LD (EFE)
Un centenar de productores procedentes de Benín, Burkina Faso, Chad, Mali, Senegal y otros países de África participan en la reunión de Cotonú, convocada por las respectivas uniones algodoneras para examinar el futuro del sector en este continente.
"Los países industrializados no pueden seguir afirmando que quieren luchar contra la pobreza en África y al mismo tiempo otorgar subvenciones a sus productores" , es la opinión compartida por los participantes en la conferencia.
Unos dos millones de personas se dedican al cultivo del algodón en África y se calcula que son veinte millones quienes viven en este continente de los ingresos generados por la comercialización de este producto. Las subvenciones contribuyen a trastornar las reglas del comercio internacional en detrimento de los países en desarrollo, se lamentan los delegados a la reunión, que intentan adoptar una estrategia común con vistas a las próximas negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio.
Para los productores africanos, que cultivan el algodón para sobrevivir, es imposible competir con sus colegas de los países industrializados, quienes, además de poseer una moderna maquinaria agrícola, se benefician de las subvenciones gubernamentales, afirman los participantes en el encuentro de Cotonú.
Durante el ejercicio 2004-2005, las sociedades algodoneras africanas han acumulado un déficit que asciende a cerca de 300 millones de euros, a pesar de que han tenido una producción récord de 25 millones de toneladas.
"Los países industrializados no pueden seguir afirmando que quieren luchar contra la pobreza en África y al mismo tiempo otorgar subvenciones a sus productores" , es la opinión compartida por los participantes en la conferencia.
Unos dos millones de personas se dedican al cultivo del algodón en África y se calcula que son veinte millones quienes viven en este continente de los ingresos generados por la comercialización de este producto. Las subvenciones contribuyen a trastornar las reglas del comercio internacional en detrimento de los países en desarrollo, se lamentan los delegados a la reunión, que intentan adoptar una estrategia común con vistas a las próximas negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio.
Para los productores africanos, que cultivan el algodón para sobrevivir, es imposible competir con sus colegas de los países industrializados, quienes, además de poseer una moderna maquinaria agrícola, se benefician de las subvenciones gubernamentales, afirman los participantes en el encuentro de Cotonú.
Durante el ejercicio 2004-2005, las sociedades algodoneras africanas han acumulado un déficit que asciende a cerca de 300 millones de euros, a pesar de que han tenido una producción récord de 25 millones de toneladas.
