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Artur Mas teme que gane el ‘NO’ en una consulta independentista

Mas temía que la gente diera la espalda a una consulta independentista. Ahora ve tan claro el éxito que convocará en referéndum saltándose la ley.

Mas temía que la gente diera la espalda a una consulta independentista. Ahora ve tan claro el éxito que convocará en referéndum saltándose la ley.

Tal día como hoy, 8 de noviembre, pero de 2009, Libertad Digital llevaba en su portada el pesimismo del líder de CiU en una entrevista concedida al diario La Razón: "Mas: "Me temo muy mucho que ganaría el 'NO' en una consulta independentista". Desde que Artur Mas fue reelegido para liderar la deriva soberanista de Convergencia i Unió el 13 de julio de 2008, la independencia de Cataluña ha sido su gran objetivo.

En esa entrevista el presidente de CiU dijo que "nos consideramos mayoritariamente una nación diferenciada. Por tanto, no renunciaremos a ese derecho". Más prudente fue entonces a la hora de apoyar un referéndum independentista. Según dijo, "una consulta por la independencia provocaría una división muy fuerte. Y me temo muy mucho que ganaría el NO". Así que se retrató y añadió que "si te lleva a la derrota, no tiene sentido".

Desde entonces el líder de Convergencia no ha parado de lanzar mensajes a favor de la secesión. En abril de 2010 proclamó que "o España es plurinacional o no será, no habrá España". Los mensajes llegaron incluso al Papa Benedicto XVI al que llegó a decir que "tiene que ser consciente de que viaja a una nación".

Con el paso del tiempo, Artur Mas se mostró más partidario de las consultas independentistas. Tanto es así que en abril de 2011 votó en un referéndum que se celebró en Barcelona y que estaba fuera de la legalidad. La maquinaria independentista ya estaba en marcha por aquel entonces y el consejero de Economía de la Generalidad de Cataluña, Andreu Mas-Colell, aseguró que la independencia era viable y que sería "absurdo" pensar que no lo fuera así.

La actitud de los líderes de CiU ha sido tan cambiante como una veleta. Artur Mas al principio soñaba con que Cataluña fuera un Estado con el mismo estatus que Puerto Rico, esto es, un Estado libre asociado. Pero el ya presidente de la Generalidad se lo pensó mejor y tomó como ejemplo a Portugal. Dio su visión particular sobre la viabilidad de una Cataluña independiente asegurando que los 7,5 millones de catalanes generan la misma riqueza que el país luso, que tiene una población superior a los 10 millones de personas.

Otro ejemplo es el de Josep Antoni Durán i Lleida. El líder de Unión Democrática de Cataluña advirtió en mayo de 2012 de que la independencia "ni interesa ni convence" estratégicamente a su partido. Meses más tarde, en octubre, pidió la independencia porque consideraba necesario "rescatar a Cataluña del menosprecio de un Estado que la ahoga económica, política y socialmente".

La ofensiva independentista de Mas

Llegó el 20 de septiembre de 2012 y se destaparon las hostilidades. Mariano Rajoy recibía en La Moncloa a Artur Mas con el tema del pacto fiscal sobre la mesa e hinchado de nacionalismo tras la marcha independentista con motivo de la Diada. Mas compareció desde su embajada en la capital para anunciar que no había alcanzado un acuerdo con el jefe del Ejecutivo y para asegurar que "Cataluña se siente nación y es algo que no pararán con una Constitución". Rajoy desveló días más tarde que Artur Mas le chantajeó cuando le dijo que "o aceptas sí o sí el pacto fiscal, o se atenía a las consecuencias". Mas llegó a anunciar que convocará un referéndum independentista sea legal o ilegal.

La consecuencia fue una ofensiva independentista que ha llevado al presidente catalán a arrimarse a la opinión que más le convenía. En un mes, pasó de ver a Cataluña como nación dentro de la Unión Europea a admitir que una Cataluña independiente estaría fuera de la UE. Así, el 6 de octubre dijo que "este proyecto nos deja donde estamos. Estamos en la UE y estamos en el euro, y de aquí no nos movemos". El 12 de octubre desveló la pregunta que haría en el referéndum ilegal: "¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo Estado en la Unión Europea?". El 20 de octubre aseguró que "no niego que pueden dificultar el proceso que iniciamos, pero no puede ser que una vieja nación de Europa quede fuera de su espacio natural".

El 26 de octubre, el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, dijo que no era seguro que Cataluña saliese de la UE con la independencia. Artur Mas se arrimó a Almunia e ignoró a la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, que aseguró por carta que la independencia de Cataluña implicaría su salida de la UE. El presidente de la Generalidad aseguró que "el sentido común dice que si tú ya estás en la Unión Europea, cumples todas las normas y te quieres quedar, independientemente de tu situación política, te tendrías que poder quedar".

Pero Almunia rectificó y dijo diez días más tarde que "si una parte del territorio de un Estado miembro se separase, esa parte se queda fuera y tendría que volver a empezar, si lo deseare, a pedir en ingreso" dentro de la UE. Parece que el ex ministro socialista abrió los ojos a Mas que el 5 de noviembre dijo que "puedo reconocer la constatación estrictamente legal de que una Cataluña independiente no podría estar en la UE".

Aún así, Artur Mas no se rinde y se ha ido de gira por Europa donde ha podido constatar que sus delirios independentistas tienen escasa repercusión, ya sea en Moscú o en Bruselas.

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