La negativa de Ibarretxe a pagar todo el Cupo, la revalorización del euro frente al dólar y la libra, la reunión del CGPJ que hoy estudiará si traslada al fiscal el caso del narcotraficante fugado y los 9,2 puntos que el PP aventaja al PSOE en intención de voto son las noticias más destacadas por la prensa de este jueves.
La decisión de Ibarretxe de abonar por el Cupo 240 millones de euros menos de lo establecido en la Ley de Presupuestos es destacada en todas las portadas y encuentra eco editorial en todos los periódicos. El Mundo no sólo destaca la declaración del lehendakari en la que asegura que los vascos no se sentirán representados por el Gobierno español en el Consejo de Ministros europeo, sino que también considera que su decisión de no pagar los 1.147,93 millones de euros fijados por la Ley de Presupuestos supone una rebelión del Gobierno vasco contra la legitimidad democrática: “Resulta significativo que, en el primer punto de las declaraciones del Gobierno de Ibarretxe, se reconozca que la prórroga del Concierto Vasco fue aprobada por las Cortes Generales. Eso equivale a expresar que no acata una de las normas legales vigentes en nuestro Estado de Derecho. Si, según el Gobierno Vasco, las Cortes Generales no tienen legitimidad, ¿por qué no han dejado ya sus escaños los diputados del PNV, tal y como con su macabra lógica les exigía ETA?”. En este asunto El Mundo no sólo secunda al Gobierno, sino que, por primera vez, le exige mayor firmeza frente a los nacionalistas: “Montoro ha estado condescendiente. Nos parece bien una actitud prudente, pero el Gobierno no debería excluir la adopción de medidas más severas -los ciudadanos tienen derecho a conocerlas- en el caso de que el Ejecutivo vasco persistiera en su actitud de rebeldía”. En lugar de no tomarse en serio la pretensión ilegal de Ibarretxe, afirmando que es una mera “pose política”, bien hubiera hecho Montoro en recordar que el articulo 155 de la Constitución permite al Ejecutivo forzar a las CC AA al cumplimiento de la ley. Como tampoco hubiera estado de más que el ministro -y el editorial de El Mundo- hubieran denunciado con contundencia la equidistancia entre la legalidad y lo que no lo es adoptada en este asunto por el PSOE.
ABC también dedica una firme crítica a las medidas adoptadas por el Gobierno vasco. Por una lado considera que “son una huida hacia delante que chocarán con los requerimientos del ordenamiento jurídico y de las resoluciones judiciales. Por otro, ha introducido en la economía vasca un grave factor de inestabilidad legal e institucional que tanto ha apreciado la clase empresarial vasca en el contexto de violencia terrorista. Por el contrario, el PNV parece dispuesto a hacer con el Concierto lo mismo que con el Estatuto, es decir, desahuciarlos como marco legal y económico de la sociedad vasca, ampliando así el repertorio de agravios en el que ETA busca la razón de su existencia y sumando indicios de la proximidad de un nuevo pacto con la izquierda abertzale”.
La descarada y acelerada marcha del PNV en pro de la independencia, ya por la senda de la abierta ilegalidad, lleva a El País a dar un toque de atención a la dirección de los nacionalistas y pedirles moderación para no hacer más difícil el proyecto de Prisa de sellar la alianza de los socialistas y los nacionalistas contra el PP. Aunque es muy tibia su crítica al Gobierno vasco y no denuncia como vulneración de la ley su negativa a pagar en su integridad el Cupo, el editorial de El País asegura que “no es posible, a la vez, invocar la foralidad para exigir un trato diferenciado y cuestionar el marco de la misma mediante propuestas autodeterministas y similares. El nacionalismo gobernante en Euskadi–advierte El País a la cúpula del PNV- tendrá que decidir la vía a seguir, incluyendo la política de alianzas que se derivan de cada opción. Si decide la de la lealtad constitucional, muchos de los obstáculos que hoy parecen insalvables, agrandados por la desconfianza, serán superables. Y tal vez ello permita a la política vasca alejarse por una temporada del abismo”. Tan superables son esos obstáculos que Redondo ya ha dimitido, Eguiguren se propone que los socialistas vascos asuman la posibilidad de la autodeterminación y El País, responsable en buena parte de lo primero, habla de lealtad constitucional sin criticar lo segundo. Una forma políticamente correcta de pedir al nacionalismo que disimule y que vuelva a ponerse la careta. Como si El País no supiera que el PNV jamás ha sido leal a la Constitución, como si ignorara que entre los postulados fundacionales de ese partido está la independencia de Euskadi. Si el PNV encubre su acercamiento a Batasuna afirmando que trata de atraerla a la vía democrática, Prisa encubre su proyecto de alianza con los nacionalistas asegurando que, con los socialistas, se evita al PNV el abismo de ir abiertamente con HB. ETA, mientras, tirando de todos.
Por cierto, el lector podrá encontrar un magnífico artículo que Fernando Savater, de forma masoquista, publica en El País, en el que se denuncia la deriva hacia el nacionalismo a la que se enfrenta el socialismo vasco. Lo malo es que se cita muy de pasada la responsabilidad en la misma del dúo Cebrián/González. Se dirá que no era plan de explayarse hablando de la soga en casa del ahorcado. ¿Pero, tampoco en la del verdugo?

El PNV no para ni para esperar al PSOE
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