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Bernanke anuncia "más acción monetaria"

Los mercados dan ya por seguro que la Reserva Federal de EEUU adoptará nuevas medidas de estímulo en su reunión del 2 y 3 de noviembre, después de que su presidente, Ben Bernanke, reconociera este viernes que las circunstancias requieren "más acción" monetaria.

Dado que la Reserva Federal (Fed) tiene escaso margen de maniobra para bajar los tipos de interés, que se encuentran por debajo del 0,25 por ciento, los expertos dan por seguro que la autoridad monetaria lanzará un nuevo programa masivo de compra de deuda pública que hará bajar los tipos de interés reales y estimularán la economía.

Casi en paralelo al discurso de Bernanke, el Gobierno de EEUU difundió este viernes los últimos datos de inflación en el país que confirman la ausencia de tensiones inflacionarias a las que hacía referencia el presidente de la Fed. El Índice de Precios de Consumo (IPC) de Estados Unidos subió un 0,1 por ciento en septiembre y situó la inflación anual de los últimos doce meses en el 1,1 por ciento.

Esta cifra, que apenas ha subido en los últimos meses, se sitúa en la banda baja de lo que la Fed considera "saludable", como es contar con una inflación de entre el 1 y el 2 por ciento. Sobre la economía estadounidense planea desde hace tiempo la sombra de la deflación, un fenómeno económico de consecuencias negativas porque paraliza el gasto y la inversión, ante la perspectiva de caída de precios, y hace que retrocedan los salarios.

El otro problema de EEUU es que la economía está creciendo a un ritmo tan pausado, que no es capaz de crear empleo. Las últimas cifras indican que la tasa de desempleo es del 9,6 por ciento, una cifra muy elevada en una sociedad que no ofrece una amplia cobertura al desempleado.

En esta situación, Bernanke fue claro al justificar la necesidad de que la autoridad monetaria abra de nuevo la espita de la política monetaria. "Parece que estamos en un caso claro que requiere más acción" monetaria, indicó en su conferencia.

Como es habitual, Bernanke no ofreció detalles de los planes de la institución, pero todos los analistas dan por supuesto que, al término de la reunión del Comité Abierto del 2 y 3 de noviembre, la Reserva Federal anunciará un ambicioso plan de compra de bonos del Tesoro, como ya hizo en el pasado.

Durante los tiempos más duros de la crisis, la Fed lanzó un programa de compra de deuda pública y de activos vinculados al mercado inmobiliario por un importe de 1,7 billones de dólares. Bernanke explicó hoy que este programa dio los resultados esperados porque permitió bajar los tipos hipotecarios y respaldar la recuperación de este mercado.

Ahora, dijo Bernanke, la Fed contempla la posibilidad de lanzar un nuevo programa, sin especificar su cuantía. Algunos medios financieros hablan de 500.000 millones de dólares, mientras que otros afirman que no sobrepasará los 100.000 millones. Desde que los tipos de interés están cerca del 0 por ciento la Fed tiene escasa capacidad de maniobra para estimular la economía con recortes de tipos, por lo que se ha embarcado en un nuevo método, que llama "facilidad cuantitativa" (quantitative easing, en ingles).

En la práctica, este método supone inyectar grandes cantidades de dinero en el sistema mediante la compra masiva de títulos en el mercado, como hizo con el programa de 1,7 billones, y como planea hacer ahora. Este método permite bajar la rentabilidad de la deuda y además inyectar liquidez en el sistema. Otro de los efectos es que se abarata el dólar, como consecuencia directa de la inyección de dinero en el sistema

Bernanke aprovechó la conferencia de hoy para explicar que este sistema, que también ha aplicado el Banco de Inglaterra, tiene sus costes y sus riesgos, especialmente por su carácter novedoso. "Una de las desventajas de la compra de activos frente a las medidas monetarias convencionales es la poca experiencia que tenemos para evaluar su impacto en la economía", indicó.

Esto hace que sea "desafiante", por ejemplo, juzgar la "el volumen apropiado" y el "ritmo" de compra de los activos, indicó. Otro de los riesgos es que "baje la confianza del público sobre la capacidad de la institución para salir suavemente de esta medida en el tiempo apropiado", es decir, que la Fed sea capaz de deshacerse de estos títulos pronto y sin crear tensiones inflacionarias, apuntó Bernanke.

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