El Mundo está escandalizado porque resulta que en Cataluña no se puede ir a la escuela en castellano. ¿A que es novedad? Así que el ministro de Educación, un tío práctico donde los haya, ha dicho que ya paga él –o sea, todos- colegios donde se aprenda en castellano y santas pascuas, será por dinero. Pero ha llegado el president y ha dicho que ni hablar del peluquín. "Mas llama ignorante a Wert y el PSOE le tilda de pirómano", titula El Mundo. A Pedro J. le ha parecido genial la idea de Wert y le defiende a capa y espada. "Mejor una mala solución que dejar pisotear derechos" porque, además, esta semana ya le ha quedado "claro que el objetivo del nacionalismo es desespañolizar a los alumnos". Asombroso, oye, está Pedro J. que se sale, qué sagacidad.
Arcadi Espada, que para eso es catalán, lo entiende mucho mejor y nos lo explica. "En el imaginario escolar la lengua formal, importante, prestigiosa es el catalán, aunque el castellano sea la lengua del patio". Ah, algo así como la lengua de las criadas en EEUU. Cuenta que "durante los últimos treinta años una buena parte de la burguesía no nacionalista –o sea, la gente de pasta a la que no le mola nada ir por la vida hablando solo catalán- ha resuelto el molesto problema de la inmersión ejerciendo su ilimitada soberanía económica y mandando a los nenes al extranjero". Le "asombra que el Gobierno se apunte ahora a la solución pija del asunto" pese a que "es público y notorio que yo adoro a los pijos. Pero dudo que su indolencia constitucional sea la mejor forma de combatir el nacionalismo". Pues se admiten ideas, majo.
El País va directo a la pela. "Mas rompe en solo 24 horas el pacto autonómico sobre el déficit". ¿Qué pacto? ¿Dijo algo Mas sobre un pacto? Patxo Unzueta sacude al atontolinado PSC a ver si espabila: "Es importante que el PSC consiga mantener su segundo puesto y que lo haga con un programa de alternativa al independentismo". Y vuelta la burra al trigo con la "solución autonomista o federalista" que Mas ni se ha molestado en comentar.
ABC intenta chinchar a Mas. "La fórmula de Artur Mas. Pide pero no paga" y "mientras sigue adelante con su escalada soberanista, el nerviosismo se extiende entre los empresarios. En privado, y cada vez más sin esconderse, expresan sus temores". Pues para mí que tal y como se le ha ido la pelota al president pronto les va a ir enseñando la puerta.
Editorializa el periódico de Vocento sobre el asunto de las manis y critica que Interior zanjara ayer "el debate sobre la modificación de la ley reguladora del derecho de reunión" de forma "un tanto apresurada". "El volumen de manifestaciones ha crecido enormemente en Madrid, convirtiendo en un infierno la vida cotidiana de muchos ciudadanos". Una "eficaz regulación administrativa no implica tocar ningún derecho fundamental" y "haría compatible los derechos de manifestantes y vecinos".
La Razón ilustra su portada con una maza con la que al parecer golpearon a un policía los "bukaneros" y "comuneros" del otro día. "Las armas pacíficas del 25-S", titula. Con gran astucia han descubierto que "Mas parece tener en mente una hoja de ruta diseñada para la consecución del Estado catalán". ¡No fastidies! ¿Cómo lo habrán descubierto? Seguro que lo han intuido porque "el FC Barcelona se sube a la ola catalanista" por primera vez en su historia.
La Gaceta tiene el día inocentón y nos cuenta que "Guindos plantea abiertamente intervenir las autonomías que incumplan el déficit". Seguro. ¿A que va a empezar por Cataluña? Eduardo García Serrano le ha visto el plumero al president, que "estuvo en Madrit muy calladito. Su silencio destilaba desdén pero al cruzar el Ebro se volvió a poner la barretina". Esto no puede seguir así, sugiere. "Los disparates de Mas nos pueden llevar a un vertiginoso punto de no retorno si la Constitución no le cura antes de que nos balcanice a todos". ¿Curar? Como lo lea Mas habrá que oírle.
La Vanguardia no abre con Mas, mira tú por dónde. Se lo lleva a una columnita en la esquinita. "Mas aboga por una consulta legal y el fiscal avisa". En páginas interiores lanza un mensaje a las gentes de bien, esos a los que Arcadi llama pijos. "Mas quiere soberanía con ley y orden", no preocuparse.