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Rafa Nadal XI de Montecarlo

El rey de la tierra batida ganó su undécimo título en el Masters 1000 de Montecarlo. Venció en dos sets a Nishikori por 6-3 y 6-2.

El rey de la tierra batida ganó su undécimo título en el Masters 1000 de Montecarlo. Venció en dos sets a Nishikori por 6-3 y 6-2.
Nadal, soberano de la tierra batida de Montecarlo. | EFE

Antes de empezar el partido y como dicta el protocolo, Rafa Nadal le dedicó una reverencia al príncipe soberano de Mónaco, Alberto II. Hasta aquí todo normal pero, visto lo visto, en estos últimos 14 años en el Masters 1000 de Montecarlo con el español ganando once títulos en doce finales quizá en privado, ya que en público se antoja complicado, el soberano de Mónaco debería ir tratando al manacorí como a un igual en su tierra porque, como mínimo, Rafa es príncipe de la tierra batida de Montecarlo.

Le costó un poco más ganar a Kei Nishikori en la final respecto a lo sucedido ante Bedene, Khachanov, Thiem y Dimitrov en las rondas anteriores aunque tampoco hubo tanta diferencia viendo el resultado final de Nadal: 6-3 y 6-2. Como pasó con Dimitrov, el número 1 del mundo tardó en cerrar el primer set para pasar el rodillo en el segundo tras desmoralizar a su rival.

Nishikori fue un digno rival en la pista Rainiero III de Montecarlo. Aguantó en la primera manga llegándose a poner 1-2 por delante con break incluido, pero la aceleración de Nadal cuando va por detrás en el marcador es demasiado para cualquier terrestre que quiera vencer al manacorí en polvo de ladrillo. Nadal rompió el saque del japonés nada más perder el suyo y poco a poco fue encontrando la precisión necesaria en sus golpes para llevarse el set.

Después de un primer asalto en el cual Rafa no terminó de lucir su potente revés cruzado como a él le hubiese gustado, el español arrasó en el segundo set haciendo lo mismo que en en el primero (6-3), pero encontrando la altura y la precisión en sus golpes que antes no había terminado de pulir. Nishikori, que había sobrevivido en el set inicial llegando a veces a imponer su ritmo en el partido, claudicó con el paso de los puntos ante el imponente martillo pilón que posee Nadal con el drive y con el revés.El 6-2 definitivo así lo atestiguó.

Nadal arranca la gira de tierra batida como la empezó el año anterior, ganando en Montecarlo, pero ojo a esta temporada porque viendo el despliegue tenístico del manacorí en Mónaco se antoja difícil encontrar alguien que le pueda vencer en Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros. Ojalá no aparezca nadie, porque Rafa quiere el cinco de cinco.

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