Menú

Continúa el bochornoso espectáculo de la prensa

La expulsión de los soldados marroquíes que ocupaban el islote de Perejil monopoliza prácticamente las portadas y los editoriales de todos los diarios. La nueva matanza de judíos perpetrada por los terroristas palestinos en menos de 24 horas sólo encuentra un hueco en la portada de ABC y El País.

Tal y como adelantamos en Libertaddigital, los editoriales de los diarios próximos al Gobierno dicen hoy lo contrario que mantenían hasta ayer mismo en sus editoriales. Mientras el Gobierno se embarcaba en un proceso de “diálogo” y “negociación” ante los que habían violado por la fuerza nuestra soberanía, estos diarios secundaron al Gobierno y le alentaban a seguir en esa línea. Una vez que se ha visto que el Gobierno abandonaba esa vía, estos diarios han corrido a ponerse nuevamente del lado del Gobierno dejando patente la falta de coherencia y de principios que guían sus líneas editoriales.

El Mundo, que ayer mismo decía literalmente que en el futuro “se podía hacer uso de sanciones económicas, descartando siempre una respuesta militar”, literalmente dice hoy que “aunque habíamos insistido en que este rocoso y árido islote no valía el combustible de una patrullera, parece justificada la decisión del Gobierno de recuperar militarmente este enclave. No había probablemente otra opción mejor”.

La Razón, que literalmente consideraba ayer que “había llegado el momento de pedir al Gobierno de José María Aznar la máxima prudencia y capacidad de convencimiento en el trato con un país especialmente complejo como Marruecos”, que hace veinticuatro horas advertía que “no se trata de ceder en todo pero tampoco de precipitarse en una demostración de fuerza”, considera hoy “un acierto de Aznar” el que el presidente hiciera ayer justo lo contrario de lo que recomendaban ayer sus editoriales.

Los cambios de ABC son más notables. Empezó el viernes manteniendo que lo “mínimo” que el Gobierno debía hacer era ordenar el desalojo de la isla. Cuando comprobó que la reacción inicial del Gobierno no era la obvia y que no secundaba por la fuerza el imperio de la ley, el diario pasó a decir que la fuerza había que “evitarla a toda costa”. Su penúltimo editorial consideraba, pues, que era una “visceralidad” hacer lo que el Gobierno acaba de ejecutar. En el editorial de hoy secunda la “visceralidad” de marras, diciendo que, además de “inevitable”, “¿a alguien le cabe alguna duda de cómo hubieran procedido Gran Bretaña o Francia, por ejemplo, ante un hecho similar?”

El País sigue, por el contrario, fiel a su incondicional apoyo a Marruecos y a su objetivo de desgastar al Gobierno español a toda costa: Se ve obligado a reconocer que el desalojo se ha desarrollado sin derramamiento de sangre, “sin embargo, cabe dudar de que, en contra de lo que mantiene, el Gobierno español hubiera agotado todas las posibilidades diplomáticas. En todo caso, parece exagerado que pudiera considerar como escalada el hecho de que los gendarmes en Perejil hubieran sido reemplazados por seis infantes de Marina o que las autoridades marroquíes plantearan llevar ayer a la prensa ante el islote”.

Podríamos criticar de El País su imprudencia de no considerar estos hechos como una evidente y nueva confirmación de que Marruecos quería quedarse con el islote, pero la caja que suministra a El País no es la de nuestro Gobierno. Por otra parte, ninguna “escalada” más era necesaria para hacer lo que el Gobierno tardíamente ha ordenado. ¿O es que acaso no se había ocupado ya ese islote por la fuerza y contra la legalidad internacional vigente?

El País, sin embargo, no se queda ahí para dejar clara su postura. Este diario sale en defensa de la nueva e incompetente ministra de Exteriores que en el escaso tiempo que ha durado la crisis ha superado con creces a Piqué en pusilanimidad y desconcierto. No era fácil, pero lo ha conseguido. Pues bien, El País se apoya en la nueva ministra para criticar al Gobierno por la izada de banderas españolas en la isla. También considera “una falta de sensibilidad”, no coherente con la mostrada por la ministra, que el destacamento español en la isla lo integren miembros de la Legión, “que tiene una indudable connotación colonial para Marruecos”.

El País también critica al Gobierno “por engañar al Parlamento”. Asegura que varios de los que respaldaron al Gobierno “no lo habrían hecho de saber que en ese mismo momento el Gobierno ya estaba preparando la incursión militar”. Tiene razón respecto a que el Gobierno, sólo en parte, ha efectuado un requiebro. Sin embargo, lo bochornoso es que hubiera diputados que se opusieran a recurrir a la fuerza para impedir que las fuerzas marroquíes se quedaran con un enclave que no les pertenece. Claro que las quejas del PNV y de IU, visto lo que preparan en el País Vasco, es algo que el Gobierno podría llevar a gala.

El País dice que el desalojo de Perejil es el último capítulo de “una política equivocada” de nuestro Gobierno, opinión que podríamos suscribir al cien por cien, si no fuera porque este diario, en lugar de basarse en la falta de reacción y penalización contra Marruecos, critica y echa en cara a la oposición que no señalara ayer “la parte de responsabilidad del Gobierno por su política de confrontación en el deterioro de las relaciones con Marruecos y la necesidad de no caer en un patrioterismo ramplón”.

También acusa al Gobierno español de “humillar a los marroquíes” y de no tener en cuenta las reacciones que puede provocar “la cólera” en el país vecino. Por todo ello responsabiliza a Aznar de traer “menor seguridad” para Ceuta y Melilla.

¿Y ahora qué?, ¿vuelta a empezar?

Para desconcierto de nuestros ciudadanos, El País se vería acompañado por la totalidad de la clase política y del resto de los medios de comunicación en un punto de su argumentación: acerca de qué debe hacer el Gobierno a partir de ahora: “Dialogar”, “negociar” y dejar impune la agresión y las declaraciones marroquíes para “restaurar las buenas relaciones”. En lugar de emprender las sanciones que cualquier país civilizado hubiera acometido contra quien hubiera agredido su soberanía, España accede, —como antes, durante y después de la ocupación— a que Marruecos siga siendo el país del mundo más beneficiado por los fondos españoles de ayuda a fondo perdido.

Nuestro Gobierno, con el respaldo de toda la prensa, sigue negándose a imponer a Marruecos coste alguno por deteriorar de forma tan flagrante las relaciones bilaterales. La incompetente ministra de Exteriores lo ha dejado claro: “se trata de restablecer la situación del once de julio”. Habrá que recordar que ese fue el día en que el régimen marroquí creía que la orden de invadir Perejil no iba a tener coste alguno. Entonces, ¿qué?, ¿vuelta a empezar?

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal