La retirada del Embajador español en Rabat, los distintos sondeos sobre quien ganó el debate sobre el Estado de la Nación y el desmantelamiento en Francia de uno de los mayores arsenales de explosivos de ETA son los asuntos más destacados en las portadas de prensa de este miércoles. Varios diarios también destacan otras noticias, como la detención en Madrid y Castellón de tres presuntos miembros de Al Qaeda, la nueva matanza que han perpetrado los terroristas palestinos y que ha causado siete muertos y una veintena de heridos, la petición de perdón por parte del IRA por sus asesinatos o la candidatura de Alberto Fernández a la alcaldía de Barcelona que deja vía libre a Piqué como previsible candidato a la presidencia de la Generalitat.
A pesar de que la mayoría de los ciudadanos españoles, según todos los sondeos publicados en Internet, es partidaria de recuperar por la fuerza la isla de Perejil, el Gobierno español, con el respaldo de la oposición y el visto bueno de toda la prensa española, no sólo sigue consintiendo la ocupación militar marroquí sino que ha permitido el relevo de esas escasas fuerzas de ocupación gracias a la cual ahora, en lugar de una docena de gendarmes, hay soldados de infantería de Marina. A pesar del despliegue militar, del respaldo de la OTAN y de la UE, nuestro Gobierno ha tolerado que una zódiac lleve suministros a los ocupantes de la isla y el cambio de tiendas de campaña por instalaciones más permanentes. Para rematar la faena, nuestra ministra de Exteriores ha sugerido que España está dispuesta a negociar la soberanía compartida de la isla.
La prensa considera la llamada a consultas de forma “indefinida” de nuestro Embajador en Rabat como el máximo acto de firmeza que nuestro Gobierno debe hacer, a pesar de que que el régimen marroquí retiró el suyo de Madrid hace ya casi diez meses.
Hoy sólo El Mundo y La Razón le dedican un editorial al asunto. Aunque parezca que el editorial de La Razón recurre a la ironía, creemos que desgraciadamente dice en serio que “ha llegado el momento de reclamar del Gobierno de José María Aznar, de la clase política española, y de nuestra diplomacia en particular, la máxima prudencia y capacidad de convencimiento en el trato con un país especialmente complejo como Marruecos. No se trata de ceder en todo —nos “tranquiliza” el editorialista—, ni de ignorar la agresión que ha supuesto el inaceptable ruptura del “statu quo”, pero tampoco de precipitarse en una demostración de fuerza que otros pueden considerar, aún sin razón, como una amenaza digna de ser contestada con las armas”.
No hay que "precipitarse", dice, aunque insistimos en que no sabemos si el editorialista está de broma. Hay que recordar que la guardia civil que divisó a la docena de ocupantes de la isla, en lugar de inmediatamente sacarlos de una oreja de allí, se dio la vuelta y los dejó que siguieran con el campamento. ¿Alguien se cree que esa docena de gendarmes marroquíes se iban a liar a tiros ante un destacamento superior de agentes de la Guardia Civil que hubieran desembarcado para desalojarlos?. Ahora, las autoridades marroquíes, crecidas por la falta de reacción española, han desplegado un centenar de militares en la costa situada frente al islote. Cada día que se deje pasar habrá que recurrir más a la fuerza, eso si finalmente se decide a hacer uso de ella. Y ello se debe a la imprudente falta de reflejos y de reacción por parte española. Por otra parte, ante la posibilidad de que Marruecos utilizara la fuerza para imponerse sobre España, ¿es esa una razón para que nuestro país no recurriera a la misma?. ¿Para qué nos gastamos dinero, entonces, en el Ejército, para qué estamos, pues, en la OTAN?. ¿Vamos a reaccionar igual si Marruecos ocupa Ceuta y Melilla?. ¿No nos damos cuenta de que si no abortamos de forma fulminante esa ocupación, el régimen marroquí irá a más?.
El Mundo, que no quiere perder el liderazgo en la irresponsable e imprudente actitud de nuestra prensa, insiste en oponerse al desalojo. “Hemos dicho que este peñón no vale el coste de la gasolinera de una patrullera. Y seguimos pensando lo mismo”. “Descartando siempre una respuesta militar, Madrid tiene una amplia gama de opciones para hacer desistir a Marruecos. Estas opciones van desde sanciones económicas o la congelación de nuestra cuantiosa ayuda al desarrollo”. Pues vamos listos.
Lo primero, desde el primer momento, debe, debía haber sido el desalojo. Luego, las sanciones por lo que han intentado. Que también.

La imprudente e irresolutiva prensa española
En España
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