Tal día como hoy, 1 de febrero, pero de 2012, Libertad Digital llevaba la segunda vez que un micro abierto pillaba al presidente del Gobierno en menos de 48 horas: "Rajoy, pillado otra vez por los micrófonos: "¡Vivo en el lío!"". Se le escuchó decir esto nada más recibir a Artur Mas en el palacio de La Moncloa, tras lo que recogió la complacencia del presidente de la Generalidad de Cataluña.
El antecedente inmediato se produjo el 30 de enero de ese mismo año. Fue en Bruselas donde los micrófonos le captaron en varias conversaciones informales. En una de ellas, con el presidente holandés, Mark Rutte, se le escuchó decir que "esto es duro, pero ahora viene lo más duro". Rajoy no era consciente de que le estaba grabando por lo que habló de "la herencia que nos dejan" para tacharla de "muy complicada" y admitió que España cerraría el año 2011 con "más del 8% del déficit público". Por si esto fuera poco, admitió que "las previsiones de crecimiento son muy malas"-
Más adelante, con el primer ministro de Finlandia, Jyrki Katainen, Rajoy habló de la reforma laboral y lo hizo para hacer una afirmación que no ofrecía paliativos: "Me va a costar una huelga general".
Pero, sin duda, el micrófono abierto que ha dado más quebraderos de cabeza al actual presidente del Gobierno fue el de aquel 11 de octubre de 2008. Esta vez fue durante la clausura de la XIII Unión Interparlamentaria, una reunión que congregó en La Coruña a centenares de parlamentarios populares de las Cortes Generales, las Cámaras autonómicas y el Parlamento europeo.
Intervenía Ana Mato y Javier Arenas hablaba con Mariano Rajoy ajenos al micrófono abierto. Arenas le preguntó por su agenda durante su estancia en Galicia. El presidente del PP le aclaró que tenía que atender un compromiso en la provincia de Lugo y que después iba a regresar a Madrid porque "mañana tengo el coñazo del desfile; en fin, un plan apasionante".
El primer micrófono abierto que pilló a Rajoy fue en junio de 2007 durante la reunión del grupo parlamentario popular en el Congreso de los Diputados para analizar la situación política y preparar la sesión de control que no iba a tener, por primera vez en mucho tiempo, a ETA como protagonista. Mientras tomaban asiento, el micro abierto captó la conversación entre Rajoy y Eduardo Zaplana. Rajoy: "Tengo una pregunta absurda". Zaplana: "Pues anda que yo".
La pregunta absurda que lanzó Rajoy a Zapatero fue: "¿Cuáles son los objetivos políticos del Gobierno hasta el final de la legislatura?". La de Zaplana fue: "¿Considera el Gobierno que su actividad legislativa ha estado en consonancia con los principales problemas de los españoles?".