El Mundo anuncia que "Castro imputará a la infanta por blanqueo y delito fiscal". Ha sido irse don Juan Carlos y la infanta y su marido vuelven a los titulares de El Mundo. A Casimiro se le ve más relajado. "Castro ha hecho prevalecer la independencia de la Justicia y ha hecho posible que la hija del jefe del Estado sea tratada ante los tribunales como un ciudadano más". "En contraposición, quedan en evidencia todos los que trataron de echar tierra sobre el asunto y se empecinaron en negar la realidad con la absurda creencia de que de esa forma blindaban la imagen de la Monarquía. Su resistencia y oposición a que el caso se resolviera con naturalidad acabó multiplicando el escándalo y erosionando aun más la imagen de la institución". Dice el director de El Mundo que Felipe VI puede "romper con el pasado".
Federico Jiménez Losantos se detiene hoy en la parte de la transparencia del discurso de Felipe. Y no tiene buenas vibraciones. "Creo que o el Rey no lo ha pensado bien o tiene un afán y una ambición de cambio difícilmente compatible con el estado actual de los medios de comunicación en España. Y la transparencia u opacidad de la Monarquía va a depender de cómo la reflejen ante la opinión pública los medios de comunicación". Le cita Federico los tres problemas con los que se va a encontrar. Primero el "desequilibrio ideológico total" en las televisiones, "que puede comprobarse enumerando las tertulias televisivas de signo liberal o conservador en las cadenas públicas o privadas". Segundo, por el "adoctrinamiento en clave chistosa" de un "graciosete generalmente catalán y nacionalista a fuer de progre, cuya sensibilidad para todo lo español, Corona incluida, oscila entre la mofa y la befa". Y en tercer lugar, "un monopolio, el del acceso a la Corona, que explica el ataque feroz de la acorazada PRISAGUARDIA contra el discurso del Rey por no obedecer 'lo que se le pidió'". Y le advierte Federico a don Felipe que "sin cambiar ese panorama mediático no sé si habrá mucha transparencia, pero pocos la percibirán".
La Razón dice que "el Gobierno abrirá el debate de los aforados: rebajarlos de 10.000 a 2.000". Y es que resulta que con el aforamiento del Rey nos hemos enterado de que los diputados aforados llevan años sufriendo en silencio su aforamiento. ¿Quién lo iba a decir, eh? Tras Cayo Lara, Rosa Díez y otras voces aforadas que se alzaron al fin la semana pasada para hacernos partícipes de su padecimiento, ahora se suma el PSOE. "Presión a Rubalcaba para no aforar a don Juan Carlos", titula con una foto de Pedro Sánchez. Parece que los aforados quieren librar al exmonarca de semejante martirio. El PP, empeñado en que el rey padre sufra como los demás la tortura del aforamiento, "esgrimirá en el Congreso que no es un privilegio". Marhuenda dice que "el aforamiento no es un privilegio sino una garantía frente a los intentos de utilizar la justicia de forma partidista para atacar sin fundamento a un cargo público". Pues a ver cómo convence a Pepiño, Griñán, Chaves, los mil y un imputados valencianos, los tropecientos mil imputados catalanes... todos tan aforaditos.
El País abre con el aborto. "La malformación del feto será un motivo legal para abortar". Aunque lo más llamativo de la portada es el furibundo ataque de Cebrián contra Felipe VI. "El rey no gobierna, pero reina". Intenta presionar al rey para que se reúna con Mas y le saque las castañas del fuego al Gobierno. "Mas reclama al Rey que medie con Cataluña más allá de la Constitución", dice. El titular de una entrevista con Iceta da una idea de por dónde van ahora los tiros de El País. "Las autonomías deben poder convocar referendos".
ABC dice que "los barones del PP presionan a Rajoy para no perder más votos". "Quieren más explicaciones a los ciudadanos para salvar el poder". Cuenta Mayte Alcaraz que "Rajoy pidió a Arriola que no escatimara realismo a su foto-fija de la situación", que le iba a pagar igual. Por si acaso, el sociólogo, que tonto no es, le pintó "un panorama malo, pero con solución". Que no están las cosas para perder clientes. Isabel San Sebastián estuvo con los nuevos reyes y cuenta que en "la recepción del Palacio Real había un clamor unánime de preocupación compartida: ¿Qué va a pasar en Cataluña?". Pues "nadie lo sabe" oiga. Y mira que allí había gente importante. "Únicamente inquietud ante la probabilidad de que esté a punto de pasar algo irreparable, dado que todo lo sucedido hasta ahora ha pasado como si no pasara nada". Apañados vamos. Ignacio Camacho habla de los "intocables". "Parece contradictorio negar el blindaje procesal al ex jefe del Estado mientras lo tiene un diputado regional de Murcia o un policía de Oviedo (...) Pero sucede además que quienes han de decidir sobre ese asunto están ellos mismos bajo fuero y no parecen dispuestos a renunciar". Hay que tener un rostro de cemento armado.