El Mundo se apunta sin rodeos a la reforma de la Constitución. "Sánchez reta a Rajoy a negociar ya la reforma de la Constitución". Casimiro García-Abadillo ve en esta reforma un poción mágica para todos los problemas de España. Cataluña, competencias, financiación, y pide "una reforma de arriba a abajo con las únicas líneas rojas de la unidad y la soberanía nacional (…) El país necesita un cambio para volver a ilusionar a los ciudadanos en un gran proyecto común. Los dos grandes partidos tienen ahora la oportunidad de propiciar el surgimiento de ese nuevo sistema. Sería un error que la tentación de mirar por sus propios intereses y el cortoplacismo aplazaran unos cambios que en España ya no pueden esperar". Santiago González, sin embargo tiene un pregunta para él. "¿Por qué cree Sánchez que la reforma iba a calmar a ese 30% que sufre la comezón secesionista?". Porque indicios no hay ninguno. "Hay algo de brindis al sol en invocaciones a la igualdad y a la no discriminación que son compatibilizadas con la defensa de la singularidad y los hechos diferenciales (…) Si hay dos condiciones básicas en un sistema federal son la igualdad y la lealtad". Y de esto último andamos escasitos por aquí.
Federico Jiménez Losantos esta preocupado con Podemos y le exaspera que "cierta izquierda prisaica y alguna derecha dizque liberal" se empeñen "en no tomar en serio el discurso ni el partido de Pablo Iglesias". Dice que con esa frase de "abrir el candado de 1978" ha dejado claro que su proyecto político es "acabar con el régimen constitucional de 1978 demoliendo su piedra angular: la nación española como sujeto político y base de las libertades civiles (…) La identificación de Podemos con el separatismo se ve en su himno, L'Estaca de Lluis Llach y en ese 'España dice a sus ciudadanos lo que deben hablar y lo que deben sentir'. Son los separatistas los que imponen en Cataluña y otras taifas que no se puede educar, rotular, ser o sentirse español", le recuerda a este elemento de Pablo Iglesias. "La llave que debe abrir ese candado liberticida es la Constitución. Y eso es lo que quieren expropiarnos los herriko kamaradas de Podemos".
El País dice que "el PSOE urge a evitar la ruptura con una reforma constitucional". Mientras, "Rajoy admite fallos en la explicación de su estrategia sobre Cataluña" y se dispone a hacerles una visita para explicárselo mejor. "Les voy a decir que no quiero que les expulsen del euro", dice Rajoy. Pues se van a reír en tu cara, presidente. Te van a decir que entonces reconozcas su independencia y les ayudes a permanecer en la UE. Podemos también ha pegado un susto de muerte a El País y lo cuenta en el editorial. "Lo relevante del primer discurso del líder indiscutido de Podemos ha sido su denuncia del 'candado del 78', en referencia al sistema político creado por la Constitución". "Pablo Iglesias hace del deprecio a los demás una de sus armas políticas, sea hacia la casta o los viejos de corazón. Parece deseoso de tirar a la papelera el sistema construido tras la dictadura, precisamente el que reconoció y protegió las libertades y que trasladó la soberanía desde las manos de un caudillo a las del pueblo, que dese entonces la ha ejercido de forma continuada en elecciones libres. Podemos intenta atacar los fundamentos de este sistema sin explicar con qué quiere reemplazarlo (…) Podemos hará bien en precisar sus propuestas, en vez de refugiarse en ensoñaciones de paisajes calcinados sobre los que empezar desde cero". Pues algunas son bastante concretas.
ABC abre su portada con la reunión del G-20. "España refuerza su prestigio internacional". Ignacio Camacho hace trío con Federico y El País en su diagnóstico de Podemos, aunque se acerca más a Federico porque él también sabe qué quiere hacer Pablo Iglesias. "Podemos viene para acabar con el régimen de la Transición", "quieren darle finiquito al sistema constitucional. Una idea que sin duda gustará a muchos españoles hastiados de corrupción y abotargamiento, pero sobre la que deben reflexionar quienes sientan dudas ante la tentación del adanismo populista. Se trata de destruir este régimen para levantar el suyo propio". José María Carrascal pide a Rajoy que se deje de monsergas con ir a Cataluña a cantarles el Better Together, que "allí pasan ya de eso y aún peor, cada vez se alzan más voces pidiendo una salida negociada". El problema es que la negociación que pretenden los nacionalistas es "una independencia pactada con España, que permita a Cataluña el pleno control de sus asuntos internos, pero sin salir de Europa, su gran preocupación". Más cara que espalda, tienen. Dice Carrascal que ni hablar del peluquín, "en tales condiciones, mejor que proclamen la independencia abiertamente, sin trampa ni cartón, y que cada cual aguante su vela. El 9-N se violó en Cataluña la Constitución, y desde entonces la ley española en aquel territorio ha quedado en entredicho. La mejor prueba es que los fiscales no se atreven a aplicarla. Otro error, y tendremos que decir adiós a Cataluña". David Gistau lanza un S.O.S. desesperado, por lo que no puedo menos que hacerme eco. "Denuncio que ABC se está llevando a cabo una matanza de tildes diacríticas que debe haber dejado compungidos, llorando lágrimas de tinta, los rostros de los ilustres antepasados que jalona, como en la galería de retratos de una dinastía, el salón de entrada a la biblioteca (…) La cuchilla se abate una y otra vez, y el matarife presenta a la muchedumbre la tilde diacrítica cercenada. No nos rendiremos". Esa es una acusación muy grave, Gistau, ya estás tardando en iniciar la campaña 'salvemos la tilde diacrítica' en internet.
La Razón lleva una entrevista a Rafael Catalá, el ministro de Justicia. "Consideramos que el 9-N incumplió la suspensión que acordó el TC", pero "corresponde a la Fiscalía calificar si hay delito", él qué va a hacer, si él no pinta nada aquí, sólo es ministro de Justicia. "El PSOE lleva al Congreso la reforma constitucional de Rubalcaba". Toni Bolaño se ha hecho sanchista acérrimo. Pedro Sánchez "sabe que sin una votación en Cataluña, los nacionalistas se cargarán de razones para imponer sus tesis". Pedro Sánchez "sabe que España necesita cambiar y pasar página para que todos sus ciudadanos se sientan cómodos. El camino a seguir, la reforma federal de la Constitución. Sánchez no está dispuesto a esperar porque Cataluña y España no pueden esperar". Pedro Sánchez "quiere reformar España para que España siga unida. Quiere sacar el debate de las trincheras en las que están Rajoy y Mas". Bolaño no te metas con Rajoy, que se te va a caer el pelo.
La Vanguardia, la pobre, se ha quedado sin la ansiada querella que no llega y dice que "Rajoy cambia su estrategia política hacia Catalunya". "Anuncia una visita a Barcelona para el próximo fin de semana". Marius Carol ya se frota las manos. Que, venga, que venga, pero nada de ñoñerías como el better together, que "más allá de la apelación a permanecer juntos, el primer ministro británico hizo una oferta para seducir a los escoceses. Las frases de afecto y los argumentos de las ventajas requieren una propuesta de futuro. Incluso los partidarios más fervientes del no a la independencia consideran que la situación actual es insostenible". Que vaya preparando la chequera.