
Hoy martes, a las 17:00 horas, comienza la fase final de la Copa Davis, que será el último torneo en la carrera de Rafael Nadal. El tenista manacorí jugará en representación del equipo español en la competición que cerrará un círculo, que pondrá fin a una impresionante carrera repleta de éxitos, siendo uno de los primeros, la propia Copa Davis que levantó hace ya 20 años.
La Copa Davis de 2004, el inicio de la leyenda
Con tan solo 17 años, un joven y prácticamente desconocido Rafa Nadal se colaba en el equipo español para jugar la primera ronda del Grupo Mundial de este torneo, en Chequia, debido a la renuncia de Álex Corretja, quien estaba ya prácticamente retirado.
El inicio no fue fácil para Nadal, quien perdió su partido de dobles junto a Tommy Robredo y cayó individualmente contra Jiri Novak, siendo esta la única derrota del tenista mallorquín en partidos individuales de la Copa Davis hasta la fecha. Sin embargo, el equipo español siguió confiando en su joven promesa. En la última jornada, con un marcador en contra de 2-1, Nadal fue el elegido para jugar el quinto y decisivo encuentro en caso de que Feliciano López ganase el cuarto.
Jordi Arrese, seleccionador español en aquel momento y quien ya había predicho que Nadal iba a convertirse en número uno, recordaba en una entrevista sus impactantes palabras hacia Feliciano, que hacían pensar de todo sobre él, menos que tenía 17 años: "tú gana tu punto que yo ganaré el mío", cumpliendo ambos su parte del trato. Esto ya mostraba la confianza, valentía y personalidad que han destacado a Nadal durante toda su carrera.
Nadal también ganó su punto en las semifinales contra Francia en Alicante, llegando a una final que supondría el punto de inflexión del forjamiento de una carrera al alcance de muy pocos. España se enfrentaba a Estados Unidos en esta final y habían ganado el primer encuentro. Para el segundo, Nadal fue el elegido para enfrentarse a Andy Roddick, quien, por ese entonces, se situaba como el número dos del mundo.
En el libro autobiográfico del manacorí, "Rafa, mi historia", publicado en 2011, el tenista habló sobre la extrema situación de nervios que vivió cuando supo que era el elegido. De hecho, preguntó a Carlos Moyá si no estaría más tranquilo si, en vez de él, jugase Juan Carlos Ferrero, quien ya se encontraba recuperado de la lesión que arrastraba. Moyá, quien siempre fue como un hermano mayor para Nadal le dijo: "no seas tonto, sal y juega".
Nadal le hizo caso y saltó al Estadio Olímpico de Sevilla, donde más de 27.000 personas se encontraban expectantes. Pese a ceder el primer set, el joven supo reponerse y derrotó al americano por 6-7, 6-2, 7-6, 6-2. El público español explotó al ser confirmada la segunda victoria consecutiva de la final, que fue clave para acabar levantando el título por 3-2. Ese viernes 3 de diciembre de 2004, había nacido una nueva leyenda para el tenis español.
When Rafa Nadal announced himself to the WORLD 🌍
In 2004 he took down World No. 2 @andyroddick to give Spain the 2-0 lead against USA in the #DavisCup final ✨
Spain would go on to win the title after defeating USA 3-2 pic.twitter.com/5jtdMwV8mc
— Davis Cup (@DavisCup) October 10, 2024
Nadal ya participó en la Copa Davis del año 2000
Antes de hacerse con la preciada ensaladera en 2004, Rafa Nadal ya tuvo su primer contacto con la Copa Davis cuatro años antes. Fue en el año 2000, cuando un joven Rafa de tan solo 13 años acompañó al equipo español como abanderado, el día que recogían la primera Copa Davis de la historia de nuestro país, en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Pedro Hernández, responsable de la comunicación de la Real Federación Española de Tenis, fue quien escogió a Nadal para ejercer de abanderado, en una decisión que no fue para nada casualidad. Ese mismo año, el de Manacor había ganado Les Petits As, el torneo de tenis más prestigioso del mundo para niños de su edad, además del Campeonato del Mundo Infantil en representación de España, por lo que ya se le veía como el próximo relevo generacional.
El equipo español estaba conformado en aquel entonces por Albert Costa, Juan Carlos Ferrero, Álex Corretja y Joan Balcells y, excepto el primero, ninguno de ellos conocía a esta pequeña estrella. Todos lo recuerdan como un chico discreto, tímido y poco hablador y seguramente ni siquiera Costa, quien ya había peloteado varias veces con él, podría ni llegar a imaginarse lo que ese chico sería capaz de lograr.

