostrar en el circuito catalán si han acertado con las modificaciones incluidas en el monoplaza. Ferrari ya estrenó el llamado conducto F de McLaren en China y, aunque en Red Bull no tocaron ni un milímetro del coche, los ingenieros de la escudería austriaca han estado trabajando en su sede de Milton Keynes para probar su propio prototipo de alerón en Barcelona.

El Mundial de Fórmula1 llega a España más apretado que nunca, no hay un claro favorito y sin poder hacer un pronóstico fiable, teniendo en cuenta, además, que ha llovido en tres de las cuatros carreras celebradas. Sobre lo que no hay dudas es que la situación ya no permite más errores no forzados en la casa de Ferrari, como se diría en el argot tenístico.

Los controvertidos análisis de Ecclestone

Si sorprendente han sido los problemas mecánicos de Ferrari, no menos decepcionante ha sido el retorno de Michael Schumacher a la competición. El siete veces campeón del mundo no ha conseguido todavía quedar por delante de su compañero de equipo Nico Rosberg, segundo en la clasificación general. Dice el siempre polémico patrón de la F1, Bernie Ecclestone, que "Schumi no es un turista en el paddock", que "está aquí para ganar y lo hará de nuevo". Lo cierto es que los análisis de Ecclestone son tan meticulosos como los que ha hecho sobre las carencias del Mercedes que conduce el Kaiser. ¿O es que el monoplaza de Michael es distinto al de Rosberg, que ya ha subido dos veces al podio? La verdad es que lo parece, porque en China mientras Rosberg luchaba en con los McLaren por un lugar en el cajón, Schumacher era rebasado por un sinfín de pilotos sin poder evitarlo. Más parecía una chicane móvil que un monoplaza en carrera.

No deberíamos hacer demasiado caso al jefazo de la Fórmula 1, y más después de que tuviera que salir en defensa de su compatriota Lewis Hamilton por las críticas recibidas por no haber sido sancionado en China, ni en Malasia, a pesar de sobrepasar las normas que marca la FIA. Puedo entender que Hamilton ya no tenga en el box a su padre para que saque los dientes por el niño, pero el inglés debería ser al menos tan humilde como eficaz es en carrera y admitir que la maniobra con Vettel en el pit lane de China no fue del todo legal, y que tampoco lo fue la de Malasia a Vitaly Petrov. Hamilton ha asegurado que "los comisarios de este año son los mejores". ¿Y cuándo no? En la retina de muchos seguro está la imagen del coche de Lewis siendo remolcado con una grúa, en el Gran Premio de Nürburgring de 2007, para poder reincorporarse a la pista mientras que el resto de monoplazas seguían en la puzolana y quedaban fuera de carrera. Son muchos los que piensan que los comisarios son demasiados indulgentes con el inglés, entre ellos el antiguo piloto de McLaren Martin Brundle. Un piloto de la calidad de Hamilton no necesita ayudas externas para brillar, ya luce él solo en la pista.

En definitiva, el próximo gran premio se presenta emocionante e impredecible, rompiendo con el argumento que muchos esgrimieron en Bahrein de que este Mundial sería aburrido con la nueva normativa de la FIA. Veremos si Felipe Massa le devuelve a Alonso el adelantamiento de China, en la entrada del box, si los Red Bull siguen dando lecciones de cómo preparar un coche de carreras o si los McLaren siguen pescando puntos pese a no tener el mejor monoplaza. En el circuito catalán la puesta a punto es crucial por su combinación entre zonas rápidas y mixtas, lo que lo convierten en uno de los trazados más técnicos del Mundial. El trabajo del equipo y la información del piloto deben ser una combinación perfecta para las aspiraciones de cualquier escudería. Hagan sus apuestas.

 

Temas

En Deportes

    0
    comentarios