
(Libertad Digital) Esta semana comienza la negociación de la ley más importante del año, al menos desde el punto de vista económico: los presupuestos. Como cada año de la legislatura de Zapatero, el PSOE tiene que negociar desde cero los apoyos de los grupos nacionalistas más Izquierda Unida. Aznar, en su primera legislatura, cerró un pacto con los nacionalistas para los cuatro años. Ahora las cesiones se negocian año a año.
Este ejercicio, además, los grupos minoritarios cuentan con un arma de negociación poderosa y que no se daba en los anteriores: el año que viene habrá elecciones generales y el Gobierno no quiere presentarse con el fracaso de no poder sacar adelante los presupuestos. La imagen de soledad e incapacidad podría no ser bien vista por los votantes y Zapatero no está dispuesto a pasar por ello.
Una opción es la de prorrogar los presupuestos, algo que sólo se hizo una vez desde la instauración de la democracia, y fue con Pedro Solbes como ministro de economía. El propio Solbes ha reconocido que existe esa opción, pero ha reconocido que sería un "fracaso y una decepción".
Según recoge este lunes el diario Negocio, el ministro de Economía cuenta, para negociar con los grupos nacionalistas el apoyo a los presupuestos (PGE), con 9.600 millones de euros de disponibilidad hasta alcanzar el techo de gasto aprobado. De estos hay que deducir los 1.500 millones que, según fuentes de Hacienda citadas por el diario, costará el famoso cheque bebé.
