La construcción en España de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares está sacando a la luz la hipocresía de gran parte de la clase política. Primero fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal –partido que , a nivel nacional, dice apoyar esta energía porque es limpia y segura– que en su condición de presidenta del PP de Castilla de La Mancha se opone frontalmente a que el silo nuclear se instale en la localidad alcarreña de Yebra (Guadalajara).
Cospedal, aunque ahora lo niega, llegó a amenazar con expulsar del partido al alcalde de Yebra y los concejales del PP que aprobaron la candidatura de su pueblo al albergar el ATC, de acuerdo con la mayoría de los vecinos. El alcalde defiende que el cementerio nuclear será una fuente de riqueza y empleo para el pueblo, sin que eso implique ningún riesgo, ya que estas instalaciones son seguras, tal y como sostiene el PP cuando defiende esta energía.
Más flagrante es, si cabe, la contradicción en el caso del presidente de la Generalidad, José Montilla. "Yo no quiero el almacén nuclear en Ascó", sentenció este lunes el político cordobés. En esta localidad de la provincia de Tarragona ya existe una central y su Ayuntamiento quiere presentar una candidatura para que el ATC se ubique allí. Fue Montilla, como ministro de Industria (2004-2006), quien aprobó e impulsó la construcción de este almacén que ahora no quiere en Cataluña. Vea aquí el Real Decreto firmado por Montilla.
El argumento que utiliza Montilla es idéntico al esgrimido por Cospedal. Apelan ambos a la "solidaridad" entre regiones, porque en sus territorios ya existen centrales nucleares. En este sentido, Montilla dijo este lunes en Antena 3 que Cataluña produce el 40 por ciento de toda la energía nuclear en España y que hay otras regiones en las que no se produce nada y sólo se consume.
El presidente de la Generalidad, también en esto coincide con Cospedal, dijo no estar en contra de la energía nuclear, pero reiteró que en Cataluña no quiere ninguna instalación de este tipo. En sus años como ministro, Montilla dijo en reiteradas ocasiones que "España no puede prescindir de la energía nuclear para garantizar el suministro".
La mayoría de los residuos nucleares españoles son enviados a un almacén situado en el sur de Francia, con un coste diario de 40.000 euros que sufragamos los ciudadanos a través del recibo de la luz. Montilla impulsó la construcción del ATC porque a partir de este año, 2010, el coste sube 60.000 euros diarios. En los cinco años que han pasado desde que se aprobó el proyecto no se ha hecho nada. Mientras los políticos se pelean por evitar que se lleve a su región, los ciudadanos seguimos pagando a Francia. Desde 1994, más de 200 millones de euros.